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X. G. XABIER GALARTZA
Jueves, 9 de marzo 2006, 01:00
Del varapalo encajado ante el Portland, Dueñas prefiere quedarse con la buena disposición que tuvieron durante el primer tiempo. «Perder ante el Portland no duele, da igual la diferencia, porque al final son dos puntos y no es una eliminatoria. Por eso, me quedo con el primer tiempo digno que hemos hecho, en el que hemos llegado a tutearles. En la reanudación cometimos más fallos que en todo el primer tiempo y ahí se acabó todo».
Zupo Ekisoain estaba satisfecho por lo bien que le habían rodado las cosas y dejó claro que de seguir por esta línea «el campeonato de Liga es nuestro si logramos ganar al Barcelona dentro de cuatro jornadas». EIBAR. DV. Sacar un resultado positivo de la visita del Portland a Ipurua era una aspiración que rozaba la utopía, pero lo que tampoco esperaba el Arrate era que los navarros se tomaran cumplida venganza del punto que les arrebataron en la ida en Pamplona con una sonora goleada. Se trata del mayor varapalo encajado por los albiazules en la Liga, incluso por encima del sufrido en la segunda jornada ante el Barça (33-19).
Lo mejor de este tipo de resultados es que no dejan secuelas. El Arrate plantó resistencia mientras pudo, pero en el momento que vio que le Portland no bajaba el pistón y mantenía su actitud arrolladora, se dejó llevar y prefirió reservas fuerzas de cara al derbi guipuzcoano que le aguarda el domingo en Artaleku ante el Bidasoa Irún.
Una de las situaciones más agradables que se vivió ayer en Ipurua fue la remontada realizada en los minutos iniciales, tras lograr equilibrar la contienda a cinco, merced a un parcial de 4-0. A la postre, esto sólo sirvió para frenar las ganas del Portland de ofrecer el recital que les tenía reservado.
Los navarros plantaron de salida una barrera defensiva que resultó insalvable. Por si esto era poco, detrás estaba un Svensson que estuvo en su línea. La primera consecuencia directa de esta situación fueron los tres únicos goles que lograron anotar en las primeras doce tentativas. La mayoría de los lanzamientos no llegaban a manos del meta sueco, al ser blocados por la muralla pamplonica.
Para el descanso el Arrate tenía todavía esperanzas de poder poner dificultades al Portland, pero estas aspiraciones quedaron rápidamente volatilizadas tras comprobar la línea continuista de los navarros, lo que les llevó a alcanzar los diez goles de diferencia cuando restaba poco menos que un cuarto de hora. Si en el primer tiempo fueron Balic y Ruesga, los que llevaron la iniciativa, en el segundo periodo desembarcó toda la armada navarra. Jovanovic no jugó al sufrir una lesión en el tobillo en el último entrenamiento.
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