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Muy pocos conocen la existencia de este depósito de agua de Buskando, en la falda de Ulía,y menos son los que lo han visitado. [FRAILE]
Tesoros ocultos en la falda  del monte Ulía
SAN SEBASTIAN

Tesoros ocultos en la falda del monte Ulía

En el subsuelo se encuentran en perfecto estado los primitivos depósitos de agua construidos en 1840 y 1883

ALETXU PEÑA

Jueves, 5 de octubre 2006, 11:01

SAN SEBASTIÁN. DV. Los primeros depósitos de agua de San Sebastián están en una finca municipal situada en la falta del monte Ulía, en una superficie de unos 14.000 metros cuadrados, que en la actualidad está ocupada por los viveros municipales de plantas. Uno de los depósitos de agua, el construido en 1893, es considerado por algunos expertos en construcción como un tesoro arquitectónico. «Se mantiene como el primer día y está en mejores condiciones que los depósitos construidos en la actualidad».

Muy pocos conocen la existencia en la falta de Ulía de los antiguos depósitos de agua que a mediados del siglo XIX surtían el agua canalizada a los donostiarras. Anteriormente, tenían que acudir con sus baldes a las distintas fuentes que había repartidas en la ciudad.

El primero de los depósitos se llamó Soroborda y se construyó en 1840 para poder contener unos 7.000 metros cúbicos de agua que bajaba de un arroyo del monte. Su nombre se debe a una borda que existió en esta zona de Ulía hace muchos años y en ella un pastor cobijaba sus cabras y ovejas.

En 1885 San Sebastián tenía un censo de 10.364 hombres y 10.991 mujeres. El depósito de agua se quedaba pequeño para una ciudad que ganaba en población y que con la creciente industria precisaba más agua.

Ante esta necesidad se comienza a construir, junto al anterior un segundo depósito de agua, que se llamaría Buskando, en recuerdo de un viejo caserío que existió sobre 1812 en esta zona de la ciudad. El nuevo depósito de agua entraría en funcionamiento en 1893 y tenía una capacidad para almacenar 10.000 metros cúbicos de agua, que también procedían del mismo arroyo del monte Ulía. Ya para el año 1900, la ciudad contaba con una población de 37.812 habitantes.

Asensio Larrañaga, de Zumaia, ocupó la responsabilidad de controlar los depósitos del agua. A éste le sucedió en el puesto su yerno Ignacio Larretxea, y luego llegó su hijo, José Larretxea y más tarde Antxon Larretxea.

Llega el Añarbe

Este depósito se quedó nuevamente pequeño para la creciente población de San Sebastián. El arroyo del monte Ulía no era suficiente y se recurrió al monte Txoritokieta. Se canalizaron las aguas para llevarlas hasta Buskando. Este depósito se dejó de utilizar en 1982 cuando San Sebastián se abastece plenamente de los depósitos de Mons y de Artikutza. Posteriormente, en 1960 llega el agua procedente del Añarbe, aunque el embalse se inauguró en 1974.

El depósito de agua de Buskando está formado por numerosos pilares que sustentan unas bóvedas de piedra. Para algunos que han visto la fotografía que se muestra en este reportaje, el depósito de Buskando no tiene mayor valor arquitectónico. Sin embargo, vecinos de Ulía, que han han bajado a este lugar consideran que «no tiene precio». Tony Pájaro, un filipino residente en Ulía desde hace treinta años, lleva adelante una reivindicación para evitar que este depósito de agua se destruya y en la finca se construyan unas villas de lujo. «No estoy solo en esta reivindicación, somos unos cuantos vecinos los que estamos involucrados en salvar este trozo de historia de la ciudad».

Para este vecino, que ya ha hecho llegar su reivindicación a la Asociación de Vecinos de Ulía para que se sumen a su causa, «salvar, conservar y mantener los antiguos depósitos de agua y todo el jardín que los rodea significaría el disfrute de la finca para toda la ciudad. Nunca he visto nada igual y creo que merece un respeto este trozo de historia y de naturaleza. Tenemos que dejar esta herencia rica del pasado a las generaciones venideras».

En cuando a los viveros de plantas, se van a trasladar a los terrenos del caserío Audaritz, situado en el Camino de Putzueta 16, en la zona de Cuatro Vientos, en Altza. Esta parcela cuenta con una extensión de 41.200 metros cuadrados, de los cuales se utilizarán 15.000 para la ubicación de los invernaderos, almacén de materiales, viveros de arbusto en contenedor y en tierra, servicios y vestuarios para los trabajadores.

El Plan General de 1995 recoge que en esa zona de los terrenos muncipales del vivero se pueden construir un número de viviendas (20) a través de la regulación de un Peri.

El Ayuntamiento, una vez estudiada la parcela más a fondo advirtió que podría plantearse otros aprovechamientos y el tema está en la oficina del Plan General donde han recogido esta posiblidad en el Avance que se hizo y que se aprobó este año.

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