La violencia rebrota con ataques a batzokis y a una edil socialista

SAN SEBASTIÁN. DV. Cuatro sedes del PNV y el domicilio de una concejal socialista de Azpeitia fueron atacadas durante la noche del viernes al sábado en el País Vasco. Todos los ataques se llevaron a cabo con un mismo 'modus operandi', mediante el lanzamiento de pintura contra los objetivos seleccionados. No se produjeron heridos. El rebrote de la violencia callejera tuvo como objetivo preferente las sedes del PNV. El primero de los ataques tuvo lugar poco antes de la medianoche en Getxo, donde personas desconocidas lanzaron varios de plástico con pintura roja en su interior contra la fachada del batzoki. En la vecina localidad de Leioa, otra sede jeltzale sufrió también el lanzamiento de pintura.

Una hora más tarde, alrededor de la una de la madrugada, otro grupo de violentos cometió dos ataques en Azpeitia que tuvieron como objetivo el batzoki del PNV y la vivienda de la única edil socialista, Manuela Uranga. En ambos casos, los agresores lanzaron bombillas rellenas de pintura roja y amarilla que se estrellaron en la fachada de la sede del PNV y en el balcón de la concejal, cuya vivienda ya había sido objeto de anteriores ataques. Posteriormente, a las 2.15 horas del sábado, desconocidos arrojaron envases de pintura roja a la sede del PNV en Galdakao.

Estos episodios elevan a seis las sedes del PNV que han sido atacadas desde el jueves. Ese día atacaron con pintura un batzoki de Vitoria, mientras que en la noche del viernes cincuenta encapuchados asaltaron el local que el partido nacionalista tiene en la calle Tendería de Bilbao. Son ya ocho los ataques de kale borroka tras el alto el fuego de ETA del pasado 22 de marzo. El primero fue el incendio de la ferretería de un edil de UPN en Barañáin, el pasado 22 de abril. Al día siguiente fue atacada con cócteles molotov una oficina de seguros en Getxo.

Por otra parte, los diez detenidos el viernes por la Ertzaintza en Vitoria tras participar frente a la sede del PSE-EE en la concentración de la organización juvenil Segi, prohibida por el departamento vasco de Interior, quedaron en libertad. La Policía vasca disolvió también las concentraciones en San Sebastián y Bilbao.