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Lunes, 26 de enero 2015, 00:45
Euskadi no es una isla ajena a los profundos movimientos políticos que se registran en los últimos meses en España y todo apunta a que el mapa vasco experimentará una notable transformación en las elecciones forales del 24 de mayo próximo. ¿El detonante? La potente irrupción de Podemos, también aquí. Si los comicios se celebraran hoy mismo, EH Bildu repetiría victoria en Gipuzkoa, el PNV en Bizkaia, en tanto que la formación de Pablo Iglesias sería la más votada en Álava, según la encuesta elaborada por Ikerfel para EL DIARIO VASCO.
Muestra
3.000 entrevistas telefónicas por cuotas de sexo, edad y residencia. Nivel de confianza
Trabajo de campo
7 al 13 de enero
Gipuzkoa
1.052 entrevistas. Margen de error
Bizkaia
1.170 entrevistas. Margen de error
Álava
778 entrevistas. Margen de error
Podemos crece en el País Vasco al calor de la pérdida de apoyos de los partidos tradicionales. El PNV es el que mejor aguanta, aunque con diferencias según los territorios. La coalición abertzale y los socialistas retroceden posiciones de forma apreciable en ambos casos. Pero es el Partido Popular el que con carácter general sufre un desgaste más acusado, en especial en su feudo alavés. Su gestión al frente de la Diputación de este territorio no le salva de la pérdida de apoyos que sufre la formación en todo el Estado.
Además del partido de Iglesias, dos grupos menores se benefician del retroceso de los grandes. Ezker Anitza-IU recoge, pese a Podemos, parte del voto de castigo a los socialistas. En tanto que UPyD parece en condiciones de hacer lo propio con los descontentos del PP sólo en Álava. Ciudadanos, en cambio, aparece bastante más retrasado.
Hoy por hoy sigue en el aire que la papeleta del partido de Iglesias esté el 24-M en los colegios. Si al final no se presentasen, no correrían peligro ni la victoria de la izquierda abertzale en Gipuzkoa ni la jeltzale en Bizkaia. En Álava, en cambio, habría un gran beneficiario, el PNV, que pasaría a ser la fuerza más votada.
A falta de cuatro meses para la cita con las urnas, el trabajo de Ikerfel constata la existencia de una importante bolsa de indecisos, que se sitúa en el 28,4% en Bizkaia, en el 32,1% en Álava y nada menos que en el 32,9% en Gipuzkoa. Ello, unido a las especiales características que rodean a Podemos -más un partido anti que a favor de algo, y del que no se conocen todavía candidatos ni programas para las forales-, invitan a la prudencia y a no descartar que se produzcan cambios, incluso profundos, en la foto que muestra el sondeo.
En estas condiciones aún resulta más arriesgado hablar de gobernabilidad. No en Bizkaia, donde Unai Rementeria tiene casi todos los boletos para recoger la makila que dejará vacante con su retirada José Luis Bilbao. Pero sí en Gipuzkoa, y no digamos ya en Álava.
El fuerte retroceso que experimenta EH Bildu en su feudo le complica repetir en el sillón foral, salvo que Podemos acudiera en su ayuda, y abre posibilidades al PNV. El futuro alavés todavía se dibuja más complicado. No ya para la elección de diputado general sino, y sobre todo, para la gobernabilidad.
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