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OCTAVIO IGEA
Domingo, 3 de enero 2016, 18:24
«¡Joder!», se oye de repente a las puertas de la estación de tren de Granada, «lo harto que estoy del autobús». Quien grita mientras tira de una maleta es Jesús López, un empresario local cuyo negocio aceitero está en plena expansión por España. Son las cinco de la tarde y para llegar a Madrid debe hacer 104 kilómetros en autocar antes de subirse a un tren. Cuatro horas y pico de ruta, casi el doble de lo que durará cuando pueda utilizarse la alta velocidad ferroviaria. Pero la paciencia se agota en la ciudad nazarí porque llevan casi diez años esperando al AVE, y desde febrero el apeadero está totalmente cerrado para culminar las obras. Ahí aparecen las lanzaderas alternativas que alteran al personal. «Decían que todo iba a estar listo en 2014, luego que 2015... y 'ná'», recuerda López antes de emprender el viaje.
Según las previsiones que maneja el Ministerio de Fomento, el AVE llegará por fin a Granada durante el «primer semestre» de 2016. Tras varias demoras, provocadas esencialmente por la crisis, la ciudad espera multiplicar su atractivo turístico y sus posibilidades socioeconómicas al quedar conectada al ramal de alta velocidad Málaga-Córdoba-Madrid. Y ya se habla incluso de los trenes directos que llegarán de Zaragoza y Barcelona. Lo que no se dice al anunciar esta anhelada culminación de las labores es que va a dejar importantes flecos por cerrar. La ruta supondrá el primer gran ejemplo de lo que los expertos denominan alta velocidad «de segunda». En los nuevos tiempos de contención económica, lo que pase en la lejana capital nazarí importa mucho en Euskadi porque confirma la hoja de ruta que el Gobierno central, sea quien sea el nuevo presidente, tiene diseñada para finiquitar las líneas de alta velocidad pendientes. Entre ellas, la 'Y' vasca. «Lo importante es ponerlas en marcha cuanto antes, luego ya les daremos la forma definitiva».
Entre las labores que van a quedar pendientes 'sine die' cuando eche a andar el nuevo ramal de AVE Granada-Antequera (Málaga) es especialmente reseñable lo que va a pasar con las vías. No todas, claro, pero resulta que 23 de los 126 kilómetros del trazado no estarán adaptados a la alta velocidad. El tren tendrá que utilizar los carriles tradicionales, los de los servicios de Cercanías y Media Distancia, que se van a amoldar al menor ancho que se requiere en este caso. La decisión obligará a los nuevos convoyes a reducir considerablemente su velocidad de crucero. Ronda los 300 kilómetros por hora y en estas zonas no superará los 150. Mientras en la 'Y' vasca esto pasará con total seguridad en su conexión con Burgos, en la zona granadina ocurrirá en el entorno de la localidad de Loja. La variante planteada para salvar el pueblo se sale del presupuesto de Fomento.
Expediente disciplinario
La otra gran incógnita que se cierne sobre los granadinos es el diseño del acceso ferroviario a la ciudad y la remodelación de la estación. Una situación similar a la que se vive hoy por hoy en la 'Y' vasca y sus enlaces con Bilbao, Vitoria y San Sebastián. La coincidencia con la capital vizcaína es mayor aún porque en la ciudad nazarí el plan inicial incluye soterrar el acceso del AVE para eliminar una playa de vías y, sobre todo, acabar con la brecha ferroviaria que 'parte' desde hace más de un siglo el barrio de la Chana. Los vecinos no se resignan a dejar pasar, nunca mejor dicho, el tren, pero Fomento ya ha anunciado que esta operación urbanística tendrá que esperar «a tiempos mejores»: el ferrocarril llegará por las vías de siempre, por el corredor de siempre. De rebote, la decisión también va a suponer que no se remodele la estación, que lleva años reclamando un cambio profundo. También estaba proyectado, pero también queda pospuesto.
Con las vías «a medias», sin nueva estación ni acceso soterrado, los vecinos de Granada han puesto el grito en el cielo. Se temen que el trazado provisional del AVE se convierta en definitivo con la costumbre que otorga el paso del tiempo. También lo sospecha el Ayuntamiento, que instó a la ministra de Fomento, Ana Pastor, a «poner fecha» a las obras pendientes antes de las elecciones generales. Pastor no dio una respuesta, pero la petición ha generado un cisma político porque en el Consistorio granadino también gobierna el PP. Los responsables del partido en Andalucía han solicitado «mesura» al alcalde e incluso han abierto un expediente disciplinario a la concejala de Urbanismo, Isabel Nieto. Hace dos meses cuestionó que las obras lleguen a rematarse.
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