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EDUARD ESTIVILL | MÉDICO EXPERTO EN ALTERACIONES DEL SUEÑO

«En una habitación con más de 26 grados el sueño se altera y es difícil dormir»

Las altas temperaturas de estos días pueden afectar al descanso nocturno, lo que aumenta la irritabilidad y disminuye la capacidad de concentración

ANE URDANGARIN

Martes, 13 de junio 2006, 02:00

Hay comentarios que estos días no dejan de repetirse y que aluden al excesivo calor, a un verano que se ha adelantado un mes o a un año, el 2006, que se ha quedado sin primavera. En las recientes conversaciones de ascensor también se han colado frases relativas a lo mal que se duerme cuando el mercurio sube tanto. De hecho, se estima que a partir de los 26 grados ya no descansamos igual. El sueño es de peor calidad, lo que puede redundar en nuestra actividad diaria. «Necesitamos dormir para estar despiertos», asegura Eduard Estivill, neurofisiólogo y experto en las alteraciones del sueño, quien recuerda que «el sueño es la fábrica de nuestro día».

- ¿Cómo repercute la temperatura ambiental en el cuerpo humano?

- Lo que sabemos seguro es que el cuerpo tiene una temperatura durante el sueño y otra distinta durante el día. Esto significa que a lo largo del día tenemos una temperatura rectal de aproximadamente 36,7 grados, mientras que hacia el atardecer el cuerpo se va enfriando y hay un descenso de cerca de medio grado de temperatura, con lo cual a las 23.00 ó 24.00 horas bajamos a 36,2 grados. Lo que sucede es que si hace un frío o un calor extremo, este ritmo biológico se ve afectado y se producen cambios en la estructura del sueño: básicamente, el sueño se vuelve más superficial, es decir, tenemos menos cantidad de sueño profundo, y se registran microdespertares, lo que significa que sin darnos cuenta nos despertamos y el cuerpo pasa de una fase más profunda a otra más superficial.

- ¿Y qué hacemos con un calor como el que soportamos los últimos días?

- Es aconsejable, tanto en invierno como en verano, mantener una temperatura más o menos constante en las habitaciones, que estaría entre los 18-19 hasta los 22-23 grados.

- ¿A partir de qué temperatura surgen los problemas para conciliar el sueño?

- Depende de cada uno, porque hay personas más sensibles, pero en general, si tenemos más de 26-27 grados en una habitación el sueño se altera.

- Los que carezcan de aire acondicionado, ¿qué medidas pueden adoptar para paliar esta situación?

- Lo que hemos de hacer es conseguir que el cuerpo se adapte al máximo a esa situación. En el caso del frío, evidentemente, lo logramos tapándonos, durmiendo con un pijama más grueso... En el caso del calor, hay que decir que es preferible tener un ventilador de techo a un aparato de aire acondicionado, porque a veces puede afectar a la humidificación de las vías respiratorias. Es más aconsejable el aire natural, pero evidentemente también hay otros problemas. Por ejemplo, si abrimos las ventanas, con el ruido externo el sueño se vuelve más superficial. Cuando el calor es realmente fuerte nos podemos mojar un poco la nuca con agua al acostarnos y espolvorear la almohada o incluso el pijama, si se duerme con él, con agua. Se trata de refrescar al máximo el cuerpo humano todo lo que se pueda para conseguir un sueño de más calidad.

- Estos días, en el interior de algunas casas, sobre todo en últimos pisos o buhardillas, se han llegado a medir incluso 30 grados.

- Hay que conseguir airear la habitación. Pero a partir de 30 grados seguro que no conseguimos dormir.

- ¿Cómo repercute una mala noche en nuestro organismo?

- El sueño es la fábrica de nuestro día. Durante el sueño tenemos procesos de reparación y de restauración. Por lo tanto, estas personas al día siguiente están más irritables, les cuesta más concentrarse y con un 20 ó 30% más de posibilidades de tener problemas de ansiedad. Además de las repercusiones físicas, que sería una inmunidad más baja, más tendencia a tener resfriados o afecciones víricas.

- ¿Qué hacemos con los bebés?

- A ellos les pasa exactamente lo mismo que a nosotros, pero con más riesgo para los niños porque los papás tendemos a sobrecalentarlos. Cuando se habla de muerte súbita, uno de los factores que influye puede ser el calentamiento, por lo cual hemos de estar más atentos. Hemos de pensar que un bebé tiene el mismo frío o calor que nosotros, por lo que lo mejor es que hagamos con ellos lo mismo que hacemos con nosotros mismos.

- ¿La alimentación influye?

- Para tiempos de calor se recomienda comer ensaladas, verduras y derivados lácteos. Y beber mucho líquido para evitar deshidrataciones.

- Además de un sol de justicia, los últimos días ha soplado viento Sur.

- No hay documentación científica de cómo el aire puede influir en el organismo, pero sí es típico oír que en sitios donde sopla mucho viento sur la gente suele estar más alterada.

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