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BENITO URRABURU
Lunes, 28 de junio 2010, 09:25
¿Qué es lo que motiva a un corredor como Alberto Contador? Por supuesto, los triunfos, el rematar todo el trabajo que conlleva preparar un Tour. ¿Qué es lo que le mueve? ¿La gloria o los resultados?
Se puede decir que lo segundo, los resultados, las victorias, conducen a lo primero, la gloria, el entrar en la historia. Se queda sorprendido cuando le hacemos esa pregunta: «Lo que me planteo, lo que quiero es luchar por la victoria, por el triunfo. El Tour es un reto, cómo me sucede con otras carreras, sólo que es el Tour. Soy consciente que es muy difícil ganarlo, aunque la percepción que se pueda tener es otra. Tienen que darse las circunstancias para poder ganar».
En diciembre cumplirá 28 años. Si todo va bien, su palmarés seguirá acercándose al de los más grandes de este deporte. El paso del tiempo, siendo todavía joven, no parece afectarle, no al menos de momento: «¿Si noto el desgaste? No, no lo noto, o al menos no soy consciente de notarlo. Las sensaciones que yo tengo en carrera, cuando entreno, y los tests que hago son cada vez mejores. Noto que continúo creciendo».
Sabe que esa curva ascendente en algún momento se invertirá: «Soy consciente de que llegará un momento en mi vida en el que serán peores esos datos, en el que la recuperación no será la misma. Por unas razones o por otras, soy un corredor que empecé tarde, a pesar de que pasé joven a profesionales. Tuve un periodo largo de aprendizaje».
También es cierto que allí donde corre no pasa desapercibido. Si va a una carrera es para competir, para intentar ganar: «En todas las pruebas en las que participo estoy a un nivel alto. A lo mejor hay otros corredores que tienen el doble de días de competición que yo, pero no son tan intensos. Soy un corredor al que le gusta entrenar fuerte. No valgo para ir tranquilo».
La última semana
Eso es algo, lo de entrenar fuerte, que pueden atestiguar los que trabajan con él, quienes se concentran en los Alpes, Pirineos o Navacerrada junto a Alberto. En muchas ocasiones, el entrenamiento es más duro que la competición. Verle subir el Tourmalet es uno de esos espectáculos que resultan impagables, que no tienen precio.
Conoce el Tour 2010 de memoria. Todo, desde Rotterdam a París. Alberto piensa que «llegar bien a la última semana va a ser importante, pero también que hay que estar bien la primera. Es lo que tiene esta carrera, que siempre debes estar bien, o al menos intentarlo. La contrarreloj del último día es más larga. Puede marcar diferencias. Están los Pirineos».
Observa el trazado y medita lo que dice: «Si miras los primeros días, ves que son exigentes. Si no vas en forma, sabes que vas a sufrir más que los que están en un buen momento. En la primera semana de este Tour se te pueden ir las oportunidades de ganar la carrera. ¿Si le tengo temor a esa primera semana? No, temor, no, pero sí respeto porque todos los días, en todas las etapas, se pueden presentar situaciones difíciles y hay que estar en todas ellas. Puede pegar aire de costado, se pueden producir cortes, está el pavés. Muchas cosas que no serán fáciles de controlar».
Conocía prácticamente todos los puertos que va a subir, pero los ha vuelto a recorrer. No sabía nada de los tramos de pavés y acudió a verlos: «Los he visto todos, kilómetro a kilómetro, probamos el material. Ya sé lo que me voy a encontrar. ¿Qué más puedo decir? Entrené en ellos, pero sé que no será lo mismo pasarlos en carrera». El calendario que ha cubierto para llegar al Tour ha sufrido pocas variaciones con respecto al que hacía otros años. Quizá se ha mostrado menos ambicioso en algunos momentos.
«Salvo la alergia que tuve en el Criterium Internacional, las cosas me han ido bien. En el Dauphiné he mantenido la misma línea de otros años. Se trataba de ir creciendo de forma progresiva. Desde el final del Dauphiné hasta la última semana del Tour hay cinco semanas. Es mucho tiempo. Hay que medir bien los esfuerzos, o al menos intentarlo. El Tour se puede hacer largo».
Está un kilo por encima de su peso en forma. Una medida justa teniendo en cuenta el desgaste que va a tener en Francia. Sí le pides que haga una valoración conjunta de la prueba dice que «es un Tour que me gusta, a pesar de que el principio de la carrera será nervioso. Siempre la primera semana del Tour es nerviosa, pero en esta ocasión, saliendo de Holanda y con el pavés, va a ser todavía peor. Después de ver lo que ha pasado en el Giro habrá que estar muy atento».
Entre los Pirineos y los Alpes no tiene dudas: «Los Alpes son más suaves. Los Pirineos serán los jueces de la carrera. En los Alpes se puede decir que sólo hay una etapa complicada, la de Morzine. Se verá quién está bien y quién no lo está, pero no serán decisivos. Marcará lo que pase en Pirineos».
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