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MITXEL EZQUIAGA
Domingo, 19 de noviembre 2006, 02:21
Hablan del proyecto con pasión pero destacan en todo momento su rigor técnico. El arquitecto donostiarra Fernando Ruiz Lacasa y el ingeniero pamplonés Javier Errea consideran que esa pasarela de 850 metros que rematará el litoral de San Sebastián hasta la punta de Mompás será «un nuevo emblema de Donostia, sutil pero de un enorme potencial».
El proyecto, que fue presentado la semana pasada en Donostia, está promovido por el Ministerio de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de San Sebastián. La obra, cuyo coste ronda los 13,5 millones de euros, que saldrían íntegramente de las arcas del Estado, podría estar concluida dentro de dos años, según cálculos oficiales. Los autores del diseño responden a dúo la entrevista.
- Su proyecto ha levantado una gran expectación y, según las encuestas, ha encontrado una acogida favorable. Pero las principales dudas se centran en la seguridad.
- Evidentemente, el proyecto goza de todas las garantías de seguridad y viabilidad. En caso contrario, ni lo hubiéramos presentado ni las instituciones lo hubieran asumido. Hemos realizado todo tipo de estudios, desde geotécnicos hasta de mareas, para llegar a este resultado. Es seguro y factible.
- ¿Cómo surgió el proyecto?
- En su día participamos en el concurso de ideas para el desarrollo de Sagüés convocado por el Ayuntamiento. En ese plan ya figuraba un esbozo de este paseo volado que remata el litoral por Mompás, una vieja obra pendiente en San Sebastián. Ese proyecto se expuso en el museo de San Telmo junto a los otros presentados al concurso. Tanto al Ministerio de Medio Ambiente como al Ayuntamiento les gustó nuestra propuesta y fuimos invitados a desarrollarla.
- ¿Cuál era su idea?
- Un litoral paseable como el donostiarra es un lujo. El acabado por el otro lado, con el Peine de los Vientos, se ha constituido en una referencia de la ciudad y pensábamos que el remate por Ulía debía tener también un valor especial, además de su propio disfrute como paseo. Pero este punto de Mompás presenta unas dificultades naturales notables: el monte, el mar, las mareas... Queríamos hacer un proyecto que respetara el medio ambiente, que no luchara contra la naturaleza, sino que se aliara con ella. Yo tenía esa idea en la cabeza (Ruiz Lacasa) y llamé a Errea para hacerla posible entre los dos.
- Esa idea de pasarela volada es novedosa en el País Vasco, pero no tanto en Europa.
- Este tipo de construcciones «voladas» que se levantan «apoyadas» en el monte, pero sin necesidad de excavarlo, son frecuentes en los Alpes desde hace años y también han empezado a verse recientemente en el Pirineo. Es la propuesta más ecológica porque apenas toca el monte. Es más barata, viable, sostenible y fácil de ejecutar que una carretera de costa convencional. El aspecto exterior del acantilado no varía. Incluso en el caso hipotético de que dentro de muchos años se optara por retirarla, podría hacerse y el paisaje mantendría la misma imagen que ahora.
- Una de las dificultades es «sujetar» la pasarela al monte.
- Hemos recorrido decenas de veces esa ladera, la hemos estudiado palmo a palmo con informes geotécnicos, y se ha medido casi al milímetro dónde se colocará cada uno de los soportes que descansarán en el monte. Quedará perfectamente sujeta y no dañará a la ladera. Y la pasarela queda a cierta distancia del monte, de modo que hipotéticos desprendimientos no la afectarían.
- Está sobre el mar, y hay temor a que puedan afectarle las olas.
- La pasarela va a una altura entre catorce y 22 metros por encima del nivel del mar. Hemos estudiado las mareas de los últimos cincuenta años y nunca ha habido olas que lleguen a esa altura. No hay riesgo en ese sentido.
- ¿Sería complicado el proceso de construcción?
- Menos que en el caso de una carretera convencional. La pasarela se iría haciendo desde el punto de inicio en Sagüés y la propia pasarela va sirviendo de vial de servicio y obra. Con los medios adecuados podría ejecutarse incluso en doce meses.
- ¿El mantenimiento sería complicado en un lugar tan expuesto al rigor de la naturaleza?
- No especialmente. También pensamos que una obra de estas características merece ejecutarse con los últimos adelantos tecnológicos, incluida su conservación. Todo esos aspectos quedan por desarrollar, pero podría plantearse una iluminación con energía solar. ¿Por qué no?
- La conservación de los materiales en un punto tan expuesto ha sido puesta en cuestión.
- La elección definitiva del material se hará a medida que se precise el proyecto, pero pensamos en acero y madera, dos materiales ecológicos y de garantía. El acero elegido se denomina autopatinable porque su corrosión actúa como capa protectora frente a la ambiente exterior.
- Hay quien se opone al proyecto presentado.
- Y lo respetamos. Pero insistimos en el carácter sostenible de la obra y en el carácter que va a dar a la ciudad. Es un lugar de privilegio y la vista de la puesta de sol es, por ejemplo, excepcional. Con un criterio restrictivo San Sebastián no existiría hoy tal como la disfrutamos. Hay que cuidar al máximo el respeto al medio ambiente pero también cerrar la ciudad en uno de los puntos que quedaban pendientes desde hace tiempo.
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