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TERESA DE LA CIERVA
Jueves, 22 de junio 2006, 02:00
MADRID. DV. Esta dieta no la siguen las celebrities del glamour. Tampoco las imponen los gurús del estilo Atkins y Montignac. Nuestras miras están más cerca -en Alcobendas y Majadahonda, junto a Madrid-, en las consultas de dos nutricionistas, Terica Uriol y Gema Godoy, que están rebajando de talla a media España con un menú de ¿bocadillos! ¿El secreto? Que el pan no está demonizado.
«Gran parte del éxito de la fórmula se debe a que permite tomar pan, lo primero que prohíben otros regímenes, y no hay esa sensación de estar a dieta», cuenta Terica Uriol. «Tampoco hay que estar pesando los alimentos ni mirando tablas para ver si esto se puede tomar con aquello», añade Gema Godoy. «El organismo necesita de todo, incluso grasa. Pero en vez de aportársela a través de la comida, lo que hacemos es obligarle a que tire de la almacenada (las chichas, vaya). De esta forma, se adelgaza», asegura la doctora Uriol. Y como el pan no tiene grasa, se puede tomar. Lo que hay que hacer, a la hora de rellenarlo, es elegir alimentos poco grasos, para que el organismo los queme nada más consumirlos. «Yo doy siete ejemplos de comidas y cenas (cada menú no tiene más del 3% de grasa), y dejo libertad para que cada cual los organice como prefiera», continúa Terica. «Lo único que no permito es cambiar un alimento por otro».
Análisis necesarios
La doctora Uriol exige un análisis y mide la grasa corporal. La doctora Godoy considera necesarias las pruebas si en la historia clínica hay algún problema hormonal, como hipotiroidismo, o cuando existe obesidad importante. Cada dieta está absolutamente personalizada, de ahí que no valga «pasársela» a un amigo. Se elabora en función del peso, la edad y los hábitos de vida. También tienen muy en cuenta los gustos de cada uno. «La única forma de no abandonar una dieta es que incluya platos que gusten», afirma la doctora Godoy. No olvidan la situación familiar. «Si acude a la consulta una ama de casa con hijos, tengo que elaborar menús que le valgan a toda la familia, ya que no le puedo hacer cocinar más de un plato. Y dejo una comida libre a la semana», concluye Gema Godoy.
Con este método no pretenden que los pacientes rebajen cinco kilos en un mes, sino uno o dos, pero con resultados duraderos. Con las dietas exprés se pierde peso rápidamente porque se eliminan los hidratos y las proteínas, que pesan más que la grasa, pero en cuanto se retoma su ingesta, se vuelve a engordar.
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