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Urkullu, ante el cuadro de Darío Urzay que está colocado en una sala de Lehendakaritza.
Iñigo Urkullu (Lehendakari): «Euskadi ya tiene herramientas de Estado y ahora debe ampliarlas mediante pactos»

Iñigo Urkullu (Lehendakari): «Euskadi ya tiene herramientas de Estado y ahora debe ampliarlas mediante pactos»

«No creo que el Gobierno español ponga piedras en el camino si el Ejecutivo vasco ayuda o gestiona el desarme de ETA»

AMAIA CHICO

Domingo, 4 de diciembre 2016, 08:01

Más ojeras, más canas y algo menos de pelo. El lehendakari acusa físicamente el desgaste de sus cuatro primeros años de mandato, pero asegura que afronta el segundo con la misma energía que en 2012. Quiere pasar de sentar las bases económicas, de la paz y del autogobierno a resolver, en sendos acuerdos, al menos los dos últimos. El desarrollo socioeconómico, asume, es progresivo. Iñigo Urkullu defiende su coalición con el PSE por la que no se siente «atado» y desde esa libertad, ve posible consensuar en dos años las bases del nuevo estatus político y llevar a Madrid, previa consulta, un acuerdo vasco «para avanzar, ampliar, el autogobierno singular vasco en un encaje en el Estado satisfactorio». Esa es la clave para el encuentro político, advierte. «Pactar el qué somos será la base para salvar las dificultades del procedimiento», es decir, la consulta.

-Si la legislatura pasada se ha considerado de transición en materia económica, de paz y autogobierno, ¿qué apelativo le pondría a ésta?

-No comparto esa identificación. La anterior fue una legislatura donde se sentaron bases. Y ésta tiene que ser la del avance en todos los órdenes. Ha habido muchos planes e iniciativas como para pensar que ha sido de transición si es que con esa denominación queremos menospreciarla porque no haya tenido un resultado a modo de bombazo. El ejercicio de la política es un ejercicio progresivo, y por eso me gustaría que esta legislatura fuera la del avance.

-Del avance, y de la resolución por lo menos en el autogobierno y el fin de ETA, ¿no?

-Evidentemente, ambas cosas pueden ser resueltas. Otras tienen un carácter de más progresividad, como las vinculadas al desarrollo económico y social.

-¿Ha sido un empeño suyo la coalición con el PSE?

-Igual que hace cuatro años. Pasó desapercibido, pero también en 2012 ofrecí de manera honesta un gobierno de coalición tanto a EH Bildu como al PSE. No fue posible. Y ante el riesgo de parálisis asumí el compromiso de gobernar en minoría, pero consciente de que eran necesarios acuerdos. Algo por lo que he apostado también esta legislatura. Euskadi necesita estabilidad, garantía y confianza. Y creo que era bueno explorar la vía de la coalición, aunque no diera una mayoría absoluta. Algunas formaciones se autoexcluyeron desde el minuto uno, como el PP o Elkarrekin Podemos. EH Bildu sentía el marcaje de Elkarrekin Podemos en la oposición y entendía que no se daban condiciones para una gobernabilidad compartida. Y el PSE mostró una disposición a hablar de los diez ejes propuestos para alcanzar el acuerdo.

-¿En qué le ata este pacto?

-En nada. Tenemos un diagnóstico compartido sobre la situación de Euskadi. La fórmula de coalición no me limita en nada.

-Aspira a celebrar una consulta legal y pactada esta legislatura, aunque también era su aspiración la pasada...

-Digo que aspiro, no digo que vaya a ser.

-¿Qué tiempo ve razonable para que el Parlamento Vasco siente las bases sobre las que construir el articulado del nuevo estatuto?

-Creo que media legislatura es tiempo suficiente. En dos años, la ponencia puede encargar un texto que sea debatido en el seno del Parlamento Vasco. A partir de ahí, si hemos alcanzado un acuerdo en las instituciones vascas, se podría trasladar a las Cortes Generales del Estado español.

-¿Será su gabinete quien redacte ese estatuto?

-Yo muestro la disposición del Gobierno, pero respetaré lo que los grupos parlamentarios decidan.

-¿La consulta que su partido propone, previa al referéndum final, será para avalar ese articulado? Es decir, la pregunta que idean va en la línea de 'avala usted el acuerdo alcanzado...'?

-Sí. Pero me estoy adelantando mucho. Estamos hablando de alcanzar un acuerdo en Euskadi. Y el cronograma que plantea el PNV es ése, no digo que sea la única opción.

-¿Concibe que se eleve a consulta un acuerdo en el que su socio, el PSE, no participe?

-Creo que nadie lo ha planteado sin la participación del PSE.

-Pero dada la libertad que se han dado en ese ámbito, cabe la posibilidad de que no haya acuerdo.

-En campaña lo dije en varias ocasiones y creo que lo tendré que decir muchas más. No pongamos el carro antes de los bueyes. Lo ensalzable es que dos partidos con dos tradiciones e ideologías diferentes se han puesto de acuerdo en que hay que abordar estos temas (nación, derecho a decidir, reforma de la Constitución...). Lo que resulte es adelantarnos a los acontecimientos. Es deseo del PNV y del PSE que lo que se hable en la ponencia de autogobierno sea con intento de acuerdo entre ambas formaciones.

-¿Considera imprescindible que, como mínimo, ese acuerdo esté participado por el PNV, EH Bildu y PSE, tres de las familias tradicionales vascas?

-¿Imprescindibles? Decir imprescindibles tiene una connotación de derecho a veto que pueda ser utilizado por otras formaciones. Es importante que estén cuantas más mejor, porque tampoco hay que descartar que alguien se autoexcluya. Yo planteo la voluntad de acuerdo integrador, incluyente, de diferentes sentimientos de pertenencia. Pero la concreción está condicionada a las decisiones de los partidos.

-¿Dónde ve más difícil el acuerdo, en Euskadi o con Madrid?

-No sé, primero hay que explorar en Euskadi lo que partidos con implantación estatal puedan defender aquí y allí. Será más fácil en Madrid si partidos de implantación estatal están comprometidos en Euskadi.

-¿La propuesta del PNV va dirigida a crear las herramientas para un futuro Estado vasco, como anima EH Bildu?

-Hay una confusión pretendida en EH Bildu sobre eso. Nosotros ya tenemos herramientas de Estado. Tenemos una policía integral, una fiscalidad propia aunque no completa, un sistema de Concierto con relación de bilateralidad, competencias exclusivas, señas de identidad y elementos de autogobierno...

-¿Entonces el objetivo ahora es aumentarlas?

-Sí. Euskadi tiene herramientas de Estado, pero de ¿qué Estado estamos hablando? ¿El del pueblo vasco conformado por los siete territorios que los nacionalistas reivindicamos o aspiramos? Por eso digo que hay una pretendida confusión en la izquierda abertzale. Yo como nacionalista hablo del pueblo vasco con una vocación política de ser nación y de que esa nación pueda llegar a tener una formulación jurídica que afecte a los siete territorios. Y como nacionalista también digo que tiene que ser de manera progresiva, gradual, en función del contexto y de la voluntad de los ciudadanos de cada ámbito administrativo. Pero como lehendakari, me limito a la CAV, que es mi responsabilidad. ¿A eso se refiere la izquierda abertzale? Si se refiere a eso, mi Estado como nacionalista no es el de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

-¿Dónde ve el punto de encuentro para alcanzar entonces un pacto entre nacionalistas y no nacionalistas?

-En el reconocimiento de nuestro autogobierno singular.

-Pero eso lo hacen todos. Otra cosa es el grado, ¿no?

-No. El presidente del PP vasco, en la sesión de investidura, utilizó la expresión de que contamos con privilegios. Es diferente decir 'una situación privilegiada' que 'contar con privilegios'. Y por eso reivindico la defensa y el reconocimiento del autogobierno como singular, propio, diferenciado, basado en unos derechos históricos amparados por la Constitución. Si distorsionamos esa interpretación del periodo de la Transición hasta concluir que Euskadi tiene privilegios y que nuestro ámbito competencial tiene que ser similar al de otras comunidades nos estamos equivocando. No estamos hablando todos de lo mismo. ¿Punto de encuentro? Reconocimiento de nuestra singularidad. ¿Y el siguiente? Avance en esa singularidad en un encaje en el Estado español satisfactorio para unas aspiraciones de autogobierno ampliado. Todo eso se puede traducir después en reconocimiento de Euskadi como nación, relación bilateral...

-¿Cree que si se pacta ese fondo, el proceso -la consulta- no va a ser el problema?

-Evidentemente. Primero es el qué, qué somos. Eso será la base para salvar las dificultades que el procedimiento pueda tener.

-Volviendo a su coalición con el PSE. Les falta un escaño para la mayoría absoluta, ¿cree que lo echará de menos?

-No. Si tuviera esa preocupación hubiera optado por explorar al máximo la posibilidad de una mayoría absoluta. En la legislatura pasada, sufrimos derrotas ante una oposición mayoritaria, pero también alcanzamos éxitos. Y en este caso, me da la sensación de que también hay disposición al diálogo y el acuerdo por parte de la oposición.

-¿Con qué partido ve más mimbres para pactar los Presupuestos?

-Yo he ofrecido los diez ejes de pacto a todos, y así lo voy a seguir haciendo.

-Ya, ¿pero los Presupuestos en concreto? ¿A quién ve más cerca?

-Veremos. Hay una base que para mí es capital, el debate de un proyecto en orden a la viabilidad económico-presupuestaria y a la sostenibilidad de su contenido. Si hay formaciones que plantean enmiendas basadas en la viabilidad, no tengo preferencias ni por unos ni por otros.

-Vamos a otro eje, el de la paz. ¿Qué plazo le parece razonable para que ETA se desarme y se disuelva?

-Espero que dentro de un año estemos hablando ya de un desarme verificado, pero cada día que pasa es una pérdida de tiempo.

-¿Le consta que ETA va a aceptar la propuesta de desarme de su Gobierno?

-No tengo constancia, pero alguna posibilidad vislumbro desde el pronunciamiento del último Foro Social, en el que se toma en consideración el plan de desarme propuesto en diciembre de 2014.

-¿Se puede llevar a cabo ese plan sin el apoyo de los gobiernos español y francés?

-Nosotros actuaríamos con absoluta lealtad a los ámbitos competenciales de los Estados. Y yo, cuando he propuesto ese plan, lo he puesto en conocimiento del Gobierno español y particularmente del presidente. Si nos correspondiese ayudar o gestionar un desarme de ETA, lo trabajaríamos conjuntamente con el Gobierno español o francés.

-¿No prevé obstáculos?

-Existiendo un Gobierno como el Gobierno Vasco, en un ejercicio de absoluta responsabilidad hacia la sociedad vasca, la beneficiaria en primera estancia para consolidar una convivencia normalizada, no creo que el Gobierno español pudiera poner piedras en el camino.

-¿Ha hecho ya su Ejecutivo todo el ejercicio de autocrítica debida?

-Creo que no solo el presidido por mí, sino anteriores también lo han hecho. En la legislatura pasada hicimos (autocrítica) en todo el amplio panorama en que era necesario hacerla: por la atención a las víctimas, la memoria de unas y otras, la memoria histórica, la autocrítica por malas prácticas o torturas por parte de la Ertzaintza, aunque no haya sentencia condenatoria en ningún caso... Creo que hemos procedido a todo el abanico de autocrítica que el Gobierno Vasco debía hacer.

-Ahora que se va a reiniciar el diálogo parlamentario sobre esta materia, ¿sobre qué suelo ético cree que debe construirse?

-Hay un suelo ético expresado en la ponencia de hace ocho años, y también un suelo ético compartido en el Instituto de la Memoria, del que formamos parte todos los grupos parlamentarios y que ha tenido una andadura basada en el acuerdo y no en votos discordantes.

-¿Cuál es?

-Desde el reconocimiento del daño injusto causado, quizás hay que dar un paso en la verbalización. Creo de manera honesta que hay una voluntad de ese reconocimiento por parte de miembros de la izquierda aber-tzale, de Sortu.

-¿Ese texto básico de la ponencia incluirá las palabras ETA o terrorismo, que en algunas ocasiones se han dejado fuera para alcanzar un consenso?

-Son realidades indiscutibles, la existencia de ETA y de un terrorismo. Cuando hablamos en determinados ámbitos como memoria de las víctimas del terrorismo y de la violencia, utilizamos los dos términos midiendo muy bien lo que decimos, pero sin renunciar a la expresión del terrorismo ni a la identificación de ETA como una organización terrorista.

-Ese lenguaje sigue siendo uno de los caballos de batalla político.

-No hay equiparación ni distorsión pretendida sobre las víctimas y la victimización.

-¿Cuándo tiene previsto reunirse con Rajoy?

-No tengo fecha, pero estoy dispuesto a que sea en cualquier momento.

-¿Espera que no se demore?

-Sí, pero siempre que sea para escuchar del presidente lo que no he escuchado en cinco reuniones anteriores, respuestas concretas.

-¿Advierte gestos de deshielo?

-Todavía no puedo decir nada en lo que respecta al Gobierno Vasco.

-¿Confía en que se reconduzcan los conflictos competenciales como apuntó hace unos días la vicepresidenta?

-Cuando lo vea lo creeré. Porque sobre esto hemos hablado mucho antes. Y he tenido muchas frustraciones.

-¿Se ha sentido frustrado?

-Sí, porque no he entendido la falta de respuesta a planteamientos reiterados y fundados sobre el cumplimiento del Estatuto, el Cupo, la Ertzaintza, inversiones, la crisis del acero...

-¿Cuál es el primer punto de la agenda vasca que volverá a llevar a la Moncloa?

-Los recursos, que tienen que ver con la defensa del autogobierno. Y la liquidación del Cupo pendiente desde 2007.

-¿Será éste su último mandato?

-Me resisto a hablar de esa cuestión. Yo miro la política en el ejercicio del día a día, y antes del final del mandato, con un tiempo prudencial, procederé a la reflexión con el partido.

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