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Escenario. Rafa Alzaola, en el altillo donde está instalada la mesa de mezclas con la que regular el sonido del escenario. :: MIKEL FRAILE
El Guardetxe resurge de las cenizas
PROMOCIÓN CULTURAL

El Guardetxe resurge de las cenizas

Rehabilitado tras un incendio, vuelve a ser un motor de la cultura de base donostiarra. El espacio municipal de Urgull, autogestionado por la asociación Banda Bat, desarrolla un intenso programa en su nuevo periplo

ENRIQUE MINGO

Lunes, 24 de mayo 2010, 03:59

Sobre los tejados de la Parte Vieja, vigilante del Puerto y la Bahía, la Casa del Guarda de Urgull vuelve a convertise, un año después de su rehabilitación tras un incendido fortuito, en uno de los espacios más activos de la cultura de base donostiarra.

Cuando hace tres años este edificio municipal se calcinó y tuvo que ser clausurado, muchos grupos musicales quedaron huérfanos de un escenario en el que poder mostrar sus primeros escarceos creativos. Hasta ese trágico día, el Guardetxe, situado en uno de los enclaves privilegiados de Donostia, llevaba varios años siendo un espacio alternativo que, autogestionado por la asociación cultural Banda Bat, cobijaba a buena parte de la cultura de base de la ciudad, y también era el centro de referencia para muchas asociaciones de inmigrantes que desde ahí conseguían, con sus entonces ya consolidados eventos interculturales, mostrar a la sociedad donostiarra las tradiciones originarias de sus países.

Tras dos años calcinada, presa en los asuntos burocráticos municipales, la Casa del Guarda volvió a abrir sus puertas el pasado año con un local rehabilitado con mimo y la firme intención de recobrar, e incluso aumentar, su actividad cultural.

Hoy, con un calendario perfectamente organizado de talleres artísticos; con una programación «muy solicitada» de conciertos, charlas y funciones teatrales; con un cineclub que se realiza los domingos y con eventos anuales como los Encuentros Interculturales Topak, el festival de cine documental LUPA y el recien nacido festival de videoarte Nokodek -que se celebra esta última semana de mayo-, se puede asegurar que los propósitos están sólidamente encaminados, aunque, como comenta el miembro de Banda Bat Pello Gutiérrez, «todo esto funciona por el voluntariado de la gente y para que podamos seguir desarrollando más proyectos, animamos a la gente a que se acerque hasta aquí para que, además de disfrutar de todo esto, sepan que también pueden ayudar».

Un espacio de encuentro

«Para nosotros -apunta Rafa Azaola hablando en nombre de toda la asociación-, el Guardetxe es un espacio de encuentro, de amistad, que está abierto a toda la ciudad. Es también, por supuesto, un espacio de libertad, donde la gente se puede expresar artísticamente, donde tratamos de que no existan encorsetamientos y al que viene todo tipo de público, de todas las edades y procedencias, aunque deseamos especialmente que se acerque la juventud». Sin duda, «es un espacio diferente -remarca Dinora Mega- en el que, sobre todo, nos mueve el acercamiento social a través de la cultura». La asociación mantiene dos líneas de actuación: Una promueve actividades que surjen de la propia asociación y otra, con la que «se pretende dar cabida o atender la demanda de la ciudadanía».

En cuanto a la primera, tendría en los talleres su actividad más relevante. Dichos talleres se realizan durante la semana: el martes de tecnologías audiovisuales, el miércoles de teatro y el jueves de mosaico y percusión. Además, también se realizan diferentes talleres puntuales e intensivos.

Debido a que las personas que imparten estos talleres no cobran -tampoco pagan quienes reciben las clases- es complicado encontrar huecos para realizar más. «Horario habría, lo que sucede es que la gente tiene sus trabajos y es muy difícil hacerlos antes de las siete de la tarde», comenta Mega.

Acercamiento social

El otro eje de actuación, con el que se atiende la demanda de la calle, «es fundamental para nosotros ya que es con el que más acercamiento social logramos», asegura Azaola. «Intentamos proporcionar este espacio a quien lo solicita para realizar cualquier tipo de actividad cultural. Por ejemplo, mantenemos un contacto constante con ONG's -«ahora estamos involucrados en un proyecto en Guatemala de educación a través del arte»- y asociaciones de inmigrantes. Es una colaboración que siempre ha existido y si necesitan el local para alguna actividad, nosotros tratamos de que puedan disponer de él».

Una actividad novedosa en la nueva etapa del Guardetxe es la del cineclub que se realiza los domingos con la proyección de una película y el posterior coloquio que surja. También se ha abierto el edificio a los más pequeños, «de momento hacemos un taller mensual para niños los últimos sábados de cada mes. Intentamos que, a través de un cuento, los niños se vayan acercando a diferentes disciplinas artísticas como el dibujo, la narración, la interpretación o los aspectos espaciales para, al final, llegar a una obra completa».

Mucho más que conciertos

Uno de los objetivos fundamentales que Banda Bat se ha propuesto para este nuevo periplo del Guardetxe es que éste no se contemple «desde fuera» únicamente como una sala de conciertos. «Tendríamos que tener cien Casas del Guarda para cubrir toda la demanda que nos llega, sobre todo en el tema musical», comenta Azaola quien asegura que «nuestro objetivo es intentar equilibrar esta oferta musical con otras expresiones artísticas para que no sea sólo un escenario para conciertos».

«En este momento nos proponen bastantes actividades escénicas de pequeño formato relacionadas con el teatro», comenta Mega, quien asegura que «también nos hemos abierto mucho al mundo de los audiovisuales con el cineclub del domingo y diversas proyecciones puntuales de creadores locales, pero, con relación a lo que era el Guardetxe antes del incendio, «queremos dar al edificio un uso más diurno, abrir a partir de las cuatro de la tarde para que la gente pueda venir, tomar un café, leerse un libro de la biblioteca que estamos poco a poco montando, estar con el ordenador ahora que tenemos 'wifi' y, de alguna manera, romper esa tendencia a que la gente nos relacione con una sala de conciertos».

Eventos consolidados

El evento que «más define» a la asociación son los Encuentros Interculturales de Urgull Topak, que este año cumplirán su octava edición y se celebran durante una semana en junio. Además, también dentro del campo de la interculturalidad y la emigración, se celebran Las Jornadas Temáticas sobre Pueblos de Origen de las Personas Inmigrantes, «donde vamos colectivo por colectivo mostrando sus particularidades culturales. El último que se realizó fue sobre Guinea».

Otra actividad cercana a esta temática de la interculturalidad que se celebra anualmente es la de Los Arroces del Mundo, en la Plaza de la Trinidad. «Es un día muy festivo, al que vienen personas de todas las nacionalidades a cocinar el arroz a la manera típica de su tierra».

En otra línea, el festival de cine documental LUPA es un evento que se celebra durante la Semana Santa y que, con tres ediciones, se ha consolidado en el programa. Además de las proyecciones, en esta muestra que Banda Bat organiza junto a Mikelazulo Elkartea de Errenteria también se realizan foros a los que acuden cineastas del género documental.

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