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Interiores. La emblemática escalera que recorre la antigua fábrica de tabaco :: LOBO ALTUNA
Tres años de obras para crear un gran centro de cultura
CULTURA

Tres años de obras para crear un gran centro de cultura

La antigua fábrica de tabacos tiene previsto cerrar a final de mes para su reconversión en un centro de cultura

A. MOYANO

Domingo, 16 de mayo 2010, 04:22

Tabakalera tiene previsto iniciar el próximo viernes la celebración del inicio de las obras que habrán de convertirla en un centro de cultura contemporánea en 2013, fecha del centenario del edificio. En principio, la remodelación del edificio se va a realizar según del proyecto 'Tres en raya' firmado por los arquitectos Jon y Naiara Montero y con un presupuesto global que rondará los noventa millones de euros. Ha pasado casi una década desde que el propio Odón Elorza planteara la posibilidad de convertir el edificio, por aquel entonces propiedad de Altadis, en un centro cultural.

Tres años después, Gobierno Vasco, Diputación de Gipuzkoa y el propio Ayuntamiento adquirieron el edificio por 8,5 millones de euros y ya en 2006, Joxean Muñoz se puso al frente del proyecto que previamente había pasado por las manos de Bartomeu Marí, autor de un documento seminal para el futuro Centro Internacional de Cultura Contemporánea (CICC).

Tabakalera se define como un centro de producción, exhibición, debate, formación, archivo y distribución de la cultura visual. Con 21.000 metros cuadrados de superficie útil, 'Tres en raya' pretende convertir a Tabakalera en «un 'edificio bisagra' entre barrios y un enclave de nueva centralidad para la ciudad». Con un prisma de cristal coronando el edificio, el proyecto de los Montero se impuso a finales de 2008 a los otros sesenta presentados al concurso. Este ornamento luminoso, que acogerá una cafetería y un restaurante, está llamado a convertirse en un icono de la futura fábrica de cultura, con sus sesenta metros de largo por quince de ancho. Aunque en un principio la intención era que se iluminara por las noches a modo de linterna, parece ser que esta idea se reconsideró, dejándola reservada para ocasiones especiales.

El prisma de cristal es el remate de un proyecto que atraviesa el edificio de Egia a la Estación con una calle que se desdobla en forma de Y y que incluye la apertura de un nuevo acceso en la fachada lateral que da al pasadizo de Atotxa, a cota de sótano. Este pórtico daría a «una nueva plaza urbana, plurifuncional y con un carácter de espacio parcialmente cubierto, de modo que (...) comunique directamente» con las escaleras mecánicas y los ascensores, así como con la 'calle principal' de la futura Tabakalera.

Esta nueva puerta se sumará a la ya existente en la fachada principal, frente al parque de Cristina Enea, y a una tercera que el proyecto contempla crear en la posterior, a la altura de la segunda planta y que dará acceso a una cantina.

No obstante, la calle en forma de Y que atravesará el edificio es el elemento clave del plan arquitectónico. De hecho, la necesidad de abrir una vía peatonal que cruzara Tabakalera ha estado presente, de una forma u otra, desde prácticamente los inicios del proyecto, hasta que se tradujo en una de las condiciones incluidas en el pliego del concurso. «El Ayuntamiento quería abrir Egia a la ciudad, tal y como hizo con el antiguo Hospital Militar. Teníamos el peligro de que la gente pasara junto a Tabakalera y dijese: 'Uy, un centro cultural'. La gente tiene un cierto miedo ante la cultura, así que la idea era que pasara por el medio. Incluso queríamos que los adolescentes trajeran aquí esa actitud de ir a pasar la tarde a un centro comercial. Que ocurra aquí, que pululen y se metan a hacer cosas», señalaba Joxean Muñoz tras resolverse el concurso.

La rehabilitación de Tabakalera contempla intervenciones en las cuatro plantas y el sótano del edificio. En este último, se llevará a cabo «una de las operaciones más importantes del proyecto», en palabras del arquitecto: reforzar la cimentación, consistente en vigas corridas apoyadas en unos pilares de madera. «En la planta baja es donde está la chicha del proyecto», asegura Jon Montero. Además, los cuatro patios interiores de Tabakalera, que en la actualidad tienen su suelo en la primera planta, descienden a la cota del sótano, al igual que los dos laterales del edificio.

La primera planta albergará uno de los elementos más problemáticos a la hora de encargarlo en la nueva Tabakalera: una sala de cine para 400 personas, junto a otra sala de proyecciones, más pequeña, y un foyer, ubicadas en uno de los patios. Además, la planta baja estará atravesada por la calle en 'Y' y contará con un patio polivalente.

La nueva sede de la Filmoteca Vasca ocupará todo un ala de la segunda planta, a la que también se podrá acceder desde la fachada que da a las vías del tren, a través de una cantina. En la tercera planta se sitúa otra de las instalaciones fundamentales de Tabakalera, la Mediateca. En la cuarta y última planta, estarán las oficinas del CICC.

A falta de conocerse la distribución definitiva, el Centro contará también con espacios de producción, exhibición y cesión. Además de la Filmoteca Vasca, el edificio acogerá al Instituto Etxepare, aunque ambas entidades mantendrán su autonomía. Otros organismos como la Unidad de Cine de Donostia Kultura o la nueva Unidad de Artes Visuales de Diputación -bajo la que se cobijarán Arteleku y y las exposiciones del KM- confluyen y se integran en Tabakalera. La Biblioteca Nacional Vasca, por su parte, se ubicará finalmente en el edificio que actualmente ocupa el Koldo Mitxelena.

El proceso no ha estado exento de algún contratiempo. Apenas seis meses después de que el proyecto de los Montero se proclamara vencedor del concurso, Iñaki Galarraga dimitía como director de Arquitectura de Tabakalera debido a las diferencias surgidas con la dirección del centro en torno al papel que debe jugar el edificio en la configuración del proyecto. Según explicaba hace un año el propio Galarraga, en el proceso se estaba dando prioridad a los contenidos por encima del edificio. De hecho, el 'Tres en raya' ha sufrido algunas modificaciones a lo largo de estos últimos meses, aunque en ningún caso afectan a la esencia del proyecto. «El proyecto tiene que ser versátil para que se mantenga siempre contemporáneo», replicaba Joxean Muñoz, quien añadía que antes de iniciar las obras era necesario contemplar todas las posibilidades para anticipar posibles imprevistos.

En total, el presupuesto de la obra y el equipamiento del edificio alcanza una cifra estimada de 89 millones de euros. En cuanto a las previsiones del gasto corriente derivado del funcionamiento, la programación y las exposiciones que el centro generaría una vez inaugurado, se calcula que sería bastante más elevado que el de otros centros, como la LABoral de Gijón.

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