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José Mari, Jesús Mari y Bixente, con las cestas y el coche atestados de hongos. [LOBO ALTUNA]
Unos 150 kilos de hongos
CONTRAPORTADA

Unos 150 kilos de hongos

Puede ser un récord la cantidad de kilos de hongos recogida por tres expertos guipuzcoanos ayer por la mañana en los alrededores de Isaba

MIKEL SORO

Jueves, 12 de octubre 2006, 03:33

No sabíamos qué hacer con el bastón de separar los rastrojos, porque en una mano teníamos la cesta a rebosar de hongos, en la espalda la mochila llena y en la otra mano una bolsa de plástico que íbamos llenando a cada paso», explica Jesús Mari Irigoien, un setalari de Andoain que, junto a su cuñado José Mari Etxeberria y su amigo Bixente Goñi, de Hernani, recogieron ayer en una sola tacada «unos 150 kilos de hongos.

Es nuestro récord histórico», reconocen los tres. No los han pesado, pero el maletero y el asiento trasero del cuatro por cuatro de José Mari estaban a rebosar. Cestas atiborradas de ejemplares magníficos de hongos -alguno de medio kilo de peso y un aspecto excepcional- bolsas y mochilas improvisadas como elementos de transporte para poder acarrear a sus respectivas casas y mostrarlos a sus amigos y expertos cocineros y competidores.

Ya saben qué van a hacer con semejante cantidad de hongos, negros y marrones, que han conseguido rescatar de las laderas escarpadas del valle donde está enclavada Isaba, en el Pirineo. «Cocinarlos de todas las formas posibles y congelarlos, para irlos degustando con el tiempo», señala José Mari.

Los tres se habían citado a las seis de la mañana de ayer para ir a por hongos. «No sabíamos dónde ir. Lo decidimos mientras conducíamos el coche hacia Navarra», cuenta Irigoien. «Nos habían comentado que podía pegar un buen brote en esta zona del Pirineo, y allí nos fuimos». Es una zona de hayedos empinada y con muchos rastrojos, «poco transitada», según les comentaron los vecinos. Allí subieron, bien pertrechados para la lluvia. Cuando llegaron no daban crédito a lo que estaban viendo. «Era una alfombra de hongos. No estaban a la vista, pero quitabas la maleza y allí aparecían, de todos los tamaños. Llenábamos una cesta cada media hora cada uno y teníamos que volver al coche para dejarlos y regresar a por más», cuenta Irigoien.

Así estuvieron, desde las 8 de la mañana hasta las 2 de la tarde. «Han quedado decenas de kilos, que probablemente se echarán a perder si no va alguien pronto a recogerlos. Hemos dejado muchos más de los que traemos», declaraba feliz Irigoien.

Mientras muestran lo que puede ser un récord de recogida de hongos en una sola mañana, comentan los precios que se están pagando. Bixente es rotundo: «De estos no los va a probar nadie que vaya a pagar. No los vendo. Sólo quiero disfrutarlos comiéndolos con mi familia, amigos y regalarlos a quienes los sepan apreciar». El y sus dos amigos de aventura setera se dan por satisfechos de haber logrado lo que todo experto setalari desea cuando sale a por hongos: volver con una buena cesta. «Los dos expertos son José Mari y Bixente», señala Irigoien. Pero él es quien mejor los cocina.

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