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ALBERTO MOYANO
Sábado, 10 de julio 2010, 04:16
Si tres ideas vertebran los verbos capitales de la candidatura Donostia 2016 -conviviendo, conversando, confluyendo-, triple es también el formato del documento entregado ayer en el Ministerio de Cultura. Un libro de 275 páginas, en las que se explican detalladamente los objetivos de la candidatura, sus fórmulas de financiación, un avance de las actividades a desarrollar en 2016 y la metodología seguida para elaborarlo, conforma el grueso de la documentación, que se completa con un folleto resumen de los contenidos y un póster desplegable con el esquema del programa.
Con 89 millones de euros de presupuesto -para un período de once años que incluyen los pre y post a la Capitalidad- y un convenio de colaboración que reparte la financiación entre las tres instituciones implicadas - 37,5% a cargo del Ayuntamiento donostiarra; 25%, de la Diputación; 37,5% del Gobierno Vasco-, la candidatura propone un programa dirigido a cuestionar primero y reinventar después la forma de hacer las cosas en los más diversos ámbitos. Fuentes próximas a la candidatura donostiarra indicaron a DV que el documento incluye contenidos novedosos aunque en la línea de los ya adelantados por este periódico en enero, durante su proceso de elaboración y, más recientemente, el pasado día 28.
Bajo el título de 'Olas de energía ciudadana -Cultura para la convivencia' y con textos de introducción a cargo del lehendakari, Patxi López; el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano; y el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, el documento destaca la oportunidad que la Capitalidad Cultural Europea supone para «impulsar nuestra propia reconstrucción moral y cultural», conscientes de que «debemos subsanar esa idea que identifica a nuestra ciudad casi de manera permanente con la imagen del terrorismo». Y es que la candidatura ha situado la superación del conflicto violento que sacude el País Vasco y, en concreto, a la capital donostiarra en el centro de su propuesta. Así, el documento entregado ayer combina en su aspecto gráfico las fotografías del Paseo Nuevo, el voladizo de La Concha, la bahía de Pasaia o los 'photocalls' del Zinemaldia con otras imágenes de nuestro paisaje: disturbios callejeros, víctimas de atentados, manifestaciones de protesta y el interior de la galería de una cárcel. Y también el retrato del abrazo de reconciliación entre Jorge Oteiza y Eduardo Chillida, allá por 1997 en Zabalaga.
La candidatura donostiarra dibuja un perfil ético de la cultura, en la que «no vale todo para cualquier fin» y apuesta por reforzar su «potencia pedagógica». Precisamente, en el caso de que San Sebastián obtenga finalmente la Capitalidad Cultura, el Zinemaldia dedicará especial atención a los Derechos Humanos en su 64 edición -la correspondiente a 2016-, mientras que la candidatura propondrá la coproducción, en el marco del programa Media, de tres películas en torno a confluir, convivir y conversar, dirigidas por directores europeos, tanto consagrados como noveles. También durante el Festival se prevé la entrega de un Premio en honor a la actriz, cantante y activista política griega Melina Mercouri.
Además, el programa contempla una intensa batería de actividades a desarrollar desde este mismo verano y hasta ese 2016 de Capitalidad Cultural, un año que arrancaría el Día de San Sebastián, con la entrega del Tambor de Oro a «una mujer anónima del ámbito de la economía reproductiva (tareas del hogar) y madre de una de las ocho mil niñas y niños que participarán en el alarde infantil inaugural interpretando el Himno de Europa».
Cifrado en 89 millones de euros, el presupuesto para el período que va de 2009 a 2020 se desglosa en tres grandes áreas: programación, comunicación y gestión-gastos generales. Y es que la candidatura donostiarra prevé ir más allá de 2016 -al que se asignarán 40 millones, casi la mitad del total-, con casi 20 millones de euros reservados para el período post-evento, de 2017 a 2020. Además de las aportaciones institucionales, el programa prevé otras vías de financiación mediante patrocinios que, según sus estimaciones, podrían cubrir hasta el 20% del presupuesto total.
En cuanto a los gastos previos destinados a infraestructuras culturales y turísticas, la cifra asciende a 330.311.816 euros, en un apartado que incluye desde Tabakalera, a Ekain Berri, pasando por la ampliación del Aquarium (48 millones), la del Kursaal (10 millones), el Basque Culinary Center (17 millones) o el Museo de San Telmo (25 millones), entre otras. El gasto en infraestructuras ascendería a 4.920 millones, resultado de sumar los 4.178 del TAV, los 712 del proyecto de Metro y los 30 de la futura estación de autobuses.
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