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Carlos Germán O., en el juicio que tuvo lugar el pasado diciembre en Donostia. :: MICHELENA
El violador en serie de Donostia se sienta otra vez en el banquillo
SUCESOS

El violador en serie de Donostia se sienta otra vez en el banquillo

Carlos Germán O.F. será juzgado este mes por forzar a una estudiante eslovena

JAVIER PEÑALBA

Martes, 11 de mayo 2010, 04:50

El violador en serie de San Sebastián se enfrenta este mes a un nuevo juicio. Será la tercera vez en la que Carlos Germán O.F. se siente en el banquillo de los acusados por abusos o agresiones de carácter sexual.

La cita será el próximo día 25 en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa. Al acusado se le imputa la violación de una estudiante eslovena. La Fiscalía solicita una pena de 12 años de prisión. El imputado se encuentra ya condenado a penas que suman cinco años y tres meses de cárcel.

Un caso como el de este violador en serie no se conocía en la historia reciente de la capital guipuzcoana, ni tampoco en Gipuzkoa. En los archivos policiales no figura un caso como el de este joven ecuatoriano nacido hace 23 años en Quito.

Las agresiones comenzaron entre 2007 y finalizaron en 2008 con al detención del sospechoso. Ertzaintza y Guardia Municipal llevaban meses tras los pasos de este individuo. Ambos cuerpos tenían la certeza de que las violaciones eran obra de una misma persona. Había situaciones que se repetían una y otra vez: el ataque por la espalda, la asfixia a las víctimas... En algunas de ellas había dejado incluso restos de fluido seminal. Sin embargo, no había con quien cotejar las muestras halladas.

Todo cambió el 27 de octubre de 2008. Ese día, Carlos Germán O.F. fue detenido por agentes de la Ertzaintza, treinta horas después de que consumara la última de las agresiones, en el barrio de Riberas de Loiola. El acusado forzó en un portal a una joven que regresaba de madrugada a su casa. El autor logró darse a la fuga, pero dejó en el escenario de los hechos una huella que Ertzaintza logró descubrir.

El rastro permitió conocer que el acusado había sido detenido meses antes cuando sometía a una chica a diversos tocamientos dentro de un ascensor en el barrio de Amara. Con este antecedente, la Ertzaintza abrió una investigación para determinar si el joven ecuatoriano era el mismo individuo que había cometido otras dos agresiones en las inmediaciones del paseo Vizcaya de la capital guipuzcoana y cuyas autorías estaban aún por esclarecer.

Investigación

Después de semanas de averiguaciones, las dudas desaparecieron. Los investigadores pudieron concluir que tanto en la agresión de Riberas de Loiola como en otras tres anteriores eran obra del mismo individuo.

El acusado empleaba un método idéntico para reducir a sus víctimas y neutralizar cualquier oposición que pudieran ofrecer. Las sorprendía por la espalda, las agarraba con su brazo por el cuello y oprimía la garganta hasta que lograba cerrar el conducto respiratorio. La falta de oxígeno hacía que perdieran momentáneamente el sentido. Cuando las víctimas lo recobraban, el autor había huido.

Tres de los casos se cometieron en el paseo de Vizcaya. Una de las víctimas fue una joven de 17 años que regresaba a casa sobre las siete y media de la mañana. En este caso, la víctima no consumó la agresión y huyó del lugar después de que comenzara a sonarle el móvil. Por este delito, Carlos Germán fue juzgado el 3 de diciembre del pasado año y condenado a tres años de prisión.

Hasta el portal

La segunda agresión es la que se va a juzgar este mes. La víctima fue una estudiante eslovena que residía en la capital guipuzcoana en el marco del programa Erasmus. La joven fue seguida hasta el portal y atacada en el ascensor. En el escenario de los hechos, la Policía halló restos biológicos, fluido seminal, que, una vez analizados, revelaron que pertenecían al acusado. El fiscal solicita para el acusado una pena de doce años.

Pero Carlos Germán O. está imputado en otros dos procesos por sendas violaciones. Una de ellas se perpetró también en el paseo de Vizcaya, detrás del Instituto Politécnico. El hecho ocurrió el 22 de junio de 2008. El acusado, como ya lo había hecho en ocasiones anteriores, abordó a la víctima, una mujer de 34 años. Lo hizo por la espalda y, tal como acostumbraba, la asfixió hasta dejarla inconsciente. Sin que la mujer pudiera oponer resistencia alguna, el acusado la violó.

El agresor eyaculó sobre la víctima. El resto seminal hallado fue analizado y los resultados fueron concluyentes. El perfil de ADN espermático obtenido pertenece al acusado. Por este caso, la Fiscalía pide doce años de prisión -diez por violación y dos por robo- además de 50.000 euros de indemnización.

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