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NEREA AZURMENDI
Martes, 8 de junio 2010, 09:49
Sin prisas, mediante un «despliegue planificado y progresivo», el Instituto Vasco Etxepare-Etxepare Euskal Institutua, un proyecto que colea desde hace casi una década, estará consolidado en el plazo de tres años. Esa fue la previsión realizada por la consejera de Cultura del Gobierno Vasco, Blanca Urgell, que ayer compareció a petición propia ante la comisión de Cultura y Juventud del Parlamento para dar a conocer las líneas de actuación del Instituto Etxepare y presentar a su directora, Aizpea Goenaga.
Urgell no eludió referirse a la «situación heredada» que, a su juicio, ha causado el retraso en la entrada en funcionamiento efectiva de un organismo que, legalmente, está en activo desde enero de 2009. En ese sentido, se refirió a un desarrollo normativo «tardío y deficiente», a la «ausencia de nuevos objetivos», o la «falta de evaluación de los programas» que se ha advertido tras la «pretendida puesta en marcha» del Instituto Etxepare en los últimos días de la pasada legislatura.
Ese fue, una vez más, uno de los puntos de fricción entre la consejera y los representantes del PNV, que opinan que la puesta en marcha del Etxepare no fue «pretendida» sino real y efectiva y, en consecuencia, han acusado a menudo a Blanca Urgell de ser ella la responsable del parón en el desarrollo del instituto que se creó en 2007 para promover fuera de Euskadi el euskera y la cultura vasca, «en cualquiera de sus lenguas oficiales, manifestaciones, soportes y formas de expresión».
Nueva oferta de trabajo
Pero, valoraciones al margen, hay hechos objetivos que han impedido que el Instituto Etxepare funcione con sus propios medios y han obligado a que los programas que heredará sigan siendo ejecutados por quienes los gestionaban antes de su creación: básicamente, los servicios del Departamento de Cultura.
El principal es la falta de personal, derivada de la paralización de actuaciones del proceso selectivo que puso en marcha el anterior gobierno como consecuencia de un recurso del sindicato LAB. La consejera, tras subrayar que «la falta de personal del instituto ha imposibilitado que tengan su propio plan de actividad», adelantó que en julio se dará a conocer una nueva relación de puestos de trabajo, se realizará la correspondiente convocatoria pública, y se procederá al proceso de selección, cuya finalización está prevista para marzo de 2011. Mientras tanto, se realizarán contratos temporales para algunos puestos, de modo que el Instituto Etxepare pueda ir asumiendo progresivamente tareas que ahora desempeña de manera subsidiaria Cultura, y abordando nuevos proyectos que la consejera vinculó al concepto de «diplomacia cultural».
Favorecer las alianzas
Aunque ese nuevo concepto está llamado a «superar el modelo clásico», de momento el Instituto Etxepare -que también tiene entre sus planes definir su imagen corporativa y su plan de comunicación e implantar cuanto antes la página web que le permitirá «crecer en el mundo virtual»- tendrá que ir haciéndose cargo de programas bastante «clásicos». En el ámbito del fomento del euskera, destaca el de los lectorados, en marcha en 23 universidades, que se quiere planificar y evaluar más estrechamente, así como el programa 'Euskara munduan', coordinado por HABE. En este ámbito, se quiere dar un paso más estableciendo en los próximos tres años tres cátedras en otras tantas universidades de prestigio.
En estos programas, así como en los vinculados a la promoción de la cultura vasca y a la internacionalización de sus productos, se concederá especial importancia a favorecer las alianzas con otros agentes, como la UPV-EHU o el Instituto Cervantes, cuyas «sedes más activas y prestigiosas» se plantea utilizar para mejorar la red de lectorados.
Todas esas líneas generales, en cualquier caso, se concretarán en el Plan Estratégico que debe proponer la directora del organismo. Un documento que, como Aizpea Goenaga adelantó a los miembros de la comisión, es una de sus prioridades y será el instrumento para «trabajar en profundidad la filosofía del Instituto Etxepare, marcar las líneas de trabajo y crear una agenda de actividades concretas» que, en principio, tendrá un horizonte de tres años, el previsto para consolidación del Instituto Etxepare.
Si, aunque solo fuera por una vez, los calendarios pudieran coincidir, en esa fecha un Etxepare consolidado tendría que trasladarse a una Tabakalera remodelada, puesto que el Instituto Etxepare -cuya sede, por ley, está en Donostia- era uno de los ocupantes del centro ahora en revisión. Por si acaso, ya tiene acondicionada y lista para ser ocupada una sede provisional en la calle Prim.
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