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L.A.
Sábado, 22 de mayo 2010, 04:24
La creación por el laboratorio de Craig Venter de la primera célula sintética ha puesto sobre el tapete mundial el debate sobre las posibilidades que ofrece la creación de vida artificial. El investigador estadounidense, uno de los padres del genoma humano, señaló a la revista científica 'Science' que con este logro se inicia una nueva etapa científica y filosófica, y fue el primero en abogar por nuevas regulaciones para evitar abusos de «la poderosa tecnología» creada.
Es más, manifestó que la vida artificial propiamente dicha no es ahora un objetivo fundamental de la comunidad científica, «preocupada por crear conocimiento para dar respuesta a los grandes retos sociales».
Carlos Martínez, ex secretario de Estado de Investigación, coincide con las declaraciones del investigador. A su juicio, el logro de Venter puede tener en el futuro «extraordinarias utilidades para luchar contra los grandes problemas sociales, como la crisis alimentaria o la energética», dado que con el método Venter los científicos proyectan diseñar algas que puedan atrapar el dióxido de carbono y producir otro tipo de hidrocarbonos de utilidad en refinerías, entre otras utilidades.
Enormes posibilidades
Martínez apuntó que el logro no crea vida artificial propiamente dicha. Y no es el único. Así, el presidente de la Sociedad Internacional de Bioética, Marcelo Palacios, valoró que desde el punto de vista técnico, la célula sintética abre posibilidades enormes, pero que «no supone la creación de vida artificial», ya que una célula humana «es mucho más». Quien conozca lo que es «la maravillosa y complejísima fábrica que constituye una célula, verá que lo que se ha aportado es una parte de ese funcionamiento celular pero la célula es muchísimo más», agregó.
Palacios insistió en que hay una diferencia abismal entre haber incorporado al interior de una célula el material genético de otra muy similar a crear una célula viva de materia artificial.
Por su parte, el subdirector del centro de Regulación Genómica de Barcelona, Luis Serrano, explicó que este hito científico abrirá el camino a la curación de muchas enfermedades, pero que de aquí a una aplicación práctica pueden pasar quince años. Además, se mostró preocupado que con este descubrimiento «se pueda modificar el genoma humano».
El Vaticano se mostró «cauto» ante la noticia de la creación de la célula sintética, «hasta saber más sobre ella». Sólo el cardenal Angelo Bagnasco señaló que el hallazgo es una «nueva señal de la gran inteligencia del hombre», mientras que el prelado Elio Sgreccia aseguró que «no estamos ante la creación de una célula artificial, sino ante la manipulación del genoma».
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