Un spa para mi bebé

Después de un paseo enológico de lujo por las bodegas de Oporto o de visitar la fastuosa librería de Harry Potter, la segunda ciudad portuguesa ofrece ahora un atractivo especial para los padres que desean elevar la calidad de vida de sus hijos. Es el primer spa para bebés de Portugal, que ya causa sensación y requiere planificación con reserva anticipada.

ForBabies by Mustela se afana en incrementar el bienestar de los pequeños hasta los 3 años... y, claro, también los progenitores pueden beneficiarse de unos servicios de «alto standing» mientras esperan a que sus vástagos se pongan a punto. Se trata de una «experiencia multisensorial» que combina las ventajas de la hidroterapia con las del masaje más sofisticado. Este tipo de centros prolifera en Europa y el resto del mundo. En Madrid fue pionera la empresa Baby Spa, con sucursales en Londres y Ciudad del Cabo.

Veamos: los profesionales salen al encuentro del menor y lo introducen en materia con unos ejercicios de calentamiento que anteceden a la inmersión en una piscina climatizada. Relax, diversión, terapia. Todo en uno. Velada acuática desplegada en el número 306 de la Rua das Antas, en Boavista, cerca de la salida a Foz, donde viven Casillas y Sara Carbonero.

El espacio está diseñado para que los padres se interrelacionen en los salones donde aguardan, de manera que compartan su elección. Entretanto, al bebé se le aplica un aceite de masaje 99% vegetal, que elimina las irritaciones de la piel. Y sí, los pequeños llegan encantados al final de la sesión. A algunos les cuesta dejarse llevar inicialmente, pero después sucede al contrario, que cuesta sacarlos del agua porque se lo pasan en grande. Su epidermis lo agradece y el ambiente positivo que se respira hace el resto para estrechar los lazos afectivos con los padres.

El establecimiento se ha planteado con absoluto rigor, gracias a la búsqueda de técnicas de autorregulación que desembocan en un ajuste de los patrones del sueño.

ForBabies by Mustela se divide en dos áreas principales, ya que las necesidades no son las mismas para un niño de 4 meses y uno de 36. Así, los padres pueden acomodar a los más pequeños en una estancia que imita las condiciones del medio intrauterino a través de la ausencia de gravedad, y a los mayorcitos en un lugar que los reconforta con su sensación de libertad de movimientos en el agua. Todo depende de la edad de los bebés y del grado de satisfacción que desarrollen: de 10 a 20 minutos en la sala de hidroterapia, y hasta 20 más para los masajes terapéuticos. Además, de esta forma se van fortaleciendo sus músculos, pues reciben unos tónicos para potenciar su movilidad y su capacidad pulmonar.

Todo está pensado, además, para que el spa resulte igualmente beneficioso para el aparato digestivo. Y la aportación de las investigaciones científicas hace que la sobredosis de estimulación sensorial que recae sobre los niños se traduzca en un mejor desarrollo de sus cerebros.

Los responsables del centro ponen a disposición de los potenciales clientes diversos talleres en Oporto y en Lisboa para mentalizar a los padres sobre la conveniencia de semejantes experiencias.