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Kintxo posa en Luis Mariano, junto a una farola y su bastidor de trabajo. :: FERNANDO DE LA HERA
«Yo tenía siete años y Jorge Oteiza ya dijo que tenía madera de artista»
Kintxo Fernández de Ávila, Artista genial y comprometido hasta las cachas

«Yo tenía siete años y Jorge Oteiza ya dijo que tenía madera de artista»

Es un tío pintoresco y especial que ofrece todos los datos para calificarle como un gran artista. Eso es algo que delata su trayectoria

MAÑU DE LA PUENTE MAÑU DE LA PUENTE manudelapuente@yahoo.es

Domingo, 13 de junio 2010, 04:04

Es uno de los artistas más representativos del Bidasoa y su obra (pintura) se encuentra en no pocas casas vascas y españolas, e incluso en hoteles, como los de la cadena AC (Antonio Catalán). Es irundarra y soltero a sus 'cincuentaypocos' -como él mismo dice- años. De familia muy conocida en nuestro ámbito, es hermano de José Ángel, y de Siso, cuñado de la simpatiquísima Marisol y tiísimo de Siso e Ignacio, familia txuribeltz a muerte. Nuestro interlocutor es Kintxo Fernández de Ávila, un artista que empezó a pintar tarde y que lo hizo de forma autodidacta, aunque nunca olvida y siempre agradece la formación que adquirió en Arteleku (Donostia), en su opinión «uno de los mejores espacios artísticos del mundo». Conoció 'La Pecera', una pescadería que montaron sus aitatxos, Kintxo y Felisa, en Almirante Arizmendi, junto a un pequeño bar que también regentaba la misma pareja. En ese misma tienda montó un negocio de antiguedades y, con el tiempo, una galería de arte. Ahora va por a su aire este librepensador tan aficionado a todo lo que huela a arte, que es tan original que tira a único. Ama la pintura y cuando le da fiesta a su pasión, disfruta mucho paseando por nuestro entorno. Y si hay que tomarse unos tragos, no perdona.

- Kintxo, que viene de Joaquín...

- Por Kintxo me conocen mis amigos y la gente de la calle, pero en casa siempre he sido y soy Joaquín. Heredé el nombre de mi padre. Y pasando de bautizos a confirmaciones, te diré que soy ahijado de Jorge Oteiza, algo que muy pocas personas pueden decir.

- Me cuentan que siempre, desde crío, ha sido más que movidillo.

- Y cuando apenas tenía siete años, Oteiza ya decía de mí que iba a ser artista. Mis padres eran íntimos de Jorge y de su esposa, Iciar. Eran los tiempos en que trabajaba con Néstor Basterretxea en la casa de la Avenida de Iparralde. Recuerdo que me cogía de la mano y me bajaba al estudio, con sus paredes blancas y un marcado olor a humedad. Allí conocí su colección de tizas y su producción del momento. Tampoco me olvido de las fiestas que se hacían en plan familiar, a base de besugos y chimenea. Se lo montaban muy bien, tanto él como los Basterretxea y mis padres. La verdad es que he mamado el arte desde crío y gracias a un artista como Jorge, que transmitía todo.

- Respiremos...

- Luego me fuí a Suiza y a París, donde viví una buena temporada. Con 25 años regresé a Irun y monté una tienda de antigüedades en 'La Pecera', la pescadería.

- Tienda que se merece un párrafo como poco, ¿no?

- Ya te acordarás. Mis padres abrieron la pescadería y montaron una pecera auténtica con alternancia de aguas para truchas, angulas o mariscos. Allí iban Oteiza, Néstor o Eduardo Chillida, lo mismo que los artistas que trabajaban en Porcelanas Bidasoa. 'La Pecera' fue un pequeño templo artístico.

- Volvamos a las antigüedades.

- Pues mira, me fue muy bien durante cuatro años y hasta que llegó la crisis de los 80. La gente compraba mucho material cuando se vendían pisos en Hendaia. Luego empecé a frecuentar museos y Arteleku. Monté la galería de arte y coincidí, por ejemplo, con Antonio Moreno Bergareche, que es un fenómeno integral, un artistazo. Luego volví a Arteleku para pintar y moverme en el mundo físico de los artistas, a darle a la imaginación y al cerebro. Entonces descubrí la que es mi auténtica vocación.

- Un tópico, ¿qué es para tí el arte?

- Estar las 24 horas del día pensando en lo que más me gusta.

- Otro, ¿el artista nace o se hace?

- Se puede pintar muy bien desde chiquitín y quedarte ahí. El artista vocacional no se desmarca y sigue.

- El arte es una filosofía de vida, afirmo.

- Como todo en esta existencia. Y, además, muy complicada porque vivir en el mundo del arte es como vivir en el 'Far West'. Hay muchas envidias, y cuantos más premios te dan, más envidia te tienen. Yo he tenido una suerte inmensa, me metí en ese mundo de lobos y me convertí en uno más.

- Y como te está yendo la cosa.

- Bien. No me quejo desde que me animé a mandar obra a concursos estatales. He recibido una serie de premios y siempre ha sido una satifacción entrar en los catálogos.

- Pero no es un mundo fácil, ¿no?

- En absoluto. Este mundo tiene tres aristas: una, la de la persona que se lo toma como un hobby; otra, la que pinta y sigue trabajando en lo suyo; y la tercera, que es la mía y que llega cuando decides que tu vocación va a ser tu profesión.

- ¿Qué hay que hacer para poder vivir de la pintura?

- De primeras, echarle mucho morro. Luego, tener cerca a una persona que te acerque a círculos que te puedan solucionar la vida, con tus cuadros por supuesto.

- ¿Y tú tienes ese mirlo blanco?

- Sí y se llama Alberto San Román, que está en Madrid pero que es uno de los mejores embajadores de Irun y Hondarribia, donde ha vivido y sigue pasando temporadas. Es mi valedor, mi marchante y mi gran amigo al que siempre estaré agradecido. Y eso que no es profesional del arte, pero sí una persona con muchos contactos. Domina y conoce el todo Madrid.

- Oye, en su día también te dió por el cine.

- Bueno sí, pero fueron tres cosillas, tres cortos con Yurre Ugarte. Fue una experiencia amateur, que llegó como se fué, hace unos siete años.

- Antes me decías algo de premios ¿Cuál es el que más te ha satisfecho?

- Sin duda, el primer premio de pintura del Gobierno de Navarra en 1999. Un año después, conseguía el segundo puesto en el premio de Bancaja, en Valencia. Ambos me dejaron buen recuerdo y buena tela.

- Como muchos artistas, ¿te sientes incomprendido?

- Yo estoy feliz. Siempre he hecho lo que me ha dado la gana y me he buscado la vida. También con la comprensión de mi familia, que me ha ayudado siempre y que ha tenido más paciencia que nadie.

- ¿En qué estás ahora?

- También me dedico al comisariado de exposiciones. La que montamos sobre Regoyos en el Amaia con Mikel Bergara y Juan Nicolás fue un exitazo, con el apoyo del Ayuntamiento. Pasaron más de diez mil personas. Ahora hemos presentado los tres un proyecto al Ayuntamiento de Hondarribia para montar una antológica de Vázquez Díaz, que sería otro puntazo. Estamos a la espera de buenas noticias.

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