Borrar
Arturo Tirador, en su lugar de trabajo, quiere democratizar el arte.
«Todos somos unos artistas en potencia»
ARTURO TIRADOR CREADOR Y DIRECTOR DE SANE SOCIETY

«Todos somos unos artistas en potencia»

El bergarés tuvo la iniciativa de crear el portal después de conocer a muchos compañeros que no podían acceder al público por no ser reconocidos

A. B.

Domingo, 8 de abril 2007, 03:29

Artista, empresario y, sobre todo, «perseguidor de sueños», Arturo Tirador (Bergara, 1965) quiere «democratizar el arte». Por eso creó, hace cuatro años, www.sanesociety.org, un lugar de encuentro y promoción de artistas de todo el mundo, con sede física en Vitoria, que ya cuenta con una base de datos de más de 100.000 autores y empresas relacionadas con el mundo del arte, la música o la literatura. Actualmente hay expuestas en el portal 35.000 obras y son varios miles de trabajos los que Sane Society recibe al mes.

- Sane Society es sinónimo de democratización del arte. ¿Por qué esta misión tan solidaria para con el arte? ¿Quiere abrir a los artistas una puerta que a usted, quizá, le cerraron?

- Supongo que toda buena idea surge de una necesidad personal. Efectivamente, haberlo vivido en mis propias carnes y, sobre todo, haber sido testigo de que miles de artistas, muchos de ellos con gran talento, carecían de un público con el que compartir su obra, me hizo sentir la necesidad de crear un espacio alternativo donde ese talento quedara plasmado y no se perdiera. Posiblemente sólo uno de cada mil músicos tiene un contrato discográfico, lo que significa que los otros 999 no existen. Y lo mismo ocurre en el arte o la literatura. En Sane Society lo que hemos pretendido es ofrecer a todos estos autores un lugar de promoción y encuentro donde la idea de compartir es más importante que la de competir.

- ¿Por qué este empeño en que todo el mundo pueda ser artista cuando, precisamente, una de las señas de identidad que persigue a la figura del creativo es la de genio o ser superior?

- Estoy convencido de que lo que verdaderamente caracteriza al ser humano es su capacidad creativa y social, es decir, su vocación de compartir esos descubrimientos con otros miembros de su sociedad. Pero nos olvidamos que somos creadores y nos conformamos con convertirnos en consumidores de las creaciones ajenas. Una sociedad es tanto más sana cuando aportamos algo válido y es apreciado por los demás. De hecho, el nombre de la empresa está inspirado en el libro de Erich Fromm titulado The Sane Society, donde describe, a su manera, esa sociedad sana a la que muchos aspiramos e intuimos realizable.

- Luego cree que el artista no nace, se hace

- Todos somos artistas en potencia porque todos somos capaces de crear algo y de expresarlo. Lo que hace falta es encontrar el lenguaje adecuado y emplear la dedicación suficiente para desarrollarlo. Además, no es necesario tener aspiraciones profesionales para crear. A uno le puede gustar jugar al baloncesto y nadie por ello espera que sea Michael Jordan. Sin embargo, en el arte las exigencias son mayores y no comprendo por qué. Para mí, crear es algo sano y divertido y no deberíamos sentirnos cohibidos por lo que los demás vayan a pensar. Estamos demasiado influidos por criterios puramente estéticos y comerciales.

- ¿De dónde surgió la idea?

- De mi fascinación por el poder de comunicación e internacionalización que ofrece internet. Nunca he sido un hombre al que gusten las fronteras y la red es lo que más se parece a un mundo sin ellas. Además, cuando se compite solo ganan unos pocos, pero cuando se comparte, ganamos todos y la web ofrece unas posibilidades de cooperación e interacción antes nunca vistas, lo cual hace que todo progrese a gran velocidad. Sane Society, sin ir más lejos, no ha cumplido aún cinco años y estoy convencido de que nuestro décimo aniversario presentará un escenario bien distinto al actual que ni siquiera nosotros nos atrevemos a predecir.

- Acaba de recibir varios premios, entre ellos, el del Correo Digital a la mejor web de ocio y servicios y el Premio Álava Emprende. A la vez, son ustedes quienes los reparten. ¿Cada cuánto se entregan y en qué consisten?

- Antes de nada, quiero decir que en Euskadi no somos plenamente conscientes de la suerte que tenemos. Si tienes ideas originales y ganas de trabajar las instituciones acaban tomando nota y brindándote su apoyo. Con respecto a nuestros propios premios, el primer certamen lo celebramos el año pasado, como promotores del Día Internacional de Internet. Actualmente estamos trabajando en el desarrollo de unos nuevos premios internacionales que esperamos se conviertan en un evento anual. La idea es premiar al mejor autor novel en cada una de las diez categorías (música, pintura, escultura, arte digital, etc). El público elegirá a cien finalistas de cada categoría y un jurado experto determinará el ganador.

- ¿Qué pasa con esos artistas que se quedan en el camino?

- El éxito es relativo. Nosotros llevamos trabajando en Sane Society seis años, cuatro de de cara al público y solo en los últimos cuatro meses hemos comenzado a recibir premios. A menudo uno abandona antes de tiempo por desesperación o por pura necesidad. Otras veces, no sabemos responder a los mensajes que la sociedad nos está transmitiendo acerca de sus necesidades y por eso hay que saber escuchar y colaborar con otros que puedan aportarnos lo que a nosotros nos falta. De todas formas, uno ha de fracasar muchas veces antes de aprender a triunfar.

- Un largo periplo y muchas experiencias hasta asentarse en Vitoria. Salió de Bergara con 18 años para estudiar en Bilbao, después Madrid, Londres, República Checa ¿Cómo han sido todos estos años?

- Aunque todo junto y resumido parezca poco coherente, en mi trayectoria hay un hilo conductor que se está haciendo más obvio con el tiempo. Dejé la carrera de Derecho en Bilbao y me fui a Londres como cantante porque la discográfica CBS me ofreció grabar un álbum en Madrid, pero no me permitían cantar mis canciones en inglés y rechacé su oferta. En Londres pude cantar en inglés, pero no obtuve grandes resultados -la competencia era feroz, comparando con Madrid-, por lo que opté por construir mis propios estudios y grabar discos para otros artistas, algunos de ellos, como Jamiroquai o Primal Scream, de gran éxito internacional. Lo de los derechos humanos es más difícil de encajar en esta historia. Básicamente, necesitaba un respiro del mundo discográfico para reencontrar esa ilusión que me había llevado a Londres trece años atrás. Ese respiro o magia perdida me lo dio trabajar en sectores tan apasionantes como la Psicoterapia o la defensa de los derechos humanos. Mi trabajo en la República Checa consistió en investigar las escuelas por discriminación racial contra los niños gitanos, con el fin de presionar al gobierno checo ante su inminente entrada en la Comunidad Económica Europea.

- Y tras su regreso a España, realizó un tour por todo el país en un autobús inglés, acompañando a una banda de rock

- Así es. Con el dinero de la venta de los estudios de grabación financié la promoción en España de una banda escocesa llamada Red Bus. La campaña consistió en lanzar un álbum y recorrer el país durante meses con un autobús inglés de dos pisos que compré y convertí en una especie de casa ambulante. Tuvimos bastante éxito mediático, pero no comercial. Una vez más, mereció la pena la experiencia. El éxito o el fracaso no siempre han de medirse con criterios estrictamente comerciales. Hay ciertas experiencias que no tienen precio.

- ¿Por eso sueña usted tanto? ¿Porque es gratis?

- Lo que me motiva no es soñar, sino realizar esos sueños y sentir que mi aportación será de alguna utilidad social. Más que artista o emprendedor me considero un perseguidor de sueños. Me gusta tener la mente abierta, pero necesito una gran carga de ilusión para que un objetivo capte mi atención. Una vez percibo que la ilusión se puede convertir en realidad, no me importa ir hasta donde haga falta para lograrla. Además, si bien mis raíces están en Bergara -algo que nunca he olvidado-, pronto me he sentido en casa allí donde he vivido.

- ¿Algún proyecto de futuro?

- Hemos trabajado durante los dos últimos años en el desarrollo de un nuevo portal llamado Merkopolis.com, que esperamos presentar al público en los próximos meses y que consistirá en un lugar de compra, venta, intercambio y subasta de obras de arte, con el fin de que nuestros autores profesionales generen ingresos. También acabamos de presentar en una exposición, con el escultor Casto Solano y el arquitecto Jesús Montejo, una propuesta para la construcción de un edificio-escultura: una espectacular cabeza de 33 metros de altura que permitirá a sus visitantes asistir en su interior y en directo a eventos artísticos, culturales y sociales que tengan lugar en distintos países e interactuar con los propios artistas. Éste es mi último sueño y me consta que cada vez es el sueño de más gente.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco «Todos somos unos artistas en potencia»