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Las diez noticias clave de la jornada
«Hay que actuar con sentido de la urgencia y no dilatar los proyectos»
ROSINA GÓMEZ BAEZA DIRECTORA DEL CENTRO LABORAL DE GIJÓN

«Hay que actuar con sentido de la urgencia y no dilatar los proyectos»

La ex directora de Arco, que visitará Donostia esta semana, explica su experiencia en la gestación y puesta en marcha del centro cultural de Gijón

ALBERTO MOYANOamoyano@diariovasco.com

Domingo, 29 de abril 2007, 04:00

Después de veinte años al frente de la Feria de Arte Contemporáneo (ARCO), Rosina Gómez Baeza asumió el pasado mes de julio la dirección de LABoral, el centro de arte, cultura e investigación industrial inaugurado el 30 de marzo. En vísperas de visitar DFoto y Tabacalera, Gómez Baeza no oculta su asombro ante los plazos en los que se mueve el proyecto donostiarra -apertura en 2012-, y aunque confiesa no conocerlo a fondo, recomienda no iniciar las actividades mientras se realizan las obras de reforma del edificio. «No hay nada peor», advierte.

- ¿Cómo está funcionando el centro en las tres semanas transcurridas desde la inauguración?

- El balance no puede ser más positivo, a la vista de la reacción del público, de los medios de comunicación y también -muy principalmente-, de los artistas y profesionales que han participado en el proyecto. En ese sentido, se ha demostrado que un centro de estas características, relacionado con el arte y la tecnología, es viable y oportuno. Forma parte de una estrategia más amplia de actualización impulsada por el Gobierno asturiano y la industria. Es una estrategia necesaria, en cuanto que contribuye al desarrollo de la sociedad de la información y al establecimiento de relaciones entre las nuevas tecnologías y la innovación artística. Este centro se aplica en crear esos circuitos de relación entre la creación industrial más innovadora y las artes visuales.

- Tabacalera se ha definido como una fábrica de cultura. ¿Cree que es algo aplicable también a este centro?

- Sí, en el sentido de producción. Las cuatro exposiciones inaugurales las hemos producido nosotros y ésa será la tónica del centro. Esto no quiere decir que no vayamos a establecer relaciones con otros a la hora de producir exposiciones. Lo que sí es cierto es que para LABoral cuenta mucho la arquitectura del espacio porque las dimensiones de nuestras salas son realmente extraordinarias. Por ese motivo, la producción es necesaria porque son espacios que requieren un esfuerzo. Queremos convertirnos en centro de recursos y en taller para los artistas.

- ¿De qué forma les condiciona el entorno?

- Estamos tan rodeados por los talleres de la Universidad Laboral, por escuelas técnicas de ingeniería y por el parque tecnológico que no podíamos hacer otro centro. LABoral es el centro que demanda este territorio en este momento. En Asturias, hay una tradición industrial y de formación profesional importante. Estamos siendo coherentes con aquello que nos rodea.

- Hablemos de los artistas locales. ¿Hay recelos por alguna de las partes?

- No es una relación complicada porque la creación de un centro de estas características siempre va a favorecer al entorno artístico, al coleccionista, a las empresas y entidades que se interesan por la cultura visual y, en definitiva, a la profesión. Trabajamos con quince artistas en unas intervenciones externas que consideramos necesarias porque establecen esa relación entre el creador y la sociedad. No conozco el proyecto Tabacalera, pero me parece muy oportuno un centro que constituya el nexo de unión entre distintas disciplinas y exprese la cultura visual de nuestra época.

- Eso obliga al cambio permanente.

- Efectivamente, son proyectos en evolución. Para nosotros, el pasado no existe, sólo nos queda el futuro, que es ahora y que es lo que tendremos que representar. Debemos estar muy pendientes de la evolución en materia de cultura, desde la popular hasta la visual: cine, fotografía y game-art.

- ¿Ha existido incomprensión social hacia el proyecto?

- No, no creo que haya en absoluto incomprensión. Tenemos datos que demuestran que la sociedad asturiana se mueve en niveles superiores a la media en cuanto a utilización de banda ancha, por ejemplo. Esto concuerda con el tipo de sociedad en constante evolución que hay en Asturias. Proponemos una exposición de diseño interactivo, que está despertando un gran interés. Lo que sí puede sorprender es que se está experimentando el arte de forma distinta. Pasamos del arte contemplativo al arte que requiere una intervención del individuo. Nuestras exposiciones inaugurales requieren una participación del visitante.

- ¿Cuál es el truco para que el centro no se agote en una sola visita?

- Tiene que haber una gran variedad de propuestas artísticas y también, acciones muy concretas para distintos públicos. Hay que estar muy a la medida del visitante: grupos de escolares, de jóvenes, de amas de casa, de colectivos de la tercera edad, de profesionales... Los gestores y la sociedad deben aceptar la importancia de estos centros como generadores de cultura y de conocimiento, casi, como iniciadores de unos lenguajes que pueden resultar crípticos porque el Estado español ha sido ajeno a ellos durante casi todo el siglo XX. No tenemos más que recordar que Picasso o Juan Gris emigraron.

- ¿Cuál ha sido el principal problema al que se ha enfrentado durante la gestación del centro?

- Yo diría que lo principal es la voluntad política y en este caso la ha habido. También es necesario que haya un proyecto y se sepa defender. Lo más complicado -y puede parecer pecata minuta, pero no lo es- es convivir con los albañiles en casa. Puede parecer una tontería pero no lo es. No es que se haya inaugurado antes de tiempo, sino que las obras siempre se retrasan. Por otra parte, es importante afianzar recursos. Hay que establecer los compromisos económicos desde el primer día para tener la seguridad de que todas las áreas que se pretenden cubrir están atendidas.

- ¿Se miraron en algún espejo a la hora de diseñar los contenidos y el funcionamiento del centro?

- He estudiado muchísimos centros. La referencia más obvia, el ZKM de Karlsruhe, pero también el V2 de Rotterdam, Ars Electronica de Linz... De momento, no pretendemos crear una colección, sino ser un centro activo que refleje la creación y la experimentación, sin renunciar a la visión histórica.

- ¿Cree que Tabacalera supondrá algún tipo de competencia?

- Al contrario, supone una oportunidad de colaboración porque queremos crear una red de centros de producción y recursos, en España y fuera de España. Quizás, nuestro centro tiene una relación con la industria que es obligada.

- Lo mismo le sucede a Tabacalera con la gastronomía.

- ¿Por qué no? También la moda puede entrar.

- ¿Qué le diría a la gente que se impacienta con Tabacalera?

- Desconozco los motivos de esa demora, pero lo que sí creo es que las cosas no se pueden dilatar. Hay que actuar con lo que los americanos llaman «un sentido de la urgencia» porque tienes que responder al momento actual. El sentido de la urgencia, que no quiere decir precipitación, significa que no podemos dilatar los proyectos.

- ¿Resulta complicado diseñar en 2007 un centro de cultura contemporánea que se abrirá en 2012?

- ¿De verdad se van a dar otros cinco años de plazo?

- También se estudia la posibilidad de mantener algunas actividades en el centro mientras se realizan las obras.

- Ahí sí que yo les advertiría que no hay nada peor: oscilan las luces, se te desconfiguran los programas, la humedad y la temperatura no se mantienen estables... La convivencia con los gremios es difícil.

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