ANV se impone en 21 pueblos, el PNV gana en 16 y el PSE es el más votado en 8 municipios

SAN SEBASTIÁN. DV. ANV irrumpió en Gipuzkoa y venció en 21 municipios, entre ellos feudos tradicionales como Arrasate, Hernani, Pasaia, Oiartzun, Usurbil o Lezo, además de en Bergara, Villabona y otras pequeñas localidades. La ilegalización en 2003 había dejado estos pueblos en manos de PNV y EA, salvo Pasaia, liderada por los socialistas. ANV superó en Legorreta al PNV.

El PSE-EE mantiene su hegemonía en las principales ciudades de Gipuzkoa, como la capital, San Sebastián, Irun, Eibar y Errenteria, y repite triunfo en Andoain, Lasarte-Oria y Zumarraga. En Eibar, con Iñaki Arriola, pierden la mayoría absoluta aunque siguen con una cómoda ventaja, mientras en Irun, con José Antonio Santano, logra un gran triunfo debido al desplome de PNV -quizá influenciado por el escándalo de Hacienda-. Juan Carlos Merino aguanta el tirón en Errenteria pese a irrumpir ANV. El PSE vence en Irura, donde la izquierda abertzale fue ilegalizada, pero no logra concejales al no alcanzar el 5% de votos válidos.

Por su parte, el PNV fue el más votado en 16 municipios, entre ellos bastiones tradicionales de este partido como Hondarribia -donde Aitor Kerejeta sustituirá al histórico Borja Jauregi-, Azpeitia, Azkoitia, Beasain, Zumaia, Ordizia, Orio y Mutriku. También vence en Elgoibar, Getaria, Ibarra, Lazkao u Oñati. Jokin Bildarratz repite triunfo en Tolosa, donde ANV no concurrió.

EA venció en cinco municipios, entre ellos Zarautz, con Maite Etxaniz, donde empató a cinco concejales con PNV y PSE. EA venció en Deba, Astigarraga, Bidegoyan y Berastegi. En Zegama, Segura, Asteasu e Idiazabal, ganaron las plataformas de PNV-EA e independientes. Una de las sorpresas se produjo en Urnieta, donde venció la plataforma Urnieta Denon Artean, encabezada por el candidato a Juntas por EB-Aralar, Mikel Izagirre, y contraria a la incineradora. El miembro de Aralar Oxel Erostarbe venció en Elgeta a Patxi Basauri (PNV), que llevaba 31 años de alcalde. Aralar ganó en Aretxabaleta y Zaldibia. En los pueblos pequeños se impusieron varias plataformas locales.