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¿Qué vehículo cruza antes la ciudad?
MOVILIDAD

¿Qué vehículo cruza antes la ciudad?

La moto es la más rápida, pero el coche sólo saca dos minutos al bus y a la bici, que llegan a la par. Atravesamos Donostia desde Gros hasta Igara en cuatro medios de transporte distintos

MIGUEL GONZÁLEZ

Martes, 6 de abril 2010, 09:25

Las vacaciones de Semana Santa han terminado y toca regresar al tajo. Atrás quedaron los días de asueto y descanso en la playa, el monte o el pueblo. Hay que enfrentarse a la realidad. Y la primera señal del regreso a la vida cotidiana llega al trasladarse al trabajo. El tráfico se vuelve denso y los atascos en horas punta son inevitables. Para hacerle el día más llevadero vamos a plantearle una cuestión que le haga reflexionar sobre el medio de transporte que emplea para cruzar la ciudad. ¿El coche? ¿El autobús? ¿La moto? ¿La bicicleta?...

Le proponemos atravesar Donostia de este a oeste a través de una prueba piloto que realizamos el pasado lunes -primer día laborable de la semana como hoy- a las nueve de la mañana. El paso inicial fue encontrar a cuatro voluntarios que se ofreciesen a participar en el reportaje. El que firma estas líneas pilotó la moto y mis compañeros Oier Fano y Álvaro Vicente se prestaron para realizar el trayecto en coche y autobús, respectivamente. Leyre García, una joven que emplea a diario la bicicleta, encarnó a la ciclista.

A continuación había que establecer un recorrido-tipo que reflejase la idea de lo que supone atravesar la ciudad. Lógicamente tenía que ser llano para que la bicicleta fuera competitiva y, asimismo, debía cubrirlo una línea de autobús. Tras manejar varias opciones, se escoge el trayecto que cubre la línea 40 (Gros-Antiguo-Igara) como recorrido a completar, con inicio en Ategorrieta 41, frente al antiguo surtidor de Jai Alai, y llegada en Errotazar, al final del polígono de Igara, junto a la central de Correos de Donostia, con un total de 7 kilómetros. De haber situado el origen más al este de la ciudad, lo más lógico para los automovilistas hubiera sido tomar la variante y no cruzar la ciudad. También tenemos en cuenta que un coche puede escoger la opción de circular por el río, cruzar por el cuarto puente y tomar el vial para llegar a Igara, pero no nos parece tan descabellado hacerlo por la Avenida y La Concha. De esta manera, vamos a considerar en el experimento como ciudadano tipo aquel que vive en Gros y acude a trabajar a Igara, y calcularemos el tiempo que emplea para desplazarse al otro extremo de la ciudad en cada uno de los cuatro medios de transporte propuestos.

Quedamos a las 8.45 en la parada de la línea 40 en el número 41 de Ategorrieta. Sincronizamos los relojes y a las 9.00 llega puntual el autobús. Nuestro compañero 'clicka' el bonobús y en cuanto se pone en marcha, los tres restantes se activan. Quien peor lo tiene es la ciclista, que debe remontar los primeros metros por la acera de la calle Miracruz, girar en Larroca hasta salir a San Francisco, donde se incorpora al bidegorri que pasa por delante de la iglesia de San Ignacio y desemboca en el paseo de Colón. Los vehículos rodados toman la Gran Vía. La moto supera al bus en su primera parada y cobra diferencia, mientras el coche sufre atrapado por los semáforos de Gros.

Vuela la bicicleta en el Centro

En el puente de Santa Catalina la moto llega en 2:45, mientras que el autobús se adelanta en unos segundos a la bicicleta en torno a los 6 minutos. Medio minuto más tarde aparece el coche, penalizado por los semáforos. Dejando a un lado la moto, la bicicleta es la que mejor se comporta en el Centro, en el tramo comprendido entre Santa Catalina y La Perla. Aunque tiene que circular con precaución en Arrasate y San Marcial, no sufre tantas paradas como el autobús y el coche. De hecho, llega a la Perla unos segundos antes que el autobús y con medio minuto sobre el coche, que aunque cruza bien la Avenida, se ve retenido a la entrada de la calle Urbieta y en Arrasate. A la altura de La Perla, la moto marca 5:30, la bicicleta 10:50, el bus 11:00 y el coche 11:50.

La gran ventaja de la moto es que, además de utilizar los carriles-bus, aunque le toque detenerse en un semáforo, al situarse en primera fila, consigue evitar los posteriores, algo que con el coche es más complicado porque depende del comportamiento de los que le preceden.

En el siguiente tramo, La Perla-Ambulatorio del Antiguo, la bicicleta cae a la cuarta plaza debido a que el autobús y el coche pueden circular con fluidez por La Concha. De hecho, le dan alcance en el túnel del Antiguo, donde la ciclista tiene que desviarse por Ondarreta para salir a Zumalakarregi a la altura del Hotel Aranzazu. En el centro de salud antiguotarra, la moto ha realizado 7:30, el autobús 15:15, el coche 15:25 y la bicicleta 15:50.

Atasco en la rotonda Europa

La circulación por Zumalakarregi es algo más densa que en el Centro, situación que se acentúa al llegar a la Avenida de Tolosa y acercarse a la rotonda Europa. Allí se ve atrapado el coche en una pequeña retención y pierde su ventaja respecto al autobús, que aprovecha el carril-bus para entrar por delante en la recta de las Universidades. La bicicleta no anda lejos de ambos, ya que el bidegorri está despejado y no hay calzadas que lo crucen. En la rotonda de Errotaburu, dos semáforos frenan al coche, que ya ha rebasado al autobús en las dos paradas que tiene en la recta universitaria. A la altura de El Diario Vasco, la moto emplea 10:30, el coche 20:05, el autobús 20:45 y la bicicleta 20:55.

En el polígono de Igara es donde empiezan los problemas para todos, excepto para la moto, que se adapta mejor a la estrechez de la calzada. La vía está configurada para el aparcamiento en línea, pero se modificó en batería para que entrasen más vehículos, lo que reduce la calzada y provoca maniobras improvisadas ante vehículos que quieren salir marcha atrás o aparcar. En igualdad de condiciones, el coche amplía su ventaja con el autobús, que tiene tres paradas, y la bicicleta prácticamente le da alcance a éste, aunque dado que no existe bidegorri tiene que circular por la acera con precaución.

En la rotonda de Correos la moto, que ha tardado 13:00 minutos en completar el recorrido, espera a los demás. El coche aparece a los 24:30 y el autobús y la bicicleta llegan a la par, a los 26:30. Sorprende la competitividad de la bicicleta respecto al autobús y el coche, así como la escasa diferencia en tiempo entre el vehículo particular y el transporte público. La moto, como se intuía, no tiene rival al moverse por la ciudad.

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