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En las estanterías. Las librerías y grandes espacios comerciales han visto proliferar en los últimos meses los nombres de autores nórdicos. :: AYGÜÉS
La novela negra viene del frío
CULTURA

La novela negra viene del frío

Tras la trilogía de Larsson, los editores se vuelvan en publicar a autores escandinavos. Los escritores afirman que hay vida más alla de 'Los hombres que no amaban a las mujeres'

TERESA FLAÑO

Lunes, 22 de febrero 2010, 02:47

Guste más o menos, nadie duda de que Stieg Larsson y su trilogía 'Millenium' se han convertido en un hito literario difícil de superar, y tampoco nadie discute que tras este boom las miradas se han vuelto hacia la novela nórdica. Las editoriales españolas se han volcado en buscar nuevos autores escandinavos y las librerías se han llenado de una narrativa policial de países como Suecia, Finlandia, Noruega o Islandia, y la próxima Feria del Libro de Madrid estará dedicada a ella. ¿Se ha convertido esta ficción en un género con nombre propio? ¿Es Larsson el artífice de esta moda? ¿El frío anima a que se perpetren tantos asesinatos macabros? ¿Es real esa imagen de la sociedad del bienestar en declive que nos presentan los autores de estos países?

En la pasada Semana de la Novela Negra de Barcelona, celebrada a principios de este mes, autores como el noruego Kjell Ola Dahl, la danesa Inger Wolf y el estadounidense afincado en Finlandia James Thompson afirmaban que «hay vida más allá Larsson». Para insistir, en palabras de Dhal, que «el fenómeno de la literatura escandinava es anterior a Larsson. Sin embargo, gracias a él, ahora existe como concepto y eso nos ha dado mayor popularidad».

Entre los aficionados hay otro autor con gran número de seguidores, se trata de Henning Mankell, que se dio a conocer en España hace poco más de una década con 'La quinta mujer' donde descubrimos a su comisario Wallander.

Los orígenes

Pero ¿dónde se encuentran los orígenes de la actual novela negra escandinava? Aquí la respuesta es unánime, todos se reconocen herederos de la pareja sueca formada por Maj Sjöwall y Per Wahlöö. Comunistas declarados decidieron, en 1965, que la mejor manera de desbaratar esa imagen de una Suecia idílica y «cuestionar la moral burguesa del pseudobienestar» era a través de Martin Beck, primero inspector de homicidios y después jefe de brigada, desencantado con su trabajo, su mujer y su país, y, desde luego, no es un investigador perfecto. 'Roseanna' es la primera de esta serie escrita a cuatro manos.

Durante diez títulos el matrimonio habló de temas hasta entonces poco tratados como la pedofilia ('El hombre en la ventana', 1966) o la corrupción policial y política tras un asesinato masivo ('El alegre policía', 1967). 'Los terroristas' (1975), considerada su obra maestra, habla sobre el terrorismo internacional y es el último libro que escribieron porque poco después Wahlöö falleció y su mujer dejó de escribir. De estos libros, traducidos a 35 lenguas, se han vendido diez millones de ejemplares en todo el mundo.

La deuda de Wallander

En el prólogo de 'Roseanna' de la edición que RBA publicó en marzo del año pasado, Henning Mankell reconoce su devoción por la literatura de la pareja y la deuda que su comisario Wallander tenía con Martin Beck . El sueco, en varias entrevistas, reconoce que nunca se ha visto como un escritor de novelas policíacas sino que se encuentra en la tradición en la que se usa el espejo del crimen para examinar a la sociedad. En sus novelas, prácticamente todos los asesinos son en serie porque considera que «ha disminuido el respeto hacia los derechos humanos más elementales».

Aunque la primera novela sobre Wallander en llegar a España fue 'La quinta mujer', la primera en la que apareció el personaje fue 'Asesinos sin rostro' en 1991. Durante once novelas ha creado un personaje entrañable y melancólico, al que no le faltan ataques de rabia y un pesimismo que se va a agravando a medida que se suceden los títulos. Tras 'El hombre inquieto', parece que este policía de Ystad, localidad del sur de Suecia, apasionado de la naturaleza y la ópera, no volverá a protagonizar otro libro. A sus seguidores sólo les cabe esperar que su inicialmente díscola hija, ahora también policía, tome el relevo.

Y en esto llegó Stieg

5 de junio de 2008. Un libro 'tocho' con 672 páginas aparece en las librerías. Se trata de 'Los hombres que no amaban a las mujeres' de un tal Stieg Larsson. Al terminar el verano se había convertido en un imprescindible en las mesillas de noche. Las noticias sobre su muerte y su herencia circulaban mientras se esperaba que apareciera 'La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina' en noviembre de ese mismo año, y posteriormente 'La reina en el palacio de las corrientes de aire', el pasado junio. Parece ser que la imagen de su protagonista, Lisbeth Salander. le surgió cuando pensó cómo sería una Pippi Calzaslargas adulta y en la sociedad actual. Uno de los máximos defensores de esta trilogía, Mario Vargas Llosa, escribió que Suecia aparece como «una sucursal del infierno, donde los jueces prevarican, los psiquiatras torturan, los policías delinquen, los políticos mienten, los empresarios estafan, y tanto las instituciones como el 'establishment' en general parecen presa de una pandemia de corrupción de proporciones priístas o fujimoristas». Es decir, lo que sucede en Suecia se puede trasladar a todo el mundo.

Como en el caso de Maj Sjöwall y Per Wahlöö, Larsson también estuvo muy implicado en la política. Militó en la trotkista Liga Comunista de trabajadores y estuvo profundamente comprometido en la lucha contra el racismo y la ultraderecha.

Lorenzo Silva, además de escritor de novela negra con su personaje del Sargento Bevilacqua, es otro fiel seguidor de Larsson y considera la razón del éxito en que sus libros «recogen unas sensibilidades sociales, la corrupción política y económica, la violencia contra las mujeres, toda una serie de cosas que demuestran que el paraíso no lo es tanto». Y también señala que «esta manera de escribir analizando y moralizando tiene mucho que ver con la ética protestante y la compleja historia de los países nórdicos», invadidos por Alemania en la Segunda Guerra Mundial y que fueron colaboracionistas.

El boom

Ahora en las librerías y grandes superficies han desembarcado varios nombres de autores difíciles de pronunciar llenos de vocales partidas o con múltiples diéresis, pero que cada vez se están haciendo más populares. Sus historias son crueles, con asesinatos macabros, de una brutalidad inusual en muchos casos.

A continuación hablamos de algunos de ellos, porque parece que los editores han decidido publicar prácticamente todo lo que llega del norte y es imposible hablar de todos en estas páginas.

El islandés Arnaldur Indridason (Reykiavik, 1961) es un ejemplo de la tradición más realista del género negro que apuesta por la sencillez, pero manteniendo un importante componente psicológico. El inspector Erlendur Sveinsson de 'Las marismas', 'La mujer de verde' y la reciente 'La voz' se convierte en un personaje muy cercano al lector. Se trata de un hombre alejado del mundo, salvo cuando resuelve los casos, y cuya principal lectura son los libres sobre accidentes en la nieve.

Harry Hole protagoniza las novelas de Jo Nesbo (Oslo, 1960), que además de escritor es líder del grupo de rock noruego Di Derre. 'Petirrojo' llegó a las librerías españolas primero en 2000 y luego volvió a editarse el año pasado seguido de 'Nemesis'. «Mi intención no es reflejar la sociedad noruega. Yo busco la buena novela negra y sus claves, pero paralelamente mi país, hoy, es junto con Amsterdan, el que mayor índice de muertos tiene por sobredosis. Las leyes son muy blandas. Somos muy ingenuos y hay mucha violencia, tráfico de drogas y de contrabando», explica. Hole es un joven y apuesto investigador, al más puro estilo del Hollywood de los años cuarenta. Alto, atlético y delgado, con el pelo rubio cortado a máquina y de unos treinta años, posee una amplia preparación para su trabajo. Incluso ha hecho un curso en el FBI. sobre asesinos en serie. No obstante, Harry tiene un defecto: es alcohólico y, de vez en cuando, sus enormes resacas le impiden realizar su trabajo como debiera.

Kjell Ola Dhal (Oslo, 1958) también se ha popularizado al rebufo de Larsson. Su género es la novela policíaca, con grandes dosis de suspense. Están muy bien documentadas y con argumentos solidamente construidos y gran realismo, dotadas de gotas de sarcasmo. Sus Gunnarstranda y Frolich son los policias de ficción más conocidos de Noruega. 'La muerte en una noche de verano' (2006), 'Un muerto en el escaparate' y la recién editada 'Un paso en falso', todas en Planeta, son los títulos que los aficionados españoles han podido leer.

James Thompson (1967) nació en Kentucky, pero reside en Filandia donde ha lanzado a la fama a su inspector Kari Vaara con su libro 'Ángeles en la nieve'. Por su parte, Hakan Nesser (Kumla-Suecia, 1950) tiene al comisario Van Veeteren como protagonista de 'La tosca red' o 'La mujer lunar', aunque quedan sin traducir al menos otros seis libros.

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