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Tres paneles solares fotovoltaicos, con una superficie de 42 metros cuadrados cada uno, instalados en una zona rural de Hernani. Los paneles giran siguiendo la dirección del sol. [USOZ]
La energía solar no despega por la alta inversión requerida
ENERGÍAS RENOVABLES

La energía solar no despega por la alta inversión requerida

El nuevo Código de Edificación, que obliga a colocar paneles solares, puede impulsar su utilización. Toda la superficie térmica instalada en Euskadi equivale a la del terreno de juego de Anoeta.

JOSEAN BLANCO

Domingo, 22 de octubre 2006, 14:32

SAN SEBASTIÁN. DV. Más radiación solar que en el norte de Europa. pero menos aprovechamiento. Así puede resumirse el crecimiento renqueante del uso de la energía solar en Euskadi. El alto precio que supone el desembolso inicial de las instalaciones y el plazo de retorno de la inversión, superior a diez años, retrae a los particulares. Sólo la elevada conciencia ecológica o el aislamiento (caseríos o bordas alejadas de la red eléctrica) empujan a aprovechar la radiación del sol. El nuevo Código Técnico de la Edificación, que regula el uso mínimo de la energía solar en las edificaciones nuevas o rehabilitadas, puede dar un impulso a su utilización.

En 2010, del total de la energía consumida por la Europa unida, al menos un 12% deberá proceder de fuentes renovables. Para cumplir este objetivo, la Estrategia Energética Vasca reserva a la energía solar un 1,1% del total de las energías renovables.

Estas medidas pretenden reducir el consumo de combustibles fósiles y las emisiones de CO2 a la atmósfera. Entre 2002 y 2004, el Departamento de Educación y el Ente Vasco de la Energía (EVE) invirtieron 6 millones de euros en la puesta en marcha de 170 instalaciones solares fotovoltaicas en otros tantos centros educativos de la red pública. Con ello consiguieron incorporar a la red 900 kilovatios pico y evitar la emisión a la atmósfera de 800 toneladas anuales de CO2.

De momento, es la Administración pública la que lidera -por escaso margen- la implantación de este tipo de instalaciones, especialmente en ayuntamientos, polideportivos, hospitales y colegios, pero se prevé que la entrada en vigor efectiva del Código Técnico de la Edificación dé un vuelco a la situación.

Esta normativa obliga a que en los edificios de nueva construcción y en los rehabilitados, entre el 30% y el 70% de la energía empleada en producir agua caliente proceda de la energía solar. También deberán instalarse paneles de energía fotovoltaica para producir electricidad en los nuevos hipermercados, naves industriales, hoteles, etcétera.

Doble aprovechamiento

La radiación solar se aprovecha de forma activa mediante dos tipos de instalaciones, las de energía solar térmica y las de energía solar fotovoltaica.

El aprovechamiento térmico consiste, básicamente, en utilizar colectores de la radiación solar para calentar agua, lo que evita consumir combustibles fósiles. A finales de 2005, había en Euskadi 309 instalaciones de energía solar térmica, con una superficie de placas instaladas de 7.413 metros cuadrados, algo mayor que la del terreno de juego de Anoeta. De éstas, 121 correspondían a Gipuzkoa (2.303 metros cuadrados), 110 a Vizcaya (2.454 m2) y 78 a Álava (2.656 m2).

Estas instalaciones, destinadas a producir agua caliente sanitaria en viviendas unifamiliares, se están usando cada vez más en geriátricos, polideportivos, piscinas o edificios de viviendas.

Las previsiones para 2010 son que la superficie total instalada en Euskadi sea de 152.000 metros cuadrados (unos 20 Anoetas), lo que permitiría evitar la emisión a la atmósfera de más de 2.000 toneladas de CO2 al año. No es un objetivo demasiado ambicioso teniendo en cuenta que, según Greenpeace, sólo la central térmica de Pasajes emitió en 2005 1,3 millones de toneladas a la atmósfera.

La otra forma de aprovechar la radiación solar consiste en utilizar paneles fotovoltaicos que transforman la luz en energía eléctrica. Estas instalaciones pueden estar conectadas o aisladas de la red (como ocurre con los refugios de montaña, las bordas o algunos caseríos, en cuyo caso la energía producida se acumula en baterías que tienen autonomía para cuatro o cinco días). Las conectadas a la red venden su producción eléctrica a un precio sensiblemente superior (44 céntimos de euro el kilovatio hora, frente a los 12 céntimos de la energía convencional). Este sobrecoste, cuya finalidad es potenciar el uso de esta energía, lo paga el usuario final en su factura eléctrica.

A finales de 2005, existían en Euskadi 1.008 instalaciones solares fotovoltaicas, con un potencial de generación eléctrica de 2.825 kilovatios pico. En este caso, la distribución territorial es prácticamente de un tercio por territorio, correspondiendo a Gipuzkoa 329 instalaciones, con 904 kilovatios pico. Esto supone una media de 1,3 vatios pico por habitante.

Potencial de desarrollo

La cifra es modesta comparada con países con menor aprovechamiento solar como Alemania, en donde, sin embargo, se produce nueve veces más energía fotovoltaica por habitante, 11,95 vatios. Navarra, con sus 27,53 vatios pico por habitante, multiplica por 21 las cifras guipuzcoanas.

Tal vez por eso, Raúl García, director territorial de Gipuzkoa de Acciona Solar, considera que existe un gran potencial de desarrollo. «La energía solar tiene sobre las demás la gran ventaja de que permite construir cientos de pequeñas instalaciones, y aunque la radiación solar es aquí menor que en otras zonas, contamos con mayores deducciones fiscales y con las ayudas que concede el EVE, lo que las hace más rentables», explica.

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