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JORGE F. MENDIOLA
Lunes, 15 de junio 2015, 10:09
Bien está lo que bien acaba. La Universidad de Navarra (UNAV) ha decidido atender las demandas de los defensores del patrimonio urbanístico y no construirá un ascensor exterior en la villa de ISSA. Este centenario edificio de Aldapeta, junto a la antigua sede de las Juntas Generales, va a ser remodelado y ampliado con un anexo para convertirse en residencia de estudiantes, operación ante la que la asociación cívica Áncora dio la voz de alarma porque suponía alterar la naturaleza de un inmueble que, pese a su valor y antigüedad, no está incluido en el Plan Especial para la Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (Peppuc).
Tras esta denuncia pública y la paralización de la licencia de obras por parte del Ayuntamiento, la UNAV se puso en contacto con los representantes de Áncora, quienes en las últimas semanas han mantenido varias reuniones con el arquitecto encargado del proyecto, Juan Miguel Otxotorena, para buscar alternativas que no afectaran a la fachada de este antiguo palacio, levantado en 1913 como residencia de verano de los marqueses de Aldama.
Finalmente -y después de darle «muchas vueltas»-, Otxotorena ha logrado encajar las piezas: el ascensor exterior de vidrio y acero será sustituido por dos elevadores interiores, uno en cada edificio, conectados entre sí a través de un pasillo subterráneo. Esta solución es factible gracias a que el anexo de la villa -que será de corte contemporáneo- se construirá bajo rasante, de modo que la vista desde La Concha permanezca como la conocemos hoy en día.
«El esfuerzo merece la pena»
«El ascensor entra por los pelos y su instalación tendrá un coste de funcionalidad y económico no previsto, pero el esfuerzo merece la pena», explica María Jesús Álvarez, directora de ISSA, quien destaca la «sensibilidad de la UNAV hacia el sentir de Áncora, un sentir que es compartido por la ciudadanía donostiarra». La escuela de asistentes de dirección está vacía desde diciembre tras el traslado de los últimos alumnos y las máquinas esperan la autorización para empezar a trabajar, algo que podría llegar este mismo viernes con la aprobación en Junta de Gobierno del permiso de obras.
La Universidad de Navarra, propietaria del inmueble, ha sido receptiva a las reivindicaciones de los patrimonialistas y desde un inicio se ha mostrado dispuesta a suprimir del proyecto original aquellas intervenciones que Áncora entendía inaceptables. Tal como adelantó hace un mes DV, la UNAV conservará el baño de estilo art-decó -que planeaba transformar en despacho- y el hall neoplateresco, dos ejemplos únicos en el País Vasco, así como el resto de tesoros artísticos que contiene la villa, entre ellos la vidriera que cierra el patio central.
«El edificio es un valor en sí mismo para nosotros, la imagen de marca de ISSA», argumenta Álvarez. «Y queremos que siga siendo así, pero al mismo tiempo pretendemos darle un uso» como residencia de estudiantes femenina, que completaría la oferta de la UNAV en la capital guipuzcoana, donde ya cuenta con la Escuela de Ingenieros-Tecnun, el Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas (CEIT) y el colegio mayor Ayete, sólo para chicos.
Los planes de la universidad privada pasaban por inaugurar la futura residencia coincidiendo con la apertura del curso 2016-17, pero los cambios introducidos en el proyecto original han retrasado el proceso. Si no surgen nuevos imprevistos, el complejo estará listo para recibir a las primeras estudiantes a finales del próximo año.
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