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Viernes, 7 de mayo 2010, 04:51
El Arrate recibe mañana, a las 18.00 horas, al Valladolid, y despide así la temporada en Ipurua con la tranquilidad de haber logrado la permanencia. Una tranquilidad que les vendrá bien para afrontar un choque complicado ante los pucelanos.
El entrenador del Arrate, Julián Ruiz, está contento, muy satisfecho por «haber cumplido el objetivo», después de certificar de forma matemática la permanencia en la Liga Asobal, cuando aún quedan dos jornadas para la conclusión de la temporada.
Le queda la sensación de que «con un poco más de acierto o de suerte en determinadas cosas no se hubiera llegado a esta situación de sufrimiento», de ahí que abogue en igual medida por felicitarse y, también, por la conveniencia de «ser críticos y exigentes».
El Arrate ganó el pasado martes a quien tenía que ganar, al Octavio por 27-26, en un partido de mucho nerviosismo por todo lo que había en juego, ya que en caso de derrota su rival vigués le hubiera podido superar aún en la recta final de la competición.
«Pudimos romper el partido, pero ellos siguieron apretando, ya que se jugaban mucho», sostiene Julián Ruiz, que en la fase en la que tuvieron hasta cinco goles de ventaja echó en falta «un punto de acierto en los seis metros» para poder destacarse de forma definitiva. «Luego la presión sobre Cutura nos desorganizó un poco y ahí aparecieron los nervios y poca claridad», analiza el técnico albiazul.
El Arrate derrochó «sacrificio» para compensar la «falta de experiencia» acusada por momentos, apunta su entrenador, que no obstante valora el «evidente crecimiento de los novatos», y puntualiza que a partir de ahora resultará fundamental «mantener ese poso» con la renovación de algunos jugadores que terminan contrato en el equipo eibarrés.
Asegurado su futuro
De momento quedan dos jornadas para concluir la campaña, mañana al Valladolid, tercero en la clasificación y el próximo fin de semana se desplazará a Torrevieja para cerrar la temporada. La permanencia supone para el Arrate tener asegurado su futuro como entidad, dado que el descenso hubiera sido calamitoso.
El presidente Iñaki Bolinaga respira tranquilo al haber cumplido el gran objetivo. En más de una ocasión ha manifestado que la permanencia suponía ganar en estabilidad, dentro de la crítica situación del club y del balonmano en general. El Arrate ha tenido un año no tan convulso como el pasado.
Con el trabajo realizado entre bastidores, con el apoyo del Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno Vasco y, sin duda alguna, de la Plataforma Amigos del Arrate, el club ha dado pasos más sólidos, aunque ha contado con los desajustes de algunas deudas pendientes por satisfacer.
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