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Politica

La Policía dudó de la autoría de ETA a las cuatro horas de los atentados del 11-M

El agente que inspeccionó la furgoneta usada para colocar las bombas dice que no halló ni un rastro de la organización Los investigadores desconocen la identidad de dos de los autores

ALFONSO TORICES

Jueves, 8 de marzo 2007, 02:47

MADRID. La Policía Nacional empezó a dudar de que la masacre del 11-M fuese obra de ETA sólo cuatro horas después de que se perpetrasen los atentados. El dato lo aportó ayer, en la duodécima jornada del juicio, el policía nacional que investigó la primera prueba directa localizada aquella mañana, la furgoneta Renault Kangoo aparcada junto a la estación de Alcalá de Henares en la que parte de los terroristas se desplazaron para colocar las bombas en los trenes de cercanías.

El agente, un experto en ETA de la Brigada Provincial de Información de Madrid, aseguró ayer al tribunal que nada más realizar una rápida inspección ocular de la furgoneta, sobre las once de la mañana, se dio cuenta «de que no veía el 'modus operandi' de ETA». «Eso me llevó a pensar ya en ese momento que el vehículo no era de ETA», concluyó.

El policía, a preguntas de la fiscal Olga Sánchez, explicó de forma detallada las razones de su convencimiento. La furgoneta había sido robada once días antes, pero las matrículas que portaba eran las auténticas; las cerraduras de las puertas no tenían el más mínimo indicio de haber sido forzadas, y en el interior del vehículo no había indicio de artefacto explosivo alguno que sirviera para destruir el vehículo y hacer desaparecer las huellas dactilares y cualquier otro elemento incriminatorio contra los terroristas.

ETA, como recordó el experto, siempre coloca matrículas 'dobladas' en sus coches robados, revienta las cerraduras con un artilugio al que llaman 'sacacorchos' y hace estallar lo vehículos que abandona tras los atentados para destruir las pruebas. El investigador reiteró, a preguntas de los acusadores, su temprano convencimiento sobre la no participación de ETA en los atentados del 11-M y dijo ignorar si sus jefes informaron a sus superiores o por qué el Gobierno insistió hasta la madrugada del 14 de marzo que la organización terrorista era la línea prioritaria de la investigación.

El agente acudió a la estación tras la alerta que dio el portero de un inmueble cercano, a quien, tras los atentados, le pareció sospechoso que en una mañana poco fría, sobre las 6:45 horas, tres hombres con los rostros cubiertos con gorros y bufandas saliesen del vehículo cargados con mochilas, camino de la estación.

Como comprobó la Policía durante la tarde-noche del 11-M, la furgoneta Kangoo se convirtió en una de las pruebas clave. En su interior se halló una cinta de rezos coránicos, un trozo de cartucho de Goma 2 ECO (robado en Mina Conchita), siete detonadores (de igual origen) y los perfiles genéticos y huellas de tres de los suicidas de Leganés -Abdenabi Kounjaa, Allekema Lamari y Rifaat Anouar- y del autor material huido Daoud Ouhnane.

La última sesión de la semana se inició con el testimonio de una inspectora de la Unidad Central de Investigación (UCI) de la Policía que en agosto de 2005 analizó para el juez instructor Juan del Olmo un informe resumen con todas las conclusiones recopiladas en año y medio de investigaciones sobre la matanza.Una de las fundamentales es que dos de los terroristas que subieron a los trenes para colocar las mochilas bomba son todavía unos desconocidos para la Policía. No se sabe quiénes son ni dónde están.

Núcleo duro

La inspectora indicó que aunque no sabe con exactitud quiénes formaron el núcleo duro del comando, sí tienen pruebas de que entre ellos estaban los siete suicidas de Leganés, tres de los acusados en el juicio -Jamal Zougam, Abdelmajib Bouchar y Basel Ghalyoun-, dos de los huidos -Mohamed Afalah y Daoud Ouhnane-, y el marroquí detenido la semana pasada (Abdelillah Hriz).

Las investigaciones suman a estos trece presuntos terroristas otros dos, los correspondientes a los perfiles genéticos 16-39 y 18-38. El ADN del primero está presente en los pisos francos de Leganés (inmolación) y de Chinchón (lugar de fabricación de las bombas), además de en el Skoda Octavia (uno de los coches usados para ir a colocar los artefactos). Los restos biológicos del segundo terrorista anónimo han sido localizados en Leganés y en Chinchón.

La analista policial también enumeró las pruebas de que los atentados fueron ejecutados por una célula local que seguía las directrices de Al-Qaida, que los investigadores han manejado unos 64.000 registros telefónicos para establecer indicios, que hay 105 huellas halladas en escenarios de la preparación o la ejecución de la masacre que no han podido ser identificadas, y que el comando islamista tenía la intención de volver a cometer nuevas masacres a partir de la tarde del 4 de abril de 2004, sólo unas horas después de que fuese acorralado y desarticulado en Leganés. COLPISA

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