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JAVIER PEÑALBA
Sábado, 2 de diciembre 2006, 10:51
Margarita Martín, directora del Centro Meteorológico del País Vasco en Donostia, cree que las elevadas temperaturas que se registran durante este otoño podrían ser consecuencia de los efectos del Niño. Este fenómeno, según Martín, se activó en septiembre y ha provocado un calentamiento del mar en las costas occidentales de Suramérica, donde el agua se ha calentado entre 1 y 1,5 grados.
- Primavera cálida, verano cálido y otoño casi como primavera. ¿Qué pasa con el tiempo?
- Es difícil saberlo. No obstante, conocemos que desde el mes de septiembre está en marcha el fenómeno del Niño y cada vez que esta situación se da en las costas occidentales de Suramérica, las temperaturas tienden a subir en Europa. El Niño no es más que un síntoma del estado climático. Hay años en los que las costas occidentales de los continentes tienden a calentarse y España está en la costa occidental de Europa.
- ¿En qué medida se percibe el Niño en Euskadi?
- No cabe duda de que los efectos son mucho mayores en América, pero aquí también los acusamos. El Niño más fuerte que se recuerda fue el de 1983. Aquel año se produjeron las inundaciones más graves que ha habido en el País Vasco. Precisamente, en noviembre del 83 también se midió la temperatura media más alta en la historia del observatorio de Igeldo que fue de 14,2º. El siguiente Niño más potente fue entre 1997 y 1998. Entonces, en Euskadi, el 1 de junio del 97 se midió la intensidad de precipitación máxima en Igeldo y se produjeron asimismo inundaciones. Al año siguiente, en el Golfo de Vizcaya, se generó una ciclogénesis explosiva que causó el hundimiento de un pesquero de Pasaia, el Marero. Mucho más lejos en el tiempo, el año 1933 hubo graves inundaciones en el País Vasco. Entonces también coincidió con el fenómeno del Niño.
- Parece que estamos en un mundo al revés. En Andalucía y centro de la península llueve y hace más frío; en el Norte apenas cae una gota y suben las temperaturas.
- Los años en los que hay Niño se activa mucho la formación de borrascas en el Atlántico y esta situación siempre va precedida de vientos del Sur. Estos vientos en el Cantábrico tienen procedencia terral, no aportan agua y hacen que suban las temperaturas. En Andalucía, sin embargo, los mismos vientos provienen del Golfo de Cádiz, van cargados de humedad, de ahí que allí haya llovido tanto.
- Sí, pero en Alemania también están sorprendidos de las altas temperaturas que registran, con medias de tres grados por encima de lo habitual.
- Es que en Alemania sucede lo mismo. Los vientos del Sur tienen que superar los Alpes y los frentes llegan secos y recalentados. La humedad se queda en áreas del Mediterráneo.
- ¿Es posible pronosticar cuándo se va a dar un fenómeno del Niño?
- Hemos avanzado bastante, pero aún nos encontramos lejos, muy lejos de controlar la situación. No se sabe por qué se produce, aunque hay varias teorías al respecto. No obstante, ninguna está demostrada. Además, la periodicidad no es exacta; pueden darse cada dos o siete años. Incluso hemos estado quince años sin Niño. El sistema climático no se conoce completamente y cuando suceden cosas anormales se pueden aventurar causas inmediatas, pero las profundas las ignoramos.
-¿Qué factores hay para afirmar que el Niño se ha activado?
- La temperatura del agua del mar frente a las costas de Perú ha aumentado, de momento, entre 1 y 1,5 grados, por lo que estamos aún ante un débil Niño. Sin embargo, el máximo de la corriente se da entre diciembre y enero. Luego, el resto del año se mantiene hasta nuestro verano.
- ¿La temperatura del mar también ha experimentado cambios?
- Este año, en Donostia se han batido los récords de temperaturas del agua del mar nada menos que en cuatro meses: julio, septiembre, octubre y noviembre. Según datos obtenidos en el Aquarium, este mes la media ha sido de 17,4º cuando lo normal es que a estas alturas se situase en 15,4º. Es un dato importante, es un síntoma, un indicador de que algo está sucediendo. Puede que se esté produciendo un efecto parecido al del Niño en todas las costas occidentales de todos los continentes.
- ¿Hay quienes afirman que estamos en pleno cambio climático?
- Lo que sucede en un mes no es consecuencia del cambio climático. Ahora bien, la tendencia que observamos en las temperaturas desde los años 80 puede ser un indicio de que se está produciendo un cambio climático, ya sea natural o no. Soy escéptica en torno al cambio climático, pero es sospechoso que coincida esa tendencia al alza de las temperaturas con el aumento de la contaminación de la capa baja de la atmósfera. No puede ser una casualidad. Por ello, soy partidaria de apoyar, a costa de lo que sea, todo aquello que suponga una reducción de la contaminación. Las consecuencias pueden ser gravísimas. Podría estar superponiéndose un cambio climático natural y otro introducido por la mano del hombre.
- Las precipitaciones también han experimentado un descenso.
- Se estima que ha llovido en torno a un 20% menos en la costa. En el interior, el déficit es mucho mayor. En Álava se han recogido todavía menos litros, 57, con lo que la precipitación ha sido un 40% inferior a la media. Esta escasez es atribuible a la prevalencia de situaciones con vientos del Sur que, además, han sido los causantes de que se hayan batido récords máximos de temperatura en julio y octubre. En noviembre, finalmente, no hemos superado la marca histórica por una décima. La temperatura media ha sido de 14,1º, cuando la anterior databa de 1983. Entonces, la media fue de 14,2 grados.
- Se observa además que la mayor parte de la lluvia se concentra en pocos días. El mes pasado, por ejemplo, de los 128 litros registrados, casi el 80% se recogieron en 48 horas.
-Es que las borrascas atlánticas, además de viento sur, generan chubascos intensos. Las precipitaciones persistentes están asociadas al anticiclón de las Azores y éste se encuentra totalmente desplazado, en el centro del Atlántico, al Oeste de las islas. De esta forma, las borrascas descienden de latitud, con lo que los vientos ya no nos llegan del oeste o noroeste, como lo hacen habitualmente, sino que vienen del suroeste y se convierten en sur al atravesar la cordillera. Del carácter de este tipo de precipitación dan buena muestra los registros obtenidos este mes. En Hondarribia han caído 168 litros y en Donostia, 128. Las dos estaciones están alineadas, próximas una a la otra y sin embargo en una ha sido un mes más bien seco y en la otra normal.
- ¿Hay alguna predicción para los próximos meses?
- El centro Europeo de Predicción a largo plazo pronostica para diciembre temperaturas superiores a las normales y lluvias ligeramente por encima de las habituales. Para enero, febrero y marzo se mantiene la tendencia hacia temperaturas superiores a las normales, si bien no cabe esperar que las precipitaciones se separen de los parámetros normales.
-Muchas personas están pendientes de la nieve. ¿Nevará pronto en las cumbres?
- Hasta el día 6 no entrará el viento del noroeste y, en consecuencia, es muy difícil que caiga un solo copo. El día de la Constitución podría nevar en el pirineo navarro y aragonés, es decir en la parte más occidental de la cordillera. Al día siguiente, las nevadas podrían extenderse al valle de Arán, pero tampoco serán muy intensas. En el País Vasco, el viento del sur rolará al oeste. Mañana y el lunes podría llover de manera abundante en el País Vasco.
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