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DAVID GONZÁLEZ
Sábado, 21 de enero 2017, 08:56
El imán investigado por la Fiscalía de Álava por supuestos abusos sexuales a dos menores en una mezquita vitoriana, también cometería un presunto fraude en el cobro de ayudas sociales. Según ha sabido este periódico, cada mes recibe de Lanbide 803,31 euros por la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) y otros 250 a través de la ayuda al alquiler, conocida como PCV. En total, 1.053,31 euros ya que en las bases del Servicio Vasco de Empleo figura como demandante de empleo sin ocupación conocida. Sin embargo, medios de toda solvencia desvelan que por su cargo en el templo musulmán se embolsa «todos los meses entre 400 y 500 euros».
Esa remuneración, por supuesto, se paga en mano. «Sin facturas, ni notificaciones a ningún organismo oficial. Son pagos en 'b'», deslizan las fuentes consultadas. Esta mezquita, como es práctica habitual en la religión musulmana, se mantiene con las aportaciones de fieles. Cuenta con alrededor de un centenar de adeptos. Sus donativos ayudan a pagar el local, gastos corrientes como la luz o el agua. Y también al imán, un guía espiritual que lo mismo pronuncia la 'jutba' (sermón del viernes) ante los seguidores masculinos que adoctrina en el Corán a sus vástagos en clases particulares.
Ahí es donde supuestamente se produjeron los abusos investigados desde hace meses por la Fiscalía de Álava. Se le ha procesado por acosar y realizar tocamientos a, al menos, dos chicas -ambas menores de edad y de origen magrebí, como el investigado- durante el estudio del libro sagrado de la religión musulmana. Fuentes de la mezquita donde imparte doctrina recalcan que se está considerando «la posibilidad de echarle del cargo» ante la gravedad de los hechos.
Según los testimonios recabados hasta el momento por la oficina fiscal liderada por Josu Izaguirre, el sospechoso -de 61 años, natural de Tetúan y sin antecedentes penales- presuntamente aprovechaba esos momentos sin testigos para «acosar», realizar «tocamientos» y otras prácticas impropias.
Otras víctimas
Ya se han documentado dos testimonios en este sentido. No obstante, la Fiscalía, en colaboración con la Ertzaintza y la Policía Local de Vitoria, indaga por si hubiera otros menores afectados. La investigación avanza a un ritmo lento debido al «hermetismo» de la comunidad magrebí, apuntan fuentes conocedoras del proceso.
Los supuestos abusos se cometieron hasta principios del año pasado, cuando los padres de estas dos niñas las cambiaron de templo, pero sin denunciar irregularidad alguna. Fue una casualidad lo que precipitó el procesamiento del imán. Una de las niñas se lo cruzó en la calle. Supuestamente le «toqueteó» y ella, en su huida, se topó con una patrulla de la Guardia urbana. En verano, el Juzgado de Instrucción número 4 dictó una orden de alejamiento, que sigue vigente. Como las menores se ratificaron recientemente en sus versiones, todo indica que la causa acabará en juicio en unos meses.
Este hombre, casado desde 2009 con una compatriota con la que comparte el cobro de la RGI y de la PCV, ejerce de imán en este templo alavés desde el Ramadán de 2015. Es decir, junio de aquel año.
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