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FERMÍN APEZTEGUIA
Martes, 26 de diciembre 2006, 09:18
Un empaste, por muy bien hecho que esté, no basta para curar una caries. Sin un tratamiento adecuado, la sonrisa más perfecta diseñada por el odontólogo más reputado puede convertirse de nuevo en una boca negra, repleta de piezas dañadas. Lo dice el estomatólogo Julián Aguirrezabal, vicepresidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, que asegura que la caries, pese a lo que siempre se ha creído, no es una simple lesión en un diente, sino una enfermedad infecciosa muy extendida entre la población, que se propaga a través de la saliva. «Una servilleta para dos, un cubierto compartido, incluso un beso son suficientes para desencadenarla», advierte.
-¿De verdad puede llamarse enfermedad a la caries dental?
-El estadounidense Dayton Miller descubrió en el siglo XIX que las caries se producen por unos microorganismos, que llamamos placa bacteriana. Él la denomino la gangrena de los tejidos duros. Pero siguiendo la teoría hipocrática de que 'donde hay pus hay que quitarlo', se pensó que eliminando la caries se superaba la enfermedad.
-Y se ha visto que no es así...
-Los dentistas llevamos 200 años quitando caries. La experiencia nos ha permitido ver que, por mucho que las quites, los pacientes reinciden y vuelven a tenerla.
-¿Nos limpiamos mal los dientes?
-Lo que pasa es que durante 200 años hemos llamado por el mismo nombre a la enfermedad y a sus efectos. Es decir, que la caries no es el diente picado, sino la patología que lo causa. Es como si, salvando las diferencias, llamáramos tuberculosis tanto a la infección como a las cavernas que provoca en los pulmones. En 1999, John Featherstone determinó que lo propio era denominar enfermedad a la caries, pero los odontólogos todavía no nos hemos acostumbrado.
-Si es una enfermedad infecciosa, ¿cómo puede prevenirse?
-Con una adecuada higiene, que incluya no sólo la limpieza bucal. La caries se transmite a través de la saliva, de los padres a sus hijos, por medio de cucharas y servilletas compartidas; en la guardería, de la instructora a los niños...
-¿Intercambiar un chupete...?
-También.
-¿Y con un beso?
-¿No le quepa duda!
-¿Ojo con los besos con lengua...!
-Pues sí, ja, ja. ¿Mucho cuidado!
Como cuidar los zapatos
-¿Es un error considerar que no tiene sentido cuidar los dientes de leche, que ya llegarán otros?
-Es como si nos compráramos unos zapatos y no los cuidáramos. ¿Total, como se van a romper ! Los dientes de los niños son fundamentales para el futuro de su boca definitiva. A base de masticar, desarrollan sus bases, sus maxilares, su mandíbula. Si pierden una pieza por un traumatismo o lo que fuera, el maxilar se atrofia y puede ocurrir que el diente definitivo no alcance el tamaño adecuado.
-¿Quiere decir, que propicia que los dientes aparezcan montados?
-Por ejemplo. Efectivamente, es una tragedia. La naturaleza no hace las cosas al azar.
-La caries, entonces, no es cuestión de genes.
-No hay esmaltes débiles, ni puede decirse a alguien que lo suyo no tiene remedio. Casi todos los humanos tenemos el mismo esmalte.
«A partir de un año, ni biberón ni leche materna»
Julián Aguirrezabal dice que a partir de un año, los niños deben dejar de mamar y comenzar a usar vasos y tazas.
-¿Nada de biberón?
-Si los niños se quedan dormidos, las glándulas salivares dejan de funcionar. La boca se impregna entonces de leche; que es en un 10% azúcar puro. La lactosa destroza la boca.
-Creo que esto no va a gustar a la Liga de la Leche Materna...
-Todos somos partidarios de la leche materna, pero en una sociedad normal basta con amamantar al niño durante seis meses o, si se quiere, un año. En países donde no tienen otros recursos, es normal que estén tres.
-¿Cuándo debe enseñarse a un niño a limpiarse la boca?
-El niño imita. Al principio será un juego, pero cuando tenga suficiente edad y destreza
-¿A partir de qué edad deben asistir a revisiones periódicas?
-El Estado de Nueva York aconseja que a partir de un año se visite al odontólogo cada seis meses.
-¿Y los adultos?
-No pida a su dentista un empaste, sino tratamiento preventivo.
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