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«Es falso que los menores extranjeros que llegan a Gipuzkoa generen delincuencia»
MARI CARMEN MARÍN | DIPUTADA PARA LOS DERECHOS HUMANOS

«Es falso que los menores extranjeros que llegan a Gipuzkoa generen delincuencia»

«Este año hemos recibido 64 notificaciones de menores infractores en el territorio y de ellos dos son extranjeros y el resto guipuzcoanos»

FERNANDO SEGURA

Martes, 31 de octubre 2006, 09:20

La presencia de menores extranjeros en Gipuzkoa es una realidad palpable y que va en aumento. En ocasiones, su llegada se asocia con un incremento de la delincuencia. Casos puntuales, como el de un menor inmigrante acogido en el centro de urgencia de Urnieta y que cometió 51 denuncias han podido contribuir a distorsionar la imagen de estos chicos. Mari Carmen Marín, diputada foral para los Derechos Humanos, el Empleo y la Inserción Social, subraya que ligar delincuencia con menores extranjeros es una apreciación falsa. Marín añade que Gipuzkoa será solidaria con el drama de los menores llegados a Canarias en cayucos y que acogerá a un número de ellos todavía no concretado.

- La Diputación ha anunciado que acogerá a parte de los menores que han llegado a Canarias en cayucos, pero ¿por qué todavía no se ha concretado cuántos niños vendrán?

- Gipuzkoa demostrará su solidaridad. Tenemos que responder ante una situación de auténtica crisis humanitaria. Siempre que se han dado situaciones de este tipo, la Diputación ha respondido. No obstante, queremos actuar con parámetros de calidad y dando una atención individualizada.

- ¿Qué datos necesitan para concretar el número de acogidos?

- Necesitamos disponer de unos datos previos sobre los niños que vamos a recibir, es decir, conocer su nacionalidad, el idioma, formación, si se conoce a su familia... Tenemos que disponer de estos informes antes de concretar el número. La mayor parte de los llegados a Canarias son subsaharianos, mientras que nosotros hemos atendido en un 90% de los casos a menores llegados del Magreb. Por tanto, si nos envían niños subsaharianos tendríamos que utilizar otros recursos, centros o pisos, ya que no parece adecuado mezclarlos, al menos en una primera fase.

- ¿Ante una crisis dramática, la Diputación no se está haciendo demasiado la remolona a la hora de acoger a estos niños, teniendo en cuenta que otros territorios han decidido ya hace tiempo cuántos van a recibir?

- Tenemos que procurar una atención individual, no poner parches. Tenemos que traerles pero sabiendo para qué. Y solo se puede saber para qué si sabemos cómo son y qué tipo de ayudas o formación van a necesitar. Cuando surgió el problema, había comunidades que prácticamente no tenían el problema de la presencia de menores extranjeros en su territorio, pero este no es el caso de Gipuzkoa. A día de hoy, atendemos a 92 menores, de ellos 18 en acogida de urgencia y 74 en residencias.

- ¿La Diputación no ha pecado de falta de previsión, dado que este es un problema que se veía venir y en Gipuzkoa se carece de las plazas suficientes?

- No podemos decir que no haya plazas suficientes. La Ley del Menor obliga a acoger a todos los menores extranjeros. Disponemos de recursos pero, si no los hubiera, los tendríamos que buscar. De hecho, hemos atendido a todos los menores extranjeros que se encontraban en la calle y que nos han llegado a través de la Ertzaintza o de los juzgados. Con ellos intentamos hacer tres cosas y creo que las estamos consiguiendo. En primer lugar, cubrir las necesidades básicas: alojamiento, manutención, ropa...Después, introducirlos en el programa de intervención más adecuado y, finalmente, tras cumplir los 18 años, se les realiza un seguimiento para lograr su inserción social.

- ¿Si hay plazas suficientes, por qué cuarenta menores están alojados en pensiones?

- El tema corresponde a dos departamentos forales. En nuestro caso, no estamos utilizando pensiones. Tenemos dieciocho menores en centros de urgencia. Todos los niños llegan en primera instancia al centro de acogida de urgencia de Tolosa. De ellos, los que vemos que quieren quedarse entre nosotros, pasan al centro de Urnieta. El traslado a las pensiones es el último paso en el proceso de emancipación. En estas pensiones cuentan con educadores, igual que si estuvieran en algún piso o centro.

- Usted ha hecho un llamamiento a los alcaldes para que faciliten pisos en los que atender a los menores. ¿Los municipios no se están comprometiendo en esta tarea?

- Estamos ante un reto social muy importante. Hago una llamada a la corresponsabilidad institucional y social. Se está dando una imagen que liga a estos menores con la delincuencia y se crea alarma social en los municipios donde se encuentran los centros. Tenemos que dejar claro que esta imagen no es verdadera. Se habla sin conocer la realidad.

- La Diputación, de hecho, ha ultimado en alguna ocasión el alquiler de un piso donde alojar a estos menores y el propietario se ha echado atrás al conocer para qué se iba a utilizar...

- Sí. Así es. Por eso insisto en que es necesaria una corresponsabilidad social. Los alcaldes y concejales deben ayudar en esta tarea. Estos cargos, al ser los que están más cerca de los ciudadanos, tienen un importante papel que cumplir en la sensibilización dentro de sus municipios.

- ¿Tienen datos claros sobre el número de delitos cometidos por los extranjeros en Gipuzkoa en relación con el total de menores atendidos?

- En 2006, con datos contrastados hasta la semana pasada, hemos tenido 64 notificaciones de menores infractores en el territorio. De todos ellos, sólo dos son extranjeros. Es decir, el 4% son extranjeros y el 94% autóctonos. Esta es la realidad que tienen que conocer los guipuzcoanos. Vamos a eliminar la imagen que asocia a los menores extranjeros con la delincuencia.

- ¿Cuál es el perfil de los que llegan a Gipuzkoa?

- En su mayor parte son chicos. Se dan dos hechos claros. Se incrementa la permanencia. En 2003 sólo el 20% de los que llegaban se quedaban en Gipuzkoa. Hoy en día, la situación se ha invertido. El 80% se queda. También varía la edad. En 2003 la media era de 16-17 años y ahora es de 14-15. Una parte llega con la idea clara de permanecer aquí y trabajar. Tienen familia y probablemente han sido enviados por ella. Mantienen relación a través del móvil. Su proyecto es definido: trabajar para mandar dinero a la familia. Con estos chicos no hay problemas. Llegan con hábitos sociales y además son personas agradecidas.

- Pero si son menores, no pueden trabajar...

- Nos encontramos con la pega de que si llegan con 14-15 años no pueden trabajar, la escolarización es obligatoria hasta los 16 años. Les cuesta aceptarlo, pero acaban admitiéndolo, no sin algunos momentos de tensión. Otro grupo de menores es aquel que llega de familias desestructuradas , se han criado en la calle, sin ningún tipo de referente social ni educativo. Estos no tienen proyecto ninguno y, por tanto, su inserción es más complicada. Algunos son agresivos y consumen drogas.

- ¿La Diputación prevé incrementar el número de pisos y residencias para atender a los menores extranjeros inmigrantes?

- Es un reto social de primer orden para Gipuzkoa y la Diputación responderá en consonancia. Este tema será prioritario en el presupuesto del próximo año. El departamento ha planteado un incremento sustancial de la partida destinada a la atención de menores en general, no solo para los extranjeros. Proponemos un aumento de plazas en pisos y centros para extranjeros, pero también incrementar los programas de intervención familiar destinado a todos los menores en situación de desprotección.

- ¿Cuál es la proporción entre menores extranjeros y autóctonos?

- Los extranjeros son una minoría dentro de un colectivo muy importante. La Diputación atiende cada año en torno a 1.000 menores autóctonos y a 149 extranjeros. Los extranjeros no llegan al 15% de los acogidos. A finales de 2005 teníamos 357 menores guipuzcoanos tutelados por la Diputación, es decir, separados de su familia

«Gipuzkoa será mestiza y ganará en riqueza cultural»

F.S.

- ¿Sociedades opulentas como la guipuzcoana están mentalizadas para asumir el reto de la inmigración?

- Creo que sí. El presupuesto foral del próximo año atenderá a esta prioridad. Ahora bien, tenemos que hacer un gran esfuerzo para culminar el proyecto individualizado de cada uno de los menores. Es decir, que cuando cumplan la mayoría de edad y dejen de ser tutelados por la Diputación tengan capacidad para insertarse laboralmente y aquí la sociedad tiene que responder a esta necesidad de integración.

- ¿La inmigración es un problema o una oportunidad para nuestro territorio?

- La sociedad, a nada que revise los datos económicos que se publican frecuentemente, se dará cuenta de que necesitamos a estas personas para realizar una serie de trabajos que no queremos efectuar los autóctonos. El incremento del producto interior bruto y de la recaudación de la seguridad social precisa de estos trabajadores.

- Por tanto, les necesitamos

- Nos necesitamos mutuamente y vuelvo a insistir en la corresponsabilidad social. No podemos negar que cuando paseamos por la calle vemos que con las personas mayores fundamentalmente están trabajando inmigrantes y lo mismo pasan cuando vamos a las obras. En ese sentido hago mi llamada a los cargos institucionales y también a la sociedad en general. Tenemos que ser capaces de convivir, respetándonos y agradeciendo el trabajo de estas personas que llegan buscando un futuro mejor.

- Gipuzkoa, por tanto, también será mestiza, antes o después...

- Creo que sí y además veo esta evolución como algo positivo. La riqueza de la multiculturalidad es evidente. Lo estamos viendo con los menores que vienen con sus familias y están integrados en el sistema educativo.

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