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Un avión toma tierra cruzado de cola en el aeropuerto de Loiu en una maniobra para minimizar los efectos del fuerte viento. :: BORJA AGUDO
«Ha sido una llegada horrorosa»
TEMPORAL

«Ha sido una llegada horrorosa»

Los viajeros de Loiu soportaron ayer cancelaciones, retrasos y angustia en el aterrizaje por el vendaval

OCTAVIO EGEA

Viernes, 26 de febrero 2010, 03:15

Muchos de los viajeros que confluyeron ayer en el aeropuerto de Loiu hubieran elegido quedarse en casa de haber sabido la movida jornada que les aguardaba. El viento complicó seriamente la actividad en la terminal vizcaína. Obligó a cancelar seis vuelos y a desviar otros ocho, causando importantes trastornos y un evidente malestar entre los afectados.

Los que se quedaron en tierra se llevaron la peor parte, pero no fueron quienes peor lo pasaron, ya que las primeras rachas del temporal se cebaron especialmente con los aviones que ayer aterrizaron en Bilbao.

Varios aparatos hicieron la aproximación entre espectaculares bandazos provocando la congoja de sus pasajeros y más de un mareo. «Lo peor no está en el suelo. Lo peor son las caídas al vacío cuando estás en pleno vuelo. No sabes cuándo va a volver a planear el avión y el estómago se te queda 'frito'», explicaba gráficamente Josep Ferrá, recién llegado de Madrid.

La pericia del piloto permitió que su aeronave fuera ayer una de las pocas llegadas a Bilbao con puntualidad. «Viajo mucho, pero nunca te acostumbras a estas cosas. En días así, paso miedo», reconocía otra pasajera, Luisa Jauregi.

Según informó Aena, las compañías Iberia, Air Nostrum, Spanair y Lufthansa tuvieron que suspender las salidas previstas hacia Madrid y Barcelona entre las ocho y once y media de la mañana. Además, otros cuatro vuelos procedentes de Madrid, Valencia y Barcelona no pudieron tomar tierra en el aeródromo bilbaíno y fueron desviados a Foronda. Uno más, procedente de la ciudad alemana de Düsseldorf, fue cancelado en su país de origen.

Numerosas quejas

«Las azafatas no lo estarán pasando muy bien en el aire, pero en los puntos de atención a los usuarios estos días son infernales», reconocía una trabajadora del aeropuerto a mediodía. Los paneles informativos acumulaban vuelos retrasados y no daban abasto atendiendo demandas de información y quejas.

Pero si alguien personificaba ayer la desesperación por la situación, ésos eran Jon Ganboa e Itziar Landeta. Ataviados con la camiseta del Athletic tenían previsto partir hacia Bruselas a las ocho de la mañana, y a las tres de la tarde -apenas cuatro horas antes de que el equipo rojiblanco se midiera al Anderlecht- permanecían en Loiu.

«Primero íbamos a hacer escala en Madrid, ahora estamos esperando un vuelo directo, pero el avión no ha llegado y, si no puede aterrizar, no hay nada que hacer, hay aficionados que se han tenido que volver a casa después de tener el viaje pagado», relataba Gamboa. «¡No hace tan malo; yo he volado con días peores!», se animaba. Hubo suerte. Su espera tuvo final feliz y el avión partió cerca de las cuatro.

Precisamente, de Bruselas llegaba José Luis Urkijo. «El avión se meneaba más de lo normal, pero no ha habido problemas», resumía, tranquilo. Enrique Julián tuvo menos aguante en el mismo vuelo: «He terminado echando hasta la primera papilla, ha sido una llegada horrorosa», lamentaba. Esperándole, se encontraba su hija Ainara, a quien tampoco le gustan «los saltitos de los aviones», y se preguntaba: «Si con el temporal aún sin llegar, tenemos el aeropuerto así, ¿qué pasará el sábado, que viene lo duro?»

El vendaval provocó también importantes daños en Orduña. Volaron tejas de edificios, en el barrio de La Antigua y la Gran Vía, y techumbres de establos en zonas rurales. La caída de cascotes ocasionó importante daños en vehículos.

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