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BENITO URRABURU
Domingo, 4 de julio 2010, 05:36
Floyd Landis ya ha conseguido lo que quería: complicarle el inicio del Tour a Lance Armstrong, meterle en una espiral de consecuencias imprevisibles y abrir una espita que según el presidente de la AMA puede cerrarse en 2016 puesto que en Estados Unidos se ha abierto un expediente con este asunto.
El tema es serio puesto que el FBI ha abierto una investigación, que de momento ya ha conseguido que tres ex compañeros de Armstrong declaren que sí había dopaje dentro del equipo, aunque otros muchos han dicho lo contrario.
Dicen que los tres están corriendo el Tour. Hay unas cuántas cosas que son claras en este asunto. La primera de ellas es que Landis ha hablado desde el resentimiento, desde la ruina económica y personal, por despecho, puesto que ha quedado como un apestado en el mundo del ciclismo y le ha afectado a su vida personal.
¿Es verdad lo que dice? Tendrá que aportar, él y los que declaren, pruebas puesto que por el momento todo se reduce a un palabra contra palabra, salvo que realmente haya algo más, aparte de los testimonios de quienes están declarando. Se habla de un nuevo caso Balco, que sacudió al deporte de Estados Unidos no hace mucho tiempo.
Floyd Landis no dio positivo con ningún equipo en él que corría Armstrong, sino que lo hizo con él Phonak, que se cubrió de gloria y arrojó el mayor número de casos dopaje que se conocen en una misma formación en distintas épocas.
¿Es creíble lo que dice Landis? Eso sólo lo saben los interesados. El ciclismo se ha convertido desde hace años en un deporte en el que se arbitran los resultados años después de que se hayan producido los hechos en función de análisis médicos, testimonios de implicados o pruebas, lo que ha convertido este deporte en un circo y pone siempre en solfa todas las carreras.
El caso Lance Armstrong no ha hecho más que comenzar y el recorrido que tiene es imprevisible, incluso en este Tour, puesto que no es descartable que en pocos día hablé algún corredor más u otros implicados, lo que colocaría a los organizadores en una situación muy complicada. De momento son acusaciones sin pruebas. Si las hubiese, Armstrong no estaría en Holanda.
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