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JUANMA VELASCO jmvelasco@diariovasco.com
Lunes, 12 de febrero 2007, 09:10
SAN SEBASTIÁN. DV. La historia de Sergio Acevedo, colombiano de 34 años afincado en Elgoibar y enfermo de leucemia, sigue pendiente de la llamada de su padre biológico, un popular cantante suramericano de vallenatos que hasta hace seis meses desconocía la existencia de este hijo. Sergio necesita con urgencia un trasplante de médula ósea para salvar su vida y, según los médicos que le tratan en el Hospital Donostia, existe un 30%de probabilidades de que la sangre de su padre sea compatible. Por eso busca su ayuda «desesperadamente».
La petición de auxilio se llevó a cabo hace seis meses, pero el cantante, a pesar de que siempre ha mostrado su voluntad de colaborar, todavía no se ha sometido a la prueba que disipe si su médula ósea es compatible. Llamadas de teléfono, entrevistas personales con la madre... Todo quedaba en buenas palabras. «No quiero su dinero, ni perjudicar su carrera artística ni a su familia actual. Tan sólo quiero que se haga una prueba sanguínea», recuerda Sergio, que ve como pasa el tiempo entre sesión y sesión de quimioterapia.
Finalmente, un amigo le propuso contar su historia en la prensa colombiana para lograr que el popular cantante de vallenatos se decidiera a cumplir con sus palabras. «Ni yo ni mi madre -que tuvo una corta relación con el cantante fruto de la cual nació Sergio- hemos querido tener protagonismo en esto, pero es mi vida y hay una posibilidad de que me pueda salvar gracias a eso». La respuesta del artista llegó en forma de declaraciones a los medios de comunicación: «Me haré la prueba sea o no su padre, porque soy una persona humanitaria». DV se puso en contacto ayer con el mánager del artista, Mario Puerta, que anunció que el cantante llevaría a cabo la prueba sanguínea «esta misma semana», en la clínica Reina Sofía de Bogotá, donde el artista tiene sus médicos de confianza. Tiempo al tiempo.
Puerta añadió «que Oñate siempre había mostrado su disposición a hacerlo como gesto humanitario, porque lo importante es salvar una vida». El mánager recordó que el cantante se encuentra recuperándose de una intervención. De hecho, tuvo que suspender varios conciertos y «no está prevista su reaparición hasta el viernes 16 de febrero». Asimismo, recordó que para el artista fue «toda una sorpresa el descubrir que tenía un hijo 34 años después».
Tras conocer ayer el mensaje de Jorge Oñate, de boca de su mánager, Sergio asegura que tiene «fe» en que se haga la prueba. «Pero yo hasta que no lo haga no descanso», reconoce. El colombiano afincado en Elgoibar llama a diario a su país, a la casa de sus tíos donde se crió, y las últimas noticias que le llegan apuntan a que «incluso los propios hijos del cantante le están aconsejando que vaya de una vez a hacerse la prueba».
Sergio acudirá este jueves a la rutinaria sesión de tratamiento de quimioterapia del Hospital Donostia. «Espero que para entonces ya me informen de que se ha hecho el análisis y del resultado». ¿Y si no es compatible? «Agradeceré a Jorge Oñate que se haya hecho la prueba. Lo único que me quedaría entonces es seguir pidiendo a Dios que haya en el mundo alguna persona que pudiera ser compatible conmigo para el trasplante de médula ósea».
Revuelo mediático
La historia de Sergio o del hijo no reconocido del cantante Jorge Oñate, según se mire, ha tenido una repercusión importante en los medios de comunicación colombiano, a causa de la popularidad del presunto progenitor y de la gravedad de la enfermedad del paciente. Tanto es así que, además de reportajes en periódicos de tirada nacional, el asunto ha llegado estos días a la televisión.
«Caracol Televisión entrevistó en directo a Jorge Oñate en su casa y me puso en contacto con él vía teléfono móvil. En ese programa me dijo que estaba dispuesto a ofrecerme su ayuda. Yo le recordé que hace seis meses ya le habíamos pedido que colaborase y sin resultado. Se defendió diciendo que había perdido los números de teléfonos», cuenta Sergio. En el citado espacio televisivo, el cantante recibió a la periodista en su casa, vestido con una bata y con cierto aspecto de debilidad a causa de su reciente operación que le tiene apartado de los escenarios temporalmente.
Hubo otra comparecencia televisiva similar con padre e hijo al teléfono. «Son las dos únicas ocasiones que he podido hablar con él». La aparición tuvo lugar en la cadena RCN. «Me dijo que su médico se iba a poner en contacto con el Hospital Donostia para concretar el día en el que iba a realizarse la prueba», recuerda el joven colombiano.
Por si fuera poco, en su últimas intervenciones públicas en la prensa colombiana, el cantante de vallenatos ha manifestado su intención de realizarse también una prueba de ADN que determine su paternidad. «Yo sólo le pido que se haga un análisis de sangre y, si es compatible, bien. Si no, nos olvidamos del tema. Le he buscado y he insistido en su ayuda porque desde la primera vez que habló con mi madre dijo que me ayudaría».
La historia
Sergio Acevedo se crió en Colombia en casa de sus tíos y, a los ocho años, le revelaron que aquel artista que salía en televisión era su padre. El entonces chaval siguió con su vida «sin tener ningún interés» por encontrar a su padre biológico, pero sin poder evitar que amigos y familiares le hicieran comentarios de «lo mucho que se parecía» al cantante.
Creció, se casó con Katerine y, la falta de trabajo hizo que viviera a España hace cinco años. Vivió primero en Eibar y se afincó en Elgoibar desde finales de 2005, dejando atrás la Colombia en la que se crió. Antes de caer enfermo trabajaba cuidando ancianos y, en sus ratos libres, hacía trabajos de pintor. Fue en uno de estos trabajos cuando sufrió un accidente al caerse de un andamio, que sirvió para que le diagnosticaran la leucemia «avanzada». Los médicos del Hospital Donostia le comunicaron que la «única salida para seguir adelante» era un trasplante de médula ósea. Como las probabilidades de compatibilidad «son mayores entre los familiares directos» y Sergio no tiene hermanos, las esperanzas estaban puestas en la madre. No hubo coincidencia. La segunda y única opción era su padre, el popular cantante colombiano Jorge Oñate, que hasta hace seis meses ni siquiera sabía de la existencia de su hijo.
El tiempo corre en su contra. Sergio lleva nueve meses con «agresivas quimioterapias» que le han hecho perder casi 50 kilos -pesaba 120 y llegó a quedarse en 75- y no pierde la esperanza de que su padre le salve o de que, en el peor de los casos, surgiera una coincidencia en el Registro de Donantes de la Fundación Josep Carreras, en el que están circulando sus datos. «El tratamiento con quimioterapias me puede alargar la vida meses o años, no lo sé. Incluso, un hipotético trasplante de médula ósea podría no ser definitivo, porque habría que esperar a ver cómo reacciona mi cuerpo», cuenta el colombiano.
A pesar de la enfermedad, el matrimonio no pierde la esperanza. En octubre su mujer dio a luz a Iker. «Quiero poder vivir para ver crecer a mi hijo».
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