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BENITO URRABURU
Miércoles, 30 de agosto 2006, 02:00
A las tres de la mañana, la temperatura en Mérida es de 35 grados. Un calor tórrido para escribir sobre un tema más caliente todavía. Joseba Beloki y muchos de sus compañeros de equipo siguen, tres meses después de ser apaleados por la opinión pública, sin saber de qué se les acusa. No han recibido ninguna comunicación oficial de ningún organismo, ningún cuerpo policial les ha llamado para declarar. Pero siguen sin poder correr. Han tenido que recurrir a sus abogados para saber de qué les acusan.
- ¿Cuándo se enteró usted de que estaba implicado en un presunto asunto de dopaje?
- Mi nombre apareció en algún sitio vinculado a la Operación Puerto el día que se hizo la presentación de los equipos que iban a correr el Tour, el viernes 1 de julio. Curiosamente, mi nombre no había salido en ningún papel hasta que llegué a Francia. Después de salir a entrenar, antes de ir a la presentación, me enteré de que yo aparecía en los papeles.
- ¿Por qué apareció?
- No lo sé. Era una lista informativa de la UCI.
- Desde entonces han transcurrido ya tres meses. ¿Le ha llamado la Guardia Civil, la UCI, la Federación Española o algún tipo de ente público para declarar o testificar?
- Nadie me ha llamado. Ni a mí, ni a mis compañeros. No me ha llegado ningún papel oficial de nadie. Lo único que he conseguido es lo que he logrado por medio de mi abogado, Pablo Arregui, al igual que el resto de mis compañeros.
- ¿Qué pasos siguió para saber qué estaba pasando?
- Mi abogado pidió primero las diligencias policiales a la Federación Española, que es la que supuestamente mandó toda la documentación a la UCI y al Tour. A día de hoy, después de escribirles cuatro cartas, cada una de ellas más fuerte, para que nos enseñen dónde aparecen mis iniciales y las de mis compañeros, nadie de la Española nos ha llamado para confirmarnos que nos las dan. Nos dijeron que no nos las darían, sino que se las dejarían ver a mi abogado.
- ¿Cuál es la razón de que tanto usted como muchos de sus compañeros no puedan correr?
- Porque mi nombre y el de otros corredores aparece en una lista oficial que distribuyó la UCI entre los equipos, además de hacer un comunicado de prensa donde hablaba de implicados. Mi equipo se vio obligado a aplicar el código ético que tienen todas las formaciones del ProTour para poder mantener su licencia.
- ¿Cómo se encuentra moralmente?
- Mal. Ni ando en bicicleta. Todo el colectivo de Liberty se encuentra igual. Nadie nos dice nada. Queremos que nos abran un expediente. Al equipo le ha llegado un expediente individualizado, el de cada corredor, en el que aparece su grado de implicación. Eso le ha llegado al equipo, no a mí. Cuando das positivo en un control te avisan al equipo y a tí.
- ¿Qué aparece en ese expediente?
- No tengo nada en ese expediente. Hay una planificación con mi nombre, con mis iniciales, unos símbolos y una nomenclatura. La planificación de carreras que aparece ni siquiera coincide con la mía. Faltan la Vuelta a España y otras pruebas. Es lo único que yo sé de manera extraoficial.
- ¿Cómo ha influído en su vida este asunto?
- Te fastidia tu vida deportiva. Cuando pasa algo que te relaciona con el dopaje, te rompe todo. De los cinco que aparecíamos en el Tour sólo tres, al parecer, estaban implicados. El equipo hubiese podido correr el Tour. ¿Qué hacemos?
- ¿Qué pretende usted hablando tan claro? ¿Quiere que le perdonen, lavar su imagen deportiva?
- Quiero, queremos, que nos juzguen. No quiero me que perdonen, que me juzguen. Nos han hecho un daño enorme y se han lavado las manos. Quiero volver a sentirme ciclista, mantener mi palmarés, volver a correr.
- ¿Por qué se rebela Joseba Beloki?
- Cada uno es como es. En mi vida deportiva ha habido de todo: bueno, muy bueno, regular, malo. Siempre he luchado y lo voy a seguir haciendo.
- ¿Cuál es su impresión de todo lo sucedido?
- Que esto es un globo que se hinchó a conciencia. Se le dio bombo a una situación que se encontraron, de la que el Tour fue quien más beneficiado salió. Y ahora hay gente que ve que no tiene manera de recular. Me acusaron públicamente, me denigraron y nadie, a día de hoy, me ha dado una explicación de nada. Sólo mi abogado.
- ¿Han solicitado indemnización?
- A día de hoy, ninguna. Queremos correr y salvar el equipo.
- ¿El fin de todo esto era hacer desaparecer a Manuel Saiz del ciclismo?
- Ha habido ganas de cargarse el equipo y eso arrastraba de paso a Manolo. Yo no sé por qué, pero lo que sí sé es que no ha habido motivos para quitarle la licencia. La impresión particular que yo tengo es que a Manolo le tenían muchas ganas por culpa del ProTour, más que por otras cosas.
- ¿Qué opinión tiene de la Federación Española?
- Me entristece el papel que está haciendo. Me parece denigrante. Me hablan de unas diligencias policiales en una carta y ellos mismos me dicen que no es motivo para no poder correr. Aquí se pasa la pelota todo el mundo, de unos a otros. En un escrito que le enviaron a mi abogado el 27 de julio desde la Federación Española se me dice que podemos correr pruebas nacionales e internacionales. Estamos dolidos con la Federación y con la UCI. Hay mucho ocultismo. La demanda que ha puesto Manuel Saiz nos va a ayudar.
- ¿Le han pedido a usted que testifique contra Manuel Saiz?
- No. A mí nadie me ha llamado, ni la Guardia Civil, ni la Federación Española, ni la UCI. A mí no me ha llamado nadie para nada.
- ¿Y a algunos de sus compañeros?
- No tengo constancia. Yo lo único que sé es por mi abogado.
- ¿Qué piensa del código ético de los equipos ProTour?
- Me parece penoso. Antes que nada están los derechos de los trabajadores, que se vulneran, y en los que nadie piensa. Si alguien da problemas, que se tomen las determinaciones que se tengan que tomar. No me entra en la cabeza que a día de hoy, sin que se haya probado nada, me sigan impidiendo correr. Si me dicen en octubre que puedo correr, estaré sin equipo, sin contrato y con la temporada perdida. Los equipos votaron un código ético sin saber, muchos, qué votaban. En el expediente hay más de 300 folios y los equipos han leído sólo 40.
- ¿Manolo Saiz le ha obligado a hacer algo que no quisiese? ¿Le ha dado consejos negativos para su salud?
- Yo pondría la mano en el fuego por Manolo. A mí no me ha obligado nunca a nada. Marcaba los entrenamientos, los programas de trabajo, las carreras. Aquí somos todos mayorcitos y cada uno es responsable de sus actos con todas sus consecuencias.
- ¿Qué piensa de esta historia?
- Yo no tengo nada que ver en esto y el tiempo me dará la razón, pero para entonces igual ya es muy tarde. Sólo quiero volver a correr, despedirme encima de la bicleta.
- ¿Está cobrando puntualmente?
- He cobrado hasta la última peseta y, hasta donde yo sé, todo el mundo está al día en el equipo. Pero yo quiero correr. El código no me sanciona, pero me impide ir a las carreras. Esto es una locura.
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