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José María de Orbe junto al cartel de La línea recta, ayer en San Sebastián. [JOSE USOZ]
«Me interesan los personajes anónimos frente a su realidad»
JOSÉ MARÍA DE ORBE KLINGENBERG DIRECTOR DE CINE

«Me interesan los personajes anónimos frente a su realidad»

El cineasta guipuzcoano estrena el viernes su película 'La línea recta', sobre una chica que trata de sobrevivir en los barrios y los trabajos más alienantes

RICARDO ALDARONDO

Miércoles, 25 de abril 2007, 10:26

La línea recta es una película que nace con vocación de rareza en el cine español de hoy, pero con la convicción de estar buscando nuevas formas expresivas, en consonancia con las que se dan en otros países. Su director, José María de Orbe Klingenberg, nacido en Astigarraga, tiene una amplia experiencia, aunque este sea su debut en el largometraje. Los premios, después de una juventud llevando bocadillos y cafés en rodajes de otros, los ha obtenido en el cine publicitario. Pero ahora, con La línea recta, ha pasado por el Festival de Gijón y el de Buenos Aires. Y su película provoca adhesiones totales, sorpresa, estupor, pero nunca indiferencia.

- Dentro de su sencillez de planteamiento, 'La línea recta' puede ser provocadora, según se vio en el Festival de Gijón.

- Sí, en la proyección alguien gritó 'vaya huevos', y otros le contestaron poniéndose a favor de la película y también hubo algún pataleo. Luego en la calle también venían jóvenes que estaban encantados con la película y me decían que era lo que a ellos les gustaría hacer, y por otra parte hubo algún señor que casi me insultaba. Bueno, no está mal que una película pueda causar esos apasionamientos. Es un intento de demostrar que en España también se puede hacer otro tipo de cine, con un presupuesto ajustado pero con libertad de planteamientos. En Buenos Aires gustó mucho, les sorprendió ver una película española así.

- Sin embargo no es una película de impacto, o provocadora en el sentido habitual de la palabra, porque se reduce a las vivencias diarias de una chica que trabaja en el buzoneo.

- Simplemente he hecho una película como yo la sentía, sin condicionamientos de ninguna clase, sin concesiones. No buscaba hacer un cine comercial, sino un tipo de cine que en España apenas existe, aunque sí se hace en otros países, por parte de directores como Tsai Ming-liang, Hou Hsiao Hsien, Gus Van Sant, o algunos cineastas iraníes.

- Supongo que se refiere al Gus Van Sant de 'Gerry', 'Elephant' y 'Last Days, no al de sus películas comerciales como 'Todo por un sueño' y 'Psycho'. ¿Usted se ve alternando esos dos tipos de cine?

- Sí, Gerry o Last Days me parecen obras maestras. Yo no creo que vaya a alternar esas dos líneas de cine. Soy un enamorado del cine clásico, y me encanta por ejemplo Clint Eastwood, Million Dollar Baby es una maravilla. Pero yo no voy a vivir del cine, para mí es una cosa vocacional, y me interesa hacer un cine, digamos, abstracto, no narrativo en el sentido tradicional, en el que no se produce un arco de transformación del personaje y no hay concesiones de cara a provocar unos determinados estímulos en el espectador. Pero tampoco es un cine tan insólito, ha tenido el reconocimiento en Cannes, donde Gus Van Sant o los hermanos Dardenne se han llevado la Palma de Oro.

- 'La línea recta' sigue a una chica que, entre otras, cosas trata de sobrevivir buzoneando publicidad. ¿Por qué eligió este personaje?

- Yo quería hablar de personajes pequeños y anónimos enfrentados con la realidad, y del mundo del trabajo. Y quería retratar el vacío existencial de los barrios dormitorio en las grandes ciudades, y lugares en los que se crean una vidas muy alienadas. Trabajos como el que hace Noelia, la protagonista de la película, cada vez están más en manos de los emigrantes, pero también los siguen haciendo los locales. Noelia desarrolla una rebeldía pasiva, una desgana provocada por lo que le rodea. Es un espejo que devuelve lo que recibe. Hace un trabajo en el que nadie le reconoce y sólo recibe malas caras. En principio yo pensaba que la protagonista fuera una mujer que limpia oficinas por las noches. Cuando he tenido que hacer trabajos publicitarios con mucha urgencia, he ido muchas veces a los laboratorios de noche, a edificios asépticos en los que limpian mujeres que tienen una vida muy dura. Cuando entró como guionista Daniel Villamediana, aportó la idea del buzoneo, porque él había trabajado en eso.

- Pero no cuenta toda la historia de esa chica...

- Es que a mí me interesa un cine del presente, yo no conozco las respuestas de lo que no sale en la película, no sé de dónde viene esa chica. No se trata de que esté ocultando cosas al espectador, en ese sentido trato de ser lo más honesto posible. Creo que es un cine exigente, pero que invita al espectador a participar, no se le da todo mascado.

- ¿Cómo se filmaron esas escenas cotidianas de la ciudad en las que parece que nadie se percata de que hay una cámara?

- Utilizábamos muchas veces cámara oculta, o disimulada, en ocasiones ni siquiera la actriz, Aina Calpe Serrats, sabía dónde estaba la cámara. También las voces de los porteros automáticos están tomadas con técnicas de documental.

Una actriz sin las técnicas de una actriz

Una de las sorpresas que depara La línea recta es el trabajo de la actriz mallorquina Aina Calpe, cuya escasa experiencia está en el mundo del teatro. En esta primera película, Aina Calpe se enfrentaba al reto de un papel que le mantiene en pantalla en todas las escenas y que requería un despojamiento total de los recursos dramáticos que suelen utilizar los actores. «Estuvimos seis meses ensayando para lograr esa naturalidad, puede parecer espontáneo pero hay mucho trabajo detrás», explica Orbe, que ha contado con actores poco conocidos, pero interesados en este tipo de cine, como el joven Alejandro Cano, y también con una actriz ya consagrada como Blanca Apilánez.

Después de trabajar en publicidad y haber ganado premios en Cannes y en San Sebastián por spots como el muy popular de la mano asomando por la ventanilla de un coche con la frase «¿Te gusta conducir»?, José María de Orbe montó la productora Fresdeval, que produjo Las horas del día, de Jaime Rosales.

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