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Jabalíes en la orilla izquierda del rio Oria a la altura de la delegación de la DYA, en el Grupo Padre Urdaneta.
Jabalíes, los últimos en llegar

Jabalíes, los últimos en llegar

Desde hace algo más de una semana, al atardecer, se deja ver una camada de jabalíes en el municipio

PPLL

Jueves, 29 de mayo 2014, 00:19

Hace ahora algo más de una semana, llegaba el comentario; «han visto varios ejemplares de jabalí en San Juan». Al día siguiente estaban ya en la orilla izquierda del río Oria a la altura del parque de Oreja, a donde regresaban al atardecer de la jornada posterior para proseguir río arriba. Tocaba ponerse en guardia al objeto de conseguir el correspondiente testimonio gráfico; la foto que echara por tierra cualquier incredulidad.

Tras 50 años, que en gran medida vienen a coincidir con la segunda mitad del pasado siglo en la que los ríos fueron auténticas cloacas, a finales de la pasada centuria la desaparición de buen número de empresas, empezando por las ubicadas en el curso alto del río, para las que el cauce fluvial no era más que un desagüe, al igual que un vertedero para la ciudadanía, mentalidad que empezó a cambiar y al igual que la decisión de la Administración que se animaba a poner coto a semejante despropósito y a afrontar por fin y entre otras actuaciones el plan de saneamiento, y con él la construcción del colector de recogida y depuración de las aguas fecales.

Conjunto de circunstancias y actuaciones que en lo concerniente a los ríos asistía a una mejora radical de la calidad del agua y en consecuencia a un regreso escalonado de la fauna piscícola y a la de sus depredadores. Consta desde el 2009 presencia asentada de trucha en el Oria, a su paso por el municipio, síntoma claro de esa neta mejoría en las condiciones de acogida del curso fluvial. Y si en el agua, barbos, anguilas, truchas, etc iban en aumento, de la misma manera lo hacían las gallinetas, la garza real, el martín pescador, y de manera reciente los cormoranes, sin olvidarnos del pato doméstico, cuya presencia responde a otros motivos.

Cobijo en zonas urbanas

Y en el contexto, las políticas de reintroducción de especies como el buitre, que estuvo en trance de convertirse en depredador para dejar de ser carroñero, del corzo, etcétera, que han proliferado sin enemigo natural, daban lugar a una sobreabundancia y expansión de estas especies.

De la misma manera, el jabalí no solo ha proliferado sino que su expansión encuentra cobijo en zonas urbanas, donde la presión por parte de los cazadores es inefectiva.

El ordiziarra, Antonio Bea, biólogo y director de la empresa Ekos Estudios Ambientales destaca que se trata de un proceso que se está dando y constatando en zonas periurbanas. «Mientras el macho es más montaraz, indica, hembras con su camada pueden frecuentar este medio». En el destacado crecimiento en número de esta especie, el jabalí, desde su instinto de conservación se ha percatado de que en zonas urbanas no encuentra el acoso de las batidas, que dicho sea de paso, legalmente no se pueden permitir. Es decir, que en los espacios del entorno urbano encuentra refugio, alimento y quietud.

Se trata de un animal que se desplaza mucho. Fundamentalmente sale de noche, en busca del alimento y aunque es omnívoro, come mucho vegetal, en especial tubérculos.

Dado que cabe entender que ha venido para quedarse, cabe recordar que la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial que ha entrado en vigor hace muy pocos días, establece que el conductor será siempre responsable en los siniestros ocasionados por el atropello de jabalíes, corzos, ciervos, etcétera. Todo parece indicar que tenemos un problema.

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