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MARÍA JOSÉ ATIENZA
Domingo, 28 de mayo 2006, 02:00
Es irunés, psicólogo y trabaja con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). El próximo miércoles participará en la Jornada Antitabáquica que ha organizado esta asociación, dentro de su programa de prevención de la enfermedad. Jakobe Batanero pronunciará una charla en la que intentará convencer a los fumadores de la conveniencia de abandonar el hábito.
- ¿Usted fuma?
- No. Nunca he sido fumador. Fumé cuando tenía la edad en la que se empieza, pero no seguí, afortunadamente. La mejor forma para no seguir es no empezar. Ese mensaje es muy claro.
- ¿A quién va dirigida la jornada que la AECC celebrará el miércoles en Irun?
- Está dirigida a personas que quieran dejar de fumar, a las que estén en el proceso de dejarlo y a las que lo hayan dejado y quieran reforzar su decisión para prevenir recaídas.
- ¿Qué diría a los fumadores que se creen incapaces de liberarse del tabaco?
- Que se puede dejar de fumar. No es que sea fácil ni difícil. Tienes que saber bien por qué fumas, qué es lo que te ha llevado a fumar y qué es lo que te lleva a seguir fumando y adquirir unas técnicas que te sirvan para dejarlo. Hay que saber cómo hacerlo. Los programas se dividen en dos partes. En la primera, se va perdiendo el hábito, es decir, se va fumando menos y en la segunda, hay que mantenerse sin fumar. Ésa es la más costosa. Hay que crear una base fuerte en la que apoyarse.
- Hay fumadores que aseguran que no podrían dejarlo poco a poco. Es decir, que o lo dejan de forma radical o van a seguir fumando.
- Las personas somos diferentes y tenemos distintos procederes. En los programas de deshabituación tabáquica hay gente que sigue las directrices al pie de la letra, es decir, que deja de fumar desde que viene, hay gente que lo deja poco a poco y gente que no consigue dejarlo. La idea de ir reduciendo el consumo paulatinamente se explica porque cuanta más nicotina tienes en sangre, más fuerte es tu síndrome de abstinencia y más difícil mantenerte sin fumar. La premisa es ir reduciendo la cantidad de cigarrillos. Una vez que tienes un consumo pequeño, el síndrome de abstinencia también va a ser menor, la adicción física se reduce y, por tanto, va a ser más fácil ganar la batalla. Pero si una persona es capaz de dejarlo de golpe y mantenerse, eso está muy bien, siempre que ponga una base fuerte para evitar las recaídas.
- ¿Cuánto tiempo puede durar el síndrome de abstinencia puramente físico?
- Si estás una semana sin fumar, lo normal es que la dependencia física desaparezca, aunque luego hay que combatir el hábito. Cuanto más tiempo hayas fumado, más consistente será ese hábito. Pero la gente tiene que saber que después de una semana sin fumar habrá perdido la adicción física. Otra cosa es que psicológicamente te agarres al tabaco para salvarte o protegerte. El fumador fuma para evitar ciertos problemas, para premiarse, para distraerse, para evitar situaciones estresantes... Por eso, al quitar el tabaco, hay que colocar otras cosas. No te puedes quedar cojo, sino sustituir el cigarrillo.
- ¿Un chupa-chups, por ejemplo? ¿Quién no se acuerda de Johan Cruyff en el banquillo?
- Sí. El chupa-chups sirve para romper la asociación. El cigarrillo se a socia a una serie de situaciones y lo que vamos a hacer es sustituirlo. Muchos fumadores que han dejado el tabaco comen chupa-chups, caramelos, chicles sin azúcar... Es algo que funciona. En nuestra campaña de deshabituación tabáquica tenemos una urna en la que la gente rompe sus cigarrilos y los deposita y otra llena de chupa-chups. Es un símbolo de esa sustitución.
- El entorno actual, menos permisivo con los fumadores, ¿favorece la deshabituación?
- Hoy en día, en contra de lo que sucedía hasta ahora, el entorno es bastante antitabaco y eso facilita las cosas, sobre todo en los lugares donde hay niños. Los niños ejercen una presión tremenda sobre sus padres para que dejen de fumar. Pero no deja de haber un foco problemático, que es el de la adolescencia. Es la edad en la que se crean los nuevos fumadores. Es la edad rebelde y como ahora está mal visto fumar, no sabemos hasta qué punto van a reaccionar a la contra.
- ¿Qué opinión le merece la Ley Antitabaco?
- Creo que es una buena ley, que protege a los menores y a los fumadores pasivos, pero hay que ver cómo se puede aplicar de un forma realista. Hay que regular esa convivencia entre el fumador y el no fumador.
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