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NURIA NUÑO
Jueves, 3 de diciembre 2015, 07:10
El Departamento vasco de Educación va a retirar seis pizarras, repartidas por cuatro colegios de Vitoria, tras confirmarse que uno de los componentes de algunos viejos modelos de encerado es amianto, cuyo uso está prohibido desde 2001 en España al tratarse de un material que puede llegar a afectar a la salud. La consejería comunicó ayer esta decisión a los directores de los centros educativos vascos. Durante las reuniones, a las que asistieron también técnicos del Instituto vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan, y de Prevención Laboral de Educación, el Gobierno Vasco lanzó un mensaje de tranquilidad y aseguró que «en ningún momento hay ni ha habido riesgo para los escolares», reiteraron fuentes del Ejecutivo vasco a este periódico.
Para encontrar los orígenes de esta medida hay que remontarse a junio, cuando un técnico de mantenimiento del Ayuntamiento de Vitoria acudió a un colegio de la capital alavesa para retirar un encerado y sustituirlo por una pizarra digital. «El operario procedió a cortarla porque se le pidió que dejara parte en el aula», explicaron desde Educación.
En septiembre, cuando se volvieron a solicitar sus servicios para reemplazar otra, el trabajador, que es delegado de riesgos laborales, recordó el polvo que se había desprendido al cortar el primer encerado, al que no le había concedido importancia en su momento. «Fue entonces cuando solicitó a Osalan que se estudiara el material».
Los análisis practicados determinaron que una de las sustancias presentes en las pizarras es «amianto no friable». Es decir, se trata de un material cuyas fibras «están fuertemente retenidas en la matriz y no puede ser disgregado manualmente». Para lograrlo, sería necesario utilizar herramientas como, por ejemplo, una rotaflex. De acuerdo con los resultados obtenidos, «las muestras contenían un 10-15% de amianto, variedad crisotilo».
El Ejecutivo vasco ha informado que las pizarras que pudieran contener este tipo de material son «probablemente» de antes de 1990. El departamento de Cristina Uriarte insiste en que los encerados «se pueden usar con normalidad en la práctica docente, sin ningún tipo de riesgo, siempre que no sean manipuladas ni alteradas», agrega el mismo documento. En cualquier caso, Educación ha tomado la decisión de sustituir al menos seis pizarras por una política de precaución. De igual modo, ha solicitado a los centros que revisen si existen en sus aulas encerados deteriorados o rotos para proceder a su sustitución «con carácter inmediato».
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