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JUANMA VELASCO
Miércoles, 14 de abril 2010, 04:29
El dimetilfumarato, un fungicida altamente tóxico usado como antimoho en textil, calzado y sofás, sigue presente en los comercios del País Vasco. A pesar de las alertas, de las prohibiciones de su comercialización hechas por el Ministerio de Sanidad y la UE y de la retirada masiva de productos todavía hay zapatos, bolsos y muebles a la venta que utilizan bolsas con esta sustancia, en lugar de los saquitos de gel de sílice, que se emplean habitualmente para absorber la humedad.
Un análisis realizado por la Fundación Leia, un centro de la red vasca de tecnología con sede en Vitoria, ha encontrado dimetilfumarato en una de cada tres bolsas de sílice analizadas. La sustancia ha provocado a centenares de personas de toda España graves alergias en la piel, erupciones, irritaciones y quemaduras de las que no se han librado consumidores de Gipuzkoa.
La Asociación Nacional de Afectados por el dimetilfumarato, Andafed, entregó en marzo una veintena de muestras de bolsitas recogidas por distintos comercios de Vitoria. «Entramos en tiendas de ropa, de bolsos, de zapatos, de muebles... Evitamos los bazares chinos», explica Marga Santamaría, afectada e impulsora de Andafed, en alusión a la «relación tradicional que se ha realizado del dimetilfumarato con los comercios chinos».
Los resultados de los análisis se conocieron ayer. Según explica Jesús Torrecilla, químico director del Laboratorio de Leia y de dos departamentos de I+D, «hemos hallado dimetilfumarato mezclado con silicagel en una de cada tres bolsitas analizadas».
Torrecilla se lamenta de que el análisis se haya realizado con fondos propios de la Fundación y sin el apoyo de ninguna institución. «Si hubiera financiación, el estudio podría haber sido más exhaustivo ya que las muestras no las recogimos directamente nosotros, sino la asociación de afectados. Convendría seguir investigando», explica. Andafed enviará el informe del Leia tanto al Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco, que engloba a Consumo, como al Ministerio y los partidos políticos.
«Indignados»
La asociación de afectados mostró ayer su «indignación» por el hecho de que siga habiendo bolsas tóxicas en comercios del País Vasco. «Está claro que los controles aduaneros están fallando», explica Santamaría. La impulsora de Andafed reclamó una vez más que se realice una campaña informativa a los consumidores. «No podemos seguir callados porque es un producto que hace daño», asegura.
La alarma por el dimetilfumarato comenzó a finales de 2008, tras detectarse los primeros casos de alergias en la piel. El producto, detectado principalmente en mercancías procedentes de China, fue prohibido tanto por el Ministerio de Sanidad y Consumo como por la UE, al estar considerado «como una sustancia nociva por vía dermal, irritante para la piel y causante de lesiones oculares graves». Según el ministerio, los productos expuestos al dimetilfumarato «presentan un riesgo grave para la salud de las personas». Por ello, quedó prohibida la entrada en el mercado comunitario de los productos de consumo que contengan la sustancia.
Tras las denuncias de los afectados, en la Comunidad Autónoma Vasca se inmovilizaron el año pasado cerca de 1.400 pares de calzado ante la sospecha de la presencia de dimetilfumarato. En la actualidad, el País Vasco continúa con una veintena de notificaciones de alertas de productos por esta sustancia. No obstante, en los últimos meses no se han realizado nuevas inmovilizaciones ni retiradas.
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