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TERESA FLAÑO
ERRENTERIA
Jueves, 26 de abril 2018, 06:30
Tknika tiene como ejes fundamentales la investigación y la innovación aplicada en la Formación Profesional, pero a esto se une una preocupación por el desarrollo humano sostenible. La sede de este centro impulsado por el Departamento vasco de Educación, que se encuentra en Errenteria, recibió la visita del lehendakari Iñigo Urkullu, acompañado de la consejera de Educación, Cristina Uriarte, y del viceconsejero de Formación Profesional, Jorge Arévalo.
La de ayer no era una cita al azar. En estos momento, el Gobierno Vasco, a través de distintos proyectos y acuerdos con asociaciones empresariales, está realizando una apuesta por la Formación Profesional que se concretará en breve con el quinto plan de Formación Profesional para que «siga dando respuesta a los cambios que se van a producir con la cuarta revolución industrial».
Pero además, también supuso un respaldo al trabajo del centro errenteriarra, después de que el PP criticara que el ejecutivo vasco estuviera contemplando la posibilidad de que se trasladara a Bilbao, medida que ya fue tajantemente desmentida por Arévalo.
Actualmente trabajan en Tknika 43 personas, además de algo más de 200 docentes colaboradores que desempeñan su actividad entre este centro y en los que imparten sus clases. Anualmente pasan por estas instalaciones cerca de mil profesores para recibir formación. Las cifras también refrendan que se trata de un espacio de referencia para aquellos involucrados en la Formación Profesional de todo el mundo y, por ejemplo, a lo largo del año pasado recibió más de cien visitas y 1.330 visitantes de los más diversos países interesados en conocer la labor que desarrolla.
Durante la visita se pudo comprobar que cada área de Tknika es un mundo que mira al futuro, que se adelanta a ese mañana indagando en las necesidades que tendrá la sociedad y trabajando en cómo preparar a los profesionales que deberán formarse con nuevas competencias».
El primer espacio en visitar fue el laboratorio de impresión 3D con las diferentes tecnologías para sectores como el industrial o la salud con biomodelos, ortoprótesis, moldes, zapatillas de deporte, diseño industrial y réplicas de órganos para que los cirujanos realicen prácticas antes de una operación.
La ciberseguridad es otro de los campos donde la innovación tiene un largo recorrido. Jon Labaka, responsable de Nodos de Red, realizó una demostración de un ciberataque en un entorno industrial automatizado, y de cómo desde la Formación Profesional se forma para la prevención de estos ataques.
En la zona de internet de las cosas el profesor Aitor Otaño demostró que con un simple gesto de la mano o a través de la voz se pueden encender las luces de una casa, subir y bajar las persianas o indicar cuándo se debe encender o apagar la calefacción.
El siguiente alto fue en un aula que recogía los aspectos principales del área de sostenibilidad. Allí, MariJose Barriola, responsable de sostenibilidad, explicó los proyectos relacionados con la economía circular -incluidas galletas en 3D, productos liofilizados o una mesa digitalizada donde se puede pedir un café o leer la prensa- y la biotecnología.
Al final de la visita, el lehendakari probó una fresa del invernadero de Tknika a invitación del director del centro Iñaki Mujika. Detrás de esas frutas está otro de los procesos de innovación. Todas las áreas de investigación son relevantes, pero la joya de la corona es el Biotknifish, un proyecto de acuaponía que combina la acuicultura con la hidroponía con el objetivo de producir peces y hortalizas en un sistema de recirculación. Aquí los protagonistas son los peces, concretamente de la especie Tilapia, de origen africano, que se adapta a diversos entornos tanto de agua salada como dulce, y que se reproduce con rapidez.
Estos peces están en distintas piscinas según su tamaño. El agua residual de los tanques, ubicados en un antiguo frontón, sirve como fuente de nutrientes para las plantas, las cuales, a su vez, actúan como filtros biológicos, limpiando el agua que vuelve a los tanques. La huerta adonde llega ese agua tiene otro elemento diferenciador, no hay tierra. En ella crecen uno enormes plataneros, tomates, diferentes lechugas, alubias, algunas flores y la fresa degustada por Urkullu y que, según comentó, estaba muy sabrosa.
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Miguel Ángel Mata | San Sebastián y Amaia Oficialdegui
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