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JAVIER GUILLENEA
Domingo, 16 de julio 2006, 02:00
Está segura de que sobre la mesa hay «un plan Ibarretxe dos que pasará por el Parlamento, se aprobará en el Congreso y se someterá a referéndum». María San Gil cree que este guión tuvo su reflejo en la reunión del pasado día 6 entre el PSE-EE y Batasuna en San Sebastián. «Aquélla fue la imagen de un momento muy negro en la que parece que nos han ganado», afirma. Y pronostica que aún veremos otra fotografía, «la de Rodríguez Zapatero y Arnaldo Otegi juntos con Batasuna legalizada».
-El Gobierno dice que no hay compromisos con ETA y ETA dice que sí los hay. ¿En quién debemos creer?
-El problema no es en quién debemos creer. Si somos capaces de hacer un análisis de lo que está ocurriendo, a muchos nos viene a la cabeza que esto ya lo hemos vivido en el proceso de Estella, cuando la propia ETA reveló en su periódico los contactos que había tenido con el PNV y los compromisos que había adquirido. Fueron compromisos que los nacionalistas negaron durante muchísimo tiempo aunque luego los vimos plasmados en un documento con el sello del PNV, EA y ETA. Creo que estamos viendo el proceso de Estella pero con los socialistas. El tiempo irá quitando y poniendo razones.
-El PSOE dijo el pasado miércoles que el PP y ETA se retroalimentan.
-Es mentira. Me gustaría que el PSOE y el presidente del Gobierno siguieran en la voluntad política de derrotar a ETA, lo que no entiendo es cómo en estos momentos han cambiado de bando y prefieren sentarse con Arnaldo Otegi en una mesa, con el mismo Otegi que hace nueve años no condenó el asesinato de Miguel Ángel Blanco y no ha condenado ni un atentado. Parece que es mucho más fácil meterse con el PP y llevarse bien con Batasuna. El PSOE puede decir lo que quiera, pero la evidencia es que la foto es de Patxi López con Otegi, el que nunca ha condenado nada.
-Tras la reunión con López. Otegi tuvo ante la Prensa una intervención que algunos han calificado de moderada. ¿Apreció usted algún cambio?
-¿Ahora queremos convertir a Otegi en el prohombre de la paz? Algunos quieren hacerlo y ver en Otegi cada vez que abre la boca un cambio de actitud, palabras más suaves, menos exigencias... Eso no es verdad. A algunos les interesa eso políticamente porque están pensando mucho más en los resultados electorales y en futuros pactos que en conseguir que la siguiente generación pueda vivir libre del terrorismo. Otegi no necesita que López le mire a los ojos para condenar el terrorismo, ha tenido muchísimos días para hacerlo. El Partido Socialista debe tener por lo menos la gallardía de decir que no está por derrotar a ETA sino por dialogar con ellos. Hace veinte años estaban los GAL y tampoco el PP apoyó aquello. Hemos pasado de la 'guerra sucia' a sentarnos con ETA, y yo creo que el acierto está en el término medio de esa política compartida por los dos partidos, que se ha reflejado en los éxitos de las legislaturas de Aznar.
-¿Qué pensó cuando vio la foto de los representantes del PSE y Batasuna sentados alrededor de una mesa?
-Otegi dijo que fue una foto histórica y yo creo que igual de histórica fue la de Franco y Hitler, pero porque lo sea no quiere decir que sea una foto buena. Hay fotos históricas que marcan momentos muy negros, y ésta es una imagen que marca un momento político muy negro porque es la foto en la que parece que nos han ganado. Y digo que lo parece porque algunos no estamos dispuestos a rendirnos. Para muchos demócratas que llevamos años peleando por este país con la ley en la mano, es la foto de la sumisión, de la entrega de un partido democrático a ETA-Batasuna.
-¿Esa fotografía marca el comienzo de un proceso sin vuelta atrás y sin el PP?
-Ellos sabrán, son los que han iniciado ese camino que no empieza el 22 de marzo sino en el año 2002 con las conversaciones de los dirigentes socialistas y ETA, si no es antes. ¿Cómo fiarse de un presidente de Gobierno que es capaz de estar sentado en el pacto por las libertades y al mismo tiempo dar el visto bueno para que dirigentes suyos estén sentándose con ETA-Batasuna? Si la voluntad es derrotar a ETA hay que aplicar el pacto por las libertades, la Ley de Partidos y la acción judicial y policial, que se han mostrado tan eficaces y que han permitido que haya tres años sin asesinatos. Pero Zapatero ha quitado todos estos instrumentos de en medio.
-Es un presidente que, según Rajoy, ya no representa al Estado.
-Mariano Rajoy tiene diez millones de votos detrás y yo creo que en estos momentos son muchos más, hay muchas más conciencias de personas que más allá de las siglas políticas tienen muy claro que los cimientos de la democracia se sustentan en la voluntad legal de derrotar a ETA y de aislar a quienes justifican la violencia. Zapatero se representa a sí mismo y está actuando de una forma en la que muchos españoles no nos sentimos en absoluto representados.
«No se negocia»
-¿Si el PP llega al poder en las próximas elecciones mantendrá un posible acuerdo al que pueda llegar el Gobierno socialista con ETA?
-¿Pero cómo puede llegar el Gobierno a un acuerdo con una banda terrorista? Con los terroristas no se negocia. Sentar a Otegi o a Josu Ternera en una mesa es legitimar el terrorismo como instrumento político.
-¿Y si a pesar de todo llega a acuerdos y ETA deja las armas?
-Lo que tiene que hacer el Gobierno socialista es llegar a un acuerdo con el PP para colaborar políticamente, con todos los instrumentos de la democracia, para derrotar a ETA. Los terroristas no dejan las armas porque sí, han tenido treinta años para hacerlo. ETA no tiene voluntad de dejar las armas y pedir perdón. Hay que obligarles porque no quieren hacerlo. Son terroristas.
-¿Veremos en otoño una izquierda abertzale legalizada?
-No creíamos que íbamos a ver la foto de UGT con LAB, ni la de parlamentarias del PSOE con ex parlamentarias de Batasuna, y tampoco creíamos que íbamos a ver la imagen de López con Otegi, pero todo eso lo hemos visto. Vamos a ver a Batasuna legalizada y también veremos algún día la foto de Zapatero con Otegi. Estoy segura de que hay un guión y un plan Ibarretxe dos diseñado que se aprobará en una mesa, se pasará por el Parlamento, irá al Congreso, se aprobará, volverá y se someterá a referéndum. Nosotros tenemos una preocupación, y es que Batasuna, con las mismas siglas o llamándose de otra forma, va a regresar a los ayuntamientos tras las elecciones municipales de 2007, con lo cual esos espacios de libertad que habíamos recuperado se vuelven a perder. Nuestros concejales volverán a tener alcaldes de Batasuna, les harán de nuevo la vida imposible, se sentirán controlados y vigilados... Eso es un triunfo de ETA-Batasuna y un paso atrás de la democracia.
-¿Bastaría con que Batasuna condene la violencia para ser legal?
-Bastaría con que cumpla la Ley de Partidos. Batasuna es ETA y fue ilegalizada. Si quieren volver a la vida política tendrán que condenar la violencia y todo lo que marca la Ley de Partidos, pero deberán hacerlo de verdad. No basta con que salga un día un dirigente de Batasuna y haga como que dice aquello que algunos quieren que diga. La violencia se condena de una forma muy clara.
-Recomponer el consenso antiterrorista es un objetivo cada vez más lejano. ¿No es esto un triunfo de ETA?
-Claro. Sólo ver las declaraciones chulescas y envalentonadas de los dirigentes de ETA-Batasuna es lo que más nos debería preocupar. A mí, como presidente del Gobierno me preocuparía sobremanera ver que Otegi y sus secuaces están encantados.
-Al PP también se le ha acusado de que se quedará sin discurso el día en que ETA desaparezca.
-Me hace gracia porque nuestros adversarios políticos nos dicen que con nuestro discurso nos vamos a quedar sin electorado. Lo que tendrían que hacer es animarnos a seguir con este discurso porque si creen de verdad que nuestra firmeza es tan mala para nosotros, deberían animarnos a seguir con él. ¿Qué ocurre entonces? En el fondo saben que cada día somos más, que cada día hay más españoles y por supuesto más vascos que se dan cuenta de que esto no es un proceso de paz, sino un proceso donde quien marca la pauta es ETA-Batasuna. La honradez, la coherencia y la firmeza democrática, que cuestan mantenerlas cuando hay una ola de buenismo en la que Arnaldo Otegi es el prohombre, al final dan sus frutos.
-Según el último Euskobarómetro, el 91% de los vascos apoya el diálogo con ETA.
-Si vas preguntando de uno en uno a los vascos si en ese diálogo tenemos que ceder, responden que no. Apoyan que se hable, pero cuando rascas un poco más y se pregunta de qué hablamos, dicen que no hay que darles nada. Hay que conocer a la sociedad y darse cuenta de que llevamos treinta años sufriendo muchísimo, que no podemos más, que somos una sociedad enferma porque hemos vivido generaciones enteras marcadas por el terrorismo. Llevamos tres años donde no tenemos manifestaciones, donde no hay tanatorios ni funerales. Eso nos alivia mucho la presión y la gente dice que lo arreglen los políticos, pero luego los políticos tenemos que dar a la ciudadanía la garantía de que no va a haber ninguna cesión. Debemos dar la garantía de hacer bien las cosas porque luego nos pedirán cuentas. A mí me parece que el otro día la foto de Patxi López sentado con Otegi mientras Pilar Ruiz recordaba fuera a su hijo Joseba Pagazaurtundua es algo que ha removido conciencias de un montón de gente que claro que quiere que haya diálogo, pero no así, no con un Otegi que no condena la violencia, no a cambio de que los demócratas perdamos.
-¿Si el Gobierno no hubiera comenzado este proceso ETA estaría a estas alturas derrotada?
-Sí, no sé si del todo, pero nadie me negará que en febrero de 2004 ETA estaba en las últimas. Ellos mismos han reconocido que la política del Gobierno del PP fue para ellos letal. Batasuna estaba fuera de las instituciones, habíamos conseguido convertirles en los parias de la sociedad. En marzo de 2004 llega Zapatero a La Moncloa y hay un cambio radical cuando estábamos acabando con el cáncer de este país.
-¿Cuál es el papel de los nacionalistas en todo este proceso?
-El pacto de Estella lo hicieron los nacionalistas con ETA-Batasuna, ahora los socialistas han hecho lo mismo y el PNV está un poco fuera de juego porque les gustaría hacer el papel que está haciendo el Gobierno del PSOE. Interpretan que ese papel sólo lo pueden hacer ellos, por eso el lehendakari convoca rondas de partidos, para poder tener su pequeño espacio de propaganda, o la mesa extraparlamentaria le parece fantástica porque se reunirá en su casa y él será el anfitrión, aunque será un anfitrión de piedra porque no pinta nada. A los nacionalistas les empieza a entrar el pánico electoral de pensar que si esto sigue adelante y se crea una alianza electoral de izquierdas se van a quedar sin poder. A lo mejor vemos algo tan curioso como que si su poder se pone en riesgo, empiezan a actuar de forma más democrática o más contundente contra el terrorismo y los que lo apoyan.
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