Borrar
El irundarra Tioumentsev, que se vio obligado a jugar debido a las numerosas bajas, lanza a puerta. [F. DE LA HERA]
Triunfo épico del Bidasoa
Balonmano

Triunfo épico del Bidasoa

Los irundarras se rebelaron contra las circunstancias para ganar El Algeciras, también con poco banquillo, jugó peor los minutos finales

IÑIGO MORONDO

Domingo, 19 de noviembre 2006, 02:27

IRUN. DV. El balonmano aporta algunas sensaciones increíbles. El Bidasoa-Irun y Artaleku se conjuraron para ofrecer un final de partido de los que emociona a cualquier aficionado. El ruido en las gradas era ensordecedor en las últimas acciones del Algeciras y la defensa irundarra, espoleada, dio de sí lo que parecía que ya no podría. Los locales utilizaron un total de diez jugadores de campo. Ventura apenas jugó cinco minutos, Bilbija más o menos lo mismo hasta que cayó lesionado en el primer tiempo y Arrieta, tocado, sólo jugó el segundo. El desgaste para el resto fue tremendo.

Pero ayer el Bidasoa evidenció la mejor de sus virtudes. No se pueden negar que existen deficiencias, claro, pero casi todo se puede superar cuando un equipo juega con el corazón que el Bidasoa puso. Dicho así, casi parece poco. Se abusa tanto de expresiones como «dieron el 100%», que cuando un equipo hace lo que ayer el Bidasoa, no hay forma de encontrar las palabras.

Y si la plantilla daba en la pista la muestra del que fuera el carácter del club en otras épocas, lo propio ocurría en la grada. Artaleku no estaba lleno, ni de lejos, pero bastan los que estaban para que ni árbitros ni rivales estén cómodos. Y vuelvo a quedarme muy corto en la expresión.

Final de sufrir y gozar

Despertar esa pasión, suplir con casta todo aquello que falta (jugadores, fuerzas, calidad técnica...), superar al rival en ganas de ganar y ser capaz de llevarlo a la práctica. Todo eso es la gran virtud de este Bidasoa. Y en días como el de ayer, es suficiente para ganar.

Lo dicho hasta ahora, sirve sobre todo, para los 10 últimos minutos de partido. Con diferencias cortas y alternativas , Algeciras y Bidasoa estaban ofreciendo un partido entretenido, tenso y lleno de errores en ambos lados.

Uno por debajo (21-22), Georgescu se precipitó y desaprovechó un contrataque nacido de una parada de Erevik, espléndido desde que despertó en el minuto 18 del primer tiempo (primera parada). Jorge García Vega hacía pasos y Arrieta empataba marcando en el otro lado. Nadoveza devolvió la ventaja a su equipo. Aranburu falló y Erevik paró. Nilsson falló y Erevik paró de nuevo. La defensa y la grada se vaciaban en la ayuda al inspirado noruego, pero había que marcar. Viudes dio una muestra de raza con dos goles que peleó como un toro en los seis metros y Stankovic redondeó el parcial 3-0 que remataba el increíble esfuerzo defensivo. Anotaron Bustos y Nilsson para el 26-24 a falta de dos minutos, tiempo que no podría jugar Ventura, excluido en una acción que los colegiados castigaron, además, con penalti. Vega lo transformó y Nilsson también acertó en el siguiente ataque.

Coelho consiguió, casi de milagro, convertir el rapidísimo ataque andaluz y el Bidasoa se encontró con balón, uno arriba y 50 segundos por delante. Jugó bien los primeros 20 y forzó la exclusión de Bermejo. Al saque del golpe franco emprendieron la misma dinámica, pero del barullo salió Nilsson retorciéndose de dolor. No se oyó silbato alguno y acabaron perdiendo la posesión. En 10 segundos, el Algeciras jugó para el milagro un contragolpe relámpago, pero el tercer pase, un palmeo de Vega, resultó inalcanzable.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Triunfo épico del Bidasoa