Rufo, nuestro compañero

Los que suscribimos, trabajadores de la Dirección General de Cultura, dependiente del Gabinete del Diputado General de Gipuzkoa, compañeros de Rufino Eizagirre Olkoz, queremos manifestar nuestra inquietud por el tratamiento que los medios de comunicación han dado al cese de nuestro compañero.

Al hilo de los presuntos delitos cometidos en la delegación de Hacienda de Irun, el nombre de Rufino Eizagirre apareció en varios medios de comunicación, vinculado mercantilmente con los acusados de ese fraude. Ello ha derivado en el cese en el cargo de nuestro compañero, por pérdida de la confianza que el diputado general depositó en él, y en un escándalo mediático de proporciones, en nuestra opinión, desmedidas.

Sin prejuzgar actuaciones judiciales ni, por supuesto, las decisiones del diputado general, nosotros, como compañeros durante muchos años (en algunos casos veinte) de Rufo Eizagirre, sólo podemos constatar su aplicación sin tacha en el desempeño de sus funciones, primero como secretario técnico del Departamento de Cultura y, en esta última legislatura como jefe de la oficina técnica del diputado general. Y podemos dar fe de su profesionalidad y su compañerismo. Nada más. Y nada menos.

Por ello, sorprendidos por la repercusión de este asunto, por esa especie de juicio mediático en el que no es posible defenderse, queremos, a través de este escrito, dejar constancia del aprecio personal y profesional que tenemos a nuestro compañero Rufo.