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CRISTINA AGUINAGA
Miércoles, 23 de agosto 2006, 02:00
PAMPLONA. DV. El complicado panorama preelectoral en Navarra, por la incertidumbre en los resultados y las presumibles alianzas para desbancar a UPN del Gobierno con el proceso de paz de fondo, se vive con particular intensidad entre los socialistas navarros. La decisión de Madrid de suspender el procedimiento de primarias para elegir a su candidato a la presidencia dejó fuera al secretario general, Carlos Chivite, que contaba con el 85% de apoyos en su formación. José Blanco, secretario de Organización del partido, anunció el lunes desde Galicia que ya ha acordado con el propio Chivite quien será cabeza de lista. Sin embargo, pospuso el anuncio hasta septiembre, fecha en el que la militancia socialista debe dar su apoyo explícito al hipotético candidato. Las quinielas entre afiliados sitúan al actual portavoz parlamentario y ex consejero Fernando Puras como principal candidato a recibir el apoyo de Madrid y Pamplona.
Junto a Fernando Puras, que hace dos años descartó ser candidato a la secretaría general en el comité en el que después Chivite se impuso a Juan José Lizarbe por un escaso margen de votos, tres son los nombres que se han barajado en las últimas fechas como posibles aspirantes por el PSN a la presidencia del Gobierno navarro. En primer lugar, la actual defensora del pueblo de Navarra, María Jesús Aranda, natural de Tudela. En este caso, junto a la buena relación con José Blanco se suma el hecho de ser conocida por su puesto institucional y su procedencia. Su origen le haría, según los cálculos de algunos, asegurar el voto socialista en la Ribera navarra, una de las zonas más descontentas por el trato de Madrid a la ejecutiva de los socialistas navarros.
Completan la lista el actual delgado del Gobierno, Vicente Ripa, que ha mostrado su disposición a acatar lo que le diga el partido; y Juan Moscoso, diputado por Navarra e hijo del ex ministro de González.
Tras varias semanas de incertidumbre entre los socialistas navarros, Blanco desveló en una entrevista a Europa Press que ya había acordado con Chivite el candidato. Este hecho, no confirmado todavía por el secretario general socialista, desbarataba un rumor que había circulado sobre el hecho de que podría ser, todavía, Chivite, el candidato que eligieran en Madrid. Algunas voces aventuraban que el hecho de haber participado en la elección de un candidato de consenso entre Madrid y Pamplona evitaban más problemas internos en un partido cuyas bases y ejecutiva en Navarra se encuentran «desencantados y disgustados» ante el trato recibido por la organización de Ferraz.
La decisión de suspender las primarias en Navarra, donde sólo Chivite había mostrado su disposición a ser candidato, fue vista como un «desplante y una muestra de desconfianza» en el líder que los socialistas navarros eligieron, con un pequeño margen de diferencia, hace dos años. La decisión coincidió, además, con el debate más intenso entorno al papel de Navarra en el llamado proceso de paz y las acusaciones de UPN y PP de que en unas hipotéticas negociaciones entre el Gobierno de Zapatero y la organización terrorista ETA la Comunidad Foral sería puesta sobre la mesa como precio político.
Algunos sectores del partido, críticos con esta circunstancia, ven en este comportamiento un «balón de oxígeno a UPN cuando las encuestas hacían peligrar su gobierno con CDN». «¿Cómo van a votar al PSN para que gobierne navarra cuando ven que ni siquiera es capaz de elegir a su candidato? Pensarán que no vamos a poder hacerlo», confesaba un veterano militante socialista descontento por el hecho de que se haya quitado al partido en Navarra la capacidad de elección de su candidato. «No ocurrió ni cuando estábamos inmersos en la crisis de la corrupción con Urralburu y después con Otano y ocurre ahora. Eso sólo va a significar más votos para UPN», añade este militante que no ve problemas en los hipotéticos pactos del PSN con los nacionalistas vascos «democráticos» e IU para desbancar a UPN.
Precisamente, desde IU recordaron ayer a José Blanco, que había dicho que el candidato socialista sería el próximo presidente navarro, que lo será «quien más aglutine la alternativa de izquierdas». Para derrotar a UPN, aseguraron, el PSN «será necesario pero no hegemónico».
Miguel Sanz baraja la viabilidad de una plataforma electoral
Miguel Sanz, actual presidente navarro y candidato de nuevo por UPN, barajaría la posibilidad de crear una plataforma electoral entre su partido y antiguos cargos del PSN, claramente disconformes con la línea socialista. Como telón de fondo, de nuevo, las negociaciones del Gobierno de Zapatero con ETA y el temor de los regionalistas de que esté en juego la identidad de la comunidad foral ante las pretensiones de la organización terrorista.
La fórmula sería por el momento una idea aventurada por Sanz a algunos afiliados con peso específico en la formación mayoritaria en Navarra. El propósito del presidente navarro sería ensanchar la base electoral de la formación regionalista, a la que las encuestas le daría como vencedora de nuevo en los comicios pero sin la necesaria mayoría absoluta con CDN para no ser desbancado por una hipotética alianza entre socialistas, IU y nacionalistas, unidos en Nafarroa Bai.
Algunas voces han descartado ya esta posibilidad ya que auguran que la presencia de nombres procedentes del socialismo o de profesionales destacados en la comunidad no aportaría voces. Temen, además, que pueda generar divisiones internas entre veteranos afiliados que, de cuajar la plataforma, tendrían que dejar paso en los «puestos de salida» a ex cargos del PSN.
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