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XABIER GALARTZA
Jueves, 15 de febrero 2007, 09:42
SAN SEBASTIÁN. DV. Veinte minutos. Este el el tiempo que el Akaba finalmente concedió como tregua al Vicar Goya para finalmente desenmascararse y decantarse por mostrar su mejor cara hasta el extremo de convertir el partido en un recital goleador con dosis de espectáculo. La más signficativa el fly convertido por Patri Pinedo mediada la segunda mitad.
Con esta actuación, se confirma una vez más la curiosa dinámica establecida en los últimos años entre ambos equipos al inclinarse la victoria por el conjunto anfitrión por una renta superior a los seis goles. Esta vez han sido diez, aunque pudieron haber sido muchos más. La primera vez que el Akaba alcanzó esta renta máxima, todavía tenía veinte minutos por delante para jugar.
Este margen, más que generoso, fue providencial para que Tati Garmendia optara en dar minutos de descanso a las titulares, a fin de escatimar esfuerzos ante el partido de ida de los octavos de final de la Recopa del domingo (12.00) ante el Astrakhanochka.
De este modo, Trigueros se colocó bajo los palos en lugar de Ciobanu, que había acumulado hasta entonces ocho paradas y en la primera línea Tati Garmendia y Patri Pinedo se alternaron en el centro mientras eran escoltadas por la croata Krnic, que no estuvo fina en el lanzamiento exterior, y por Petrinja, que aprovechó como nadie los resquicios defensivos para adentrarse hasta los seis metros y perforar en repetidas ocasiones la meta defendida por Sobrino. Las suplentes fueron capaces de mantener la renta sin dificultades.
El partido se quebró a falta de los diez minutos para el descanso, merced a un parcial de 5-0 (tres contragolpes, un penalti y desde pivote), que permitió a las donostiarras marcharse al vestuario con un prometedor 15-10. El cerrojo defensivo fue la clave de su despegue. Anuló a la goleadora danesa Jensen que en el partido de ida anotó diez goles. Su rol lo asumió su compatriota y ex jugadora del Akaba hasta hace unas pocas semanas, Andersen.
Al principio Al Akaba le costó hacerse a la profunda defensa 3:3 almeriense, lo que provocó repetidas pérdidas de balón. Necesitó más de cinco minutos para estrenar su casillero y trece para ponerse por delante (5-4). El nuevo fichaje, la serbia Obucina, que siguió el partido desde la grada, confesó que su nuevo equipo le causó una buena impresión.
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