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Txalo Carrión, con el espaldín, en plena ciaboga.
La compleja y decisiva función del proel
REMO

La compleja y decisiva función del proel

Su actuación en las ciabogas lleva a perder o ganar regatas ajustadas

GAIZKA LASA

Jueves, 7 de agosto 2014, 07:39

Varias cámaras de televisión han permitido localizar en numerosas regatas el motivo de la pérdida repentina de segundos de una embarcación en plena ciaboga. Los accidentes o errores de los proeles hemos visto hasta cómo uno de ellos, de Pedreña, cae al agua y vuelve a su tosta han quedado al descubierto y, sobre todo, han condicionado resultados, como el de Tirán en la bandera de Zierbena, séptimo tras no acertar a girar el bote en la segunda maniobra.

Por contra, la figura del proel también ha habilitado remontadas en esa fase de la regata en la que todo va muy ajustado y una tripulación consigue enfilar el siguiente largo un segundo antes que su rival. No hay clasificación patrocinada para ellos, pero su responsabilidad es del mismo tamaño que la del patrón.

No andaría lejos del liderato en la general de los proeles Txalo Carrión, la pieza de total garantía que hace girar la Ama Guadalupekoa sobre sí misma en cada baliza. La silueta del hondarribiarra le habilita más para el ciclismo que para el remo, pero su oficio con el espaldín le convierte en uno de los mejores especialistas de la ACT.

Con el humilde discurso colectivo calcado al de los patrones, explica Txalo que «lo primero para girar bien es tener un buen equipo. La velocidad con la que se entra a la ciaboga marca mucho. Que el patrón enfile bien, también. Y hasta es importante que el espalda de babor esté atento para que el remo no se quede trabado».

Txalo se mueve con sutileza y agilidad en la proa de la trainera verde. «Hay que hacerlo como para que los remeros ni se den cuenta de que te estás moviendo. Es importante no perder el nivel de la embarcación. Hay que moverse poco y andar rápido», explica Carrión.

Reconoce que «cada proel tiene sus trucos y manías. A mí por ejemplo no me gusta sobresalir mucho de la trainera, es decir, ponerme muy tieso. Cuanto más arriba subas más opciones de caerte tienes. Y lo de la cuerda que lleva atado el espaldín es fundamental».

Iniciativa para trincar

Señala que conviene discernir lo que es rapidez y lo que son prisas. No aconseja lo segundo. Y aunque el patrón dirija la maniobra, atribuye al proel una parte importante de autonomía a la hora de efectuar el movimiento necesario para completar la ciaboga. Afirma que «el proel tiene que tener iniciativa para saber cuándo es el momento preciso de trincar. Es verdad que lo dicta el patrón pero si uno ve que la baliza se echa encima muy deprisa, o que no se llega a ella, tiene que decidir. Al final cuenta el tándem con el patrón. Si él comete un error al ir a por la boya, tú puedes corregirle. Y si eres tú el que metes el remo antes de tiempo, él debe rectificar».

Un objetivo que siempre lleva en mente Carrión es el de que «la trainera pierda la menor velocidad posible. Para eso, lo que hay que hacer es sacar el espaldín en cuanto se ve que el bote ya lleva la inercia de girar y empezar a remar lo antes posible. Hay quien busca la postura y cuando está listo coge su remo, pero lo importante es empezar a remar y ya irás luego a tu sitio». Las claves de un arte que decide regatas.

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