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Comprometido. Xabier Arakistain desea que Montehermoso, el centro Cultural que él dirige, promueva el pensamiento crítico.
«La cultura y el arte nos ayudan a imaginar otros futuros posibles»
Xabier Arakistain, Director del centro Cultural Montehermoso de Vitoria

«La cultura y el arte nos ayudan a imaginar otros futuros posibles»

Nació en Madrid hace 44 años y obtuvo la licenciatura con grado en Ciencias Sociales y de la Información por la UPV con un trabajo de investigación sobre las identidades de sexo, género y sexuales en la imagen fílmica

ENRIQUE MINGO

Lunes, 12 de julio 2010, 10:44

Nació en Madrid hace 44 años y obtuvo la licenciatura con grado en Ciencias Sociales y de la Información por la UPV con un trabajo de investigación sobre las identidades de sexo, género y sexuales en la imagen fílmica. Xabier Arakistain siempre ha luchado por erradicar la discriminación que las mujeres han padecido, «y siguen padeciendo», en el mundo del arte. Crítico con esta política cultura «del espectáculo» que se ha desarrollado en nuestro entorno, desde que accedió a la dirección del centro cultural vitoriano Montehermoso -por concurso público-, su compromiso con el feminismo le ha valido para que dicho espacio sea un referente en esa clara política de «dar visibilidad» a la mujer desde una perspectiva de igualdad.

- ¿Qué aportó usted al centro Cultural Montehermoso desde que ingresó como director en 2006?

- Me presenté con un proyecto que consistía en poner en marcha un centro de arte, pensamiento y cultura contemporánea desde perspectivas críticas, y que incluyese, entre esas perspectivas, de forma permanente la feminista. Lo que significa, entre otras cosas, desarrollar y aplicar políticas de igualdad para redistribuir los recursos públicos que se gestionan desde dicho centro. Es decir, garantizar que las mujeres tengan un espacio de trabajo y visibilidad en igualdad de condiciones. A partir de ahí formamos un pequeño equipo para estructurar un programa en esa dirección y abrimos la persiana en 2008 con una programación propia.

- ¿No existía ya una legislación que garantizase esta igualdad?

- Sí, pero nadie la estaba desarrollando. Así que se trataba de poner en práctica las dos leyes existentes, la del parlamento Vasco de 2005 y la orgánica de 2007 de Igualdad, que hacen referencia explícita a los ámbitos de la cultura que se financian con dinero público y en las que se marcan las directrices que deben seguirse para desarrollar políticas de igualdad con el objetivo de erradicar la discriminación de las mujeres en estos ámbitos.

- Aún así, la discriminación sexista aún se da en el mundo del arte.

- Aunque la situación ha mejorado en comparación, por ejemplo, al siglo pasado, lo cierto es que la discriminación de las mujeres en todos los ámbitos y en el de la cultura en particular sigue siendo enorme. Es urgente hacer un esfuerzo colectivo para terminar con el sexismo en el arte. Uno de los argumentos clásicos que se utiliza para discriminar a las mujeres es el de la calidad, el de la excelencia. Montehermoso demuestra que incluir a las mujeres en los programas no sólo no empeora la oferta, sino que, todo lo contrario, la mejora, se amplía la excelencia.

- ¿Por qué dice que se mejora?

- En primer lugar porque refleja la realidad social y cultural, un poco más de la mitad de la población del planeta son mujeres. Pero en lo referente a Montehermoso nos guiamos por una serie de indicadores que lo ponen de manifiesto. El eco que hemos conseguido en estos tres años es sorprendente. El número de solicitudes que recibimos en los programas de producción de artistas ha ido creciendo cada año y el perfil de las solicitudes es cada vez mejor. Por otro lado, los y las artistas que aceptan participar en nuestra programación, las invitaciones y las subvenciones que recibimos de diferentes centros internacionales, los artículos de medios especializados... Estos indicadores avalan la calidad de nuestro proyecto.

- ¿Por qué este interés en proyectos vinculados al feminismo?

- Yo soy feminista y esa es una decisión política que también se ha reflejado en mi actividad profesional desde el principio. Pero además, en los últimos años hay una tendencia a poner en valor lo que ocurrió en el campo del arte a finales de los 60' y durante los 70', tanto en Europa como en América, como fruto del encuentro entre el feminismo y el arte. Creo que es una de las últimas revoluciones de pensamiento y de estética del siglo XX.

- ¿No se siente solo en esta lucha?

- No. A nuestra generación nos preceden otras generaciones de feministas que han conseguido que hoy sea mejor que ayer y a nosotras y a nosotros nos toca trabajar para que el mañana sea el escenario de la igualdad real. Yo me siento parte de un movimiento amplio y complejo preocupado por la cuestión de la opresión de las mujeres. Pero, lo singular de Montehermoso es que es el primer y único centro que desde la administración pública está tomando cartas en el asunto de una forma clara y precisa, aunque también desde mi punto de vista, Montehermoso es posible porque coincide con un cambio en valores de la ciudadanía sobre esta cuestión.

- Desde el centro Montehermoso se apoya la producción emergente local de forma especial.

- Entendemos el arte como un espacio de reflexión crítica y trabajamos por la producción de conocimiento frente a los modelos que promueven la cultura solamente como sinónimo del entretenimiento. Nos interesa promover la reflexión entre las usuarias y usuarios del centro. Por eso en la programación se contemplan exposiciones de artistas de largo recorrido del contexto, o programas como NEXT en colaboración con la Facultad de bellas Artes de la UPV/EHU.

- ¿Cree que la política cultural que se ha venido desarrollando en el País Vasco ha sido correcta?

- En un estado que ha tenido 40 años de dictadura franquista, lo que necesitamos es una relación más normalizada de la ciudadanía con el arte, el pensamiento y la cultura, como ocurre en nuestros países vecinos. Tenemos que trabajar colectivamente para ir dando forma a un sólido tejido artístico y cultural. Por un espacio que nos permita pensarnos como individuos y como miembros de grupos sociales, para imaginar distintos futuros, para analizar el presente y el pasado desde diversas ópticas, para analizar cómo nos representamos, el imaginario simbólico que hemos heredado y el que estamos construyendo. Por esos derroteros debería producirse un cambio que orientase una política cultural eficaz.

- ¿Se están dando los pasos para realizar ese cambio?

- Estamos atravesando una etapa de incertidumbre absoluta, pero no sólo en el ámbito de la cultura sino en todos: en lo social, lo económico, lo político... Estos comienzos del siglo XXI están siendo muy turbulentos y aunque los conflictos que nos atañen tienen una historia nuestra época es diferente a las anteriores. Por eso, en pleno período de transformaciones profundas es tan complicado evaluar las diferentes estrategias en tiempo real.

- ¿Cómo está afectando la crisis al mundo del arte?

- Ahora lo más fácil es recortar en cultura, que a menudo se contempla como algo ornamental, pero creo que tenemos que repensar el papel que juegan las instituciones artísticas en una sociedad. Pienso que es ahora cuando más hay que apoyar estos espacios porque el arte y la cultura nos ayudan a tener una perspectiva crítica y a imaginar otros futuros posibles.

- ¿Es cierto el dicho de que 'los momentos de crisis son buenos para la creatividad'?

- No tengo una opinión clara sobre esta cuestión. Tengo ejemplos lo mismo para defender esa teoría como para denostarla. En todos los periodos históricos hay discursos interesantes.

- ¿Qué nivel tiene el arte contemporáneo vasco?

- Muy alto. Tenemos una cantera de artistas muy importante, no hay más que ver su repercusión internacional. También desde el punto de vista del estado la cantera vasca ocupa un papel crucial.

- ¿Y de centros de arte contemporáneo en el País Vasco?

- Aquí, en Vitoria, además de Montehermoso, está el Artium, Krea, la plataforma Amárica... Una concentración de instituciones y recursos económicos y humanos en torno al arte y la cultura contemporánea muy importante, perfectamente complementaria y que enriquece el discurso cultural de la ciudad y del contexto. Creo que Vitoria es una ciudad muy afortunada que se está convirtiendo en un referente.

- ¿Que opina de los cambios en Arteleku?

- Creo que Arteleku ha sido un referente importantísimo. Pero ahora no es lo mismo que hace 10 años.

- Y según usted ¿qué era antes?

- Un centro muy activo, donde pasó muchísima gente, donde se desarrollaron muchos talleres, en el que se dio espacio a artistas en una línea que tenía que ver con la formación y la difusión de una forma decidida y que consiguió unos resultados visibles con un prestigio incontestable.

- ¿Qué me comenta del Guggenheim de Urdaibai?

- No creo que sea lo que necesita el País Vasco en la actualidad. Pienso que hay otros modelos u opciones mucho más interesantes para desarrollar en el contexto.

- ¿Y de Tabakalera?

- Lo cierto es que no tengo datos de lo que ha ocurrido y no puedo opinar de este frenazo que ha sufrido.

- Su padre fue un gran jugador de la Real y del Sevilla, entre otros equipos. ¿Le interesa el fútbol?

- No, el fútbol no me interesa demasiado. Valoro muchísimo la carrera deportiva de mi padre, pero como hijo valoro más que sea una persona excepcional y la educación que él y mi madre nos han dado a mí y a mi hermana.

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