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J. ROLDÁN
Sábado, 3 de marzo 2007, 03:35
SAN SEBASTIÁN. DV. Varias decenas de víctimas del terrorismo se concentraron ayer tarde ante el Hospital Donostia para protestar por la decisión del Gobierno de «atenuar» la situación penitenciaria de Iñaki De Juana. A pocos metros de la habitación en la que está ingresado desde el jueves el antiguo miembro del comando Madrid, representantes del Colectivo de Víctimas del País Vasco (Covite), comparecieron ante la prensa en la entrada del centro sanitario portando carteles blancos con frases como «De Juana Chaos, hiltzaile» y «Sin justicia no hay libertad». Los concentrados también portaban los nombres de las veinticinco víctimas mortales atribuidas en sentencia condenatoria a De Juana. Se instalaron altavoces en las aceras.
Consuelo Ordóñez, que fue la primera en intervenir, calificó de «bochorno» e «indigno» la actitud del Gobierno sobre el caso De Juana, a quien calificó de «asesino de serie». La hermana del edil popular asesinado por ETA arremetió contra el Gobierno por su «claudicación ante ETA».
José María Múgica, hijo del histórico dirigente socialista Fernando Múgica, cerró el acto ante el centro hospitalario. Advirtió que el 1 de marzo -fecha en la que De Juana fue trasladado a Donostia- será recordado como «el día de la infamia, el luto y la tristeza para la democracia española». A su juicio, la decisión del Gobierno es la «negación» de la esperanza ante la posibilidad de derrotar el terrorismo y aseguró que el gabinete de Zapatero había traspasado las «líneas rojas» de la dignidad.
Múgica sostuvo que «estamos peor que hace un año» porque, según dijo, «los demócratas nos encontramos divididos». Denunció la política del Gobierno que «nos envilece, nos hace peores y nos pone a los pies del chantaje terrorista». Exigió que cese la «mentira» y la «indignidad», y al mismo tiempo anunció que el colectivo de las víctimas no se resignarán y trabajarán con los «mejores valores» para «derrotar «el terrorismo».
Al acto de protesta también acudieron Pilar Ruiz y Estíbaliz Garmendia, madre y viuda de Pagazaurtundua; Caty Romero, viuda de Alfonso Morcillo; Silverio Velasco, cuñado del general Garrido; la eurodiputada socialista Rosa Díez, Cristina e Irene Cuesta, hijas del delegado de Telefónica asesinado por ETA Enrique Cuesta; Pilar Elías, viuda del militante de la UCD Ramón Baglietto, así como Miguel y María Jesús Olaciregui, hermanos del empleado de una tienda de bicicletas.
Hubo momentos especialmente emotivos protagonizados por la familia Pagazaurtundua. La viuda, Estíbaliz Garmendia, no pudo reprimir el llanto minutos antes de la concentración. Pilar Ruiz, la madre del militante socialista, clamó por su hijo: «A Joseba lo mataron y no le dieron abogado. No hay derecho. Han sido unos cobardes y nos han dejado solos... con Dios», denunció.
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